Entonces los patos le tiran a las escopetas

El caso Félix Salgado Macedonio ha cobrado otras dimensiones y siento que en determinado punto se desvirtuó la legitimidad o no de su candidatura a la gubernatura de Guerrero por Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

Luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) determinara retirarle el registro de su candidatura por haber omitido presentar en tiempo y forma su informe de gastos de precampaña, Salgado Macedonio y el dirigente nacional del partido, Mario Delgado, montaron un show más espantoso que Loret de Mola con Florence Cassez en el 2007.

Tras varios días de protestas, y luego de la impugnación a la determinación del INE, por fin se dio a conocer el proyecto del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde se determina que Salgad Macedonio efectivamente incurrió en irregularidades al no presentar su informe de gastos de precampaña.

En consecuencia, el máximo tribunal electoral plantearía que el propio órgano electoral tuvo la razón en su sentencia, aunque de antemano se sabe que hay dos magistrados del TEPJF que votarían en contra del proyecto al considerar que la sanción se excedió.

Muchos consideran que la actitud del Tribunal Electoral con este proyecto fue algo equivalente a “lavarse las manos” y echarle la bolita nuevamente la órgano electoral. Finalmente, el INE ya arrastra un desprestigio promovido desde Palacio Nacional, aunque sus orígenes se remontan a décadas atrás. Sin embargo, recordemos que el INE es una institución y como tal, está integrada por varias personas.

No sería descabellado pensar que los magistrados del Tribunal actuaran conforme a intereses que casi nunca se revelan a la opinión pública, aunque este caso en particular incidiría en el resto de las sanciones impuestas por el INE en el mismo sentido: tumbar candidaturas.

También llama la atención que los reflectores se siguen concentrando tanto en el Tribunal Electoral como en el INE, cuando originalmente la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia debió valorar las denuncias en contra de Félix Salgado Macedonio por abuso sexual. No una, sino cinco denuncias. Con esos antecedentes, por cuestión moral, por principios éticos y en corresponsabilidad con los estatutos de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), debió retirarse de su aspiración de manera voluntaria.

No fue así. El gran problema en toda esta controversia es que devolver la pelota al INE podría entenderse como una línea política en contra el partido en el poder y se empieza a minimizar el papel de la Fiscalía respecto a las denuncias presentadas en contra de Félix Salgado Macedonio.

Lo dijo en su momento la diputada de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle: con el retiro de la candidatura a Salgado Macedonio, aunque fuera por no haber presentado en tiempo y forma su informe de fiscalización de precampaña, al menos el INE cumplía con garantizar la justicia para las presuntas víctimas del señalado.

Sin embargo, insisto: un tema de carácter penal se está reduciendo a un tema político electoral, sin que efectivamente se garantice la justicia para las probables víctimas y ahora se pretende hacer ver que el órgano electoral es el malo de la historia, cuando se trata de ámbitos totalmente diferentes.

La cuestión es que ese peso judicial, por la presunta comisión de delitos penales, también recae entre quienes fueron sancionados por el INE por la misma razón que Félix Salgado: el hecho de no haber presentado los informes de gastos de precampaña. Es decir, un tema penal se convierte en estigma para quienes comparten semejanzas con el señalado, por una sentencia de carácter político electoral. Y como en su mayoría fueron candidatos de MORENA, esta coyuntura no deja muy bien parado al partido.

¿Podríamos poner en el mismo saco a los zacatecanos Oscar Novella o Edgar Rivera, quienes tampoco presentaron en tiempo y forma sus informes de fiscalización y fueron sancionados con el retiro de su candidatura? Ninguno de los dos enfrenta un proceso penal en su contra, aunque arrastran el mismo estigma de carácter penal que Félix Salgado. ¿De verdad las presuntas víctimas tendrán justicia?