Política y redes sociales en la Argentina durante la pandemia por COVID-19

Por: David Roldán Alzate

La vida política está cada vez más conducida por la mediatización. Con el cambio tecnológico introducido por la radio, el cine y la televisión, comenzó a inicios del siglo XX un rápido proceso de consolidación de los medios de comunicación como espacios de acción política.

La irrupción de las redes sociales de internet aceleró y transformó la dinámica, incluyendo un elemento trascendental en la relación de la ciudadanía con sus líderes políticos: una nueva reconfiguración de lo público y lo privado.

En la pandemia, la interacción entre el presidente y los internautas ciudadanos ha transparentado las emisiones, hace espontánea y dinámica la comunicación con respuestas más rápidas desde el gobierno, pero también hace más personalista la política, con una gran riqueza discursiva.

Estas son algunas conclusiones de la conferencia Política y Redes Sociales en la Argentina durante la pandemia por COVID19, presentada por la Doctora Ana Slimovich, investigadora CONICET y del Instituto de Investigaciones Gino Germani, de la Universidad de Buenos Aires.

La Unidad Académica de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Zacatecas organizó este evento en el marco del Foro Virtual Deliberativo del Proyecto CONACYT 312027, en el cual también participan estudiantes y docentes de la Universidad del Istmo, de la Universidad Nacional Autónoma de México, FES Acatlán y de la Universidad Autónoma de Guerrero.

La nutrida participación de estudiantes y profesores permitió un diálogo fluido alrededor del complejo fenómeno de comunicación y política en épocas de pandemia. Estos temas están revistiendo un importante interés debido al destacado papel que están teniendo los gobiernos nacionales en la administración de sistemas sanitarios, en la gestión de recursos para atender la crisis económica y social, así como en la comunicación con los ciudadanos.

Los presidentes brillan en su calidad de líderes nacionales, pero también son objeto de polarización por cuenta del conflicto social inmanente a las democracias. Lo político y lo periodístico genera agendas permanentes integradas en la política.

En el caso de Argentina, se pueden establecer comparaciones en la comunicación política de los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández. Mientras el primero apeló a la difuminación de la barrera entre lo público y lo privado (por ejemplo, publicando fotos de la intimidad de su familia en el contexto de la realización de la cumbre del G-20 en Buenos Aires en 2018), el segundo atiende la pandemia del COVID19 exacerbando el personalismo y la personalización generando acontecimientos políticos-mediáticos con cada decisión de gobierno. Entre ambos hay discursividades políticas similares, especialmente en la interacción con sus cuadros políticos.  

El marco de la Argentina permite abrir discusiones sobre el complejo proceso de vinculación del discurso periodístico en la política, así como del discurso político en el ámbito del periodismo. El deber ser del periodismo es la producción de información a partir de juicios técnicos sobre la realidad, donde interviene el rol profesional de periodistas con pretensión de objetividad. A pesar de que tienen ideología política, su rol en la sociedad es proteger la democracia en un juego de intereses políticos y económicos.

Con gobiernos que emiten permanentemente información, imbricados en el oficio periodístico desde las redes sociales, estamos asistiendo a cambios sustanciales en la forma y en el fondo de los regímenes políticos, sacudidos de forma permanente por discursos diversos y con diversa intencionalidad.

Construir información verídica, útil para los ciudadanos, con ética y profundidad, es un reto mayor en la actual época de mediaciones irrumpidas por redes sociales cargadas de información falsa, manipulada políticamente y condicionada a personalismos, desde todos los bandos.

Asuntos como estos resultan de la mayor relevancia para la Ciencia Política en particular, pero también para estudios interdisciplinarios en ciencias sociales en general, a lo que se aboca el Laboratorio Permanente de Democracia Deliberativa y Opinión Pública, asentado en la Unidad de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Zacatecas.