Contaminación atmosférica y salud

Podemos definir contaminación atmosférica como la presencia de pequeñas partículas o productos secundarios gaseosos que pueden implicar riesgo, daño o molestia para las personas, plantas y animales que son expuestas a dicho ambiente.

Un ejemplo de esta son los conocidos IMECAS, índice metropolitano de calidad del aire que se mide en la Ciudad de México, el cual indica si el aire del lugar es apto o no para la salud humana.

Los estándares de medición se manejan de manera local, y al mismo tiempo de manera mundial, por lo que la Organización Mundial de la Salud establece los límites máximos recomendados para varios contaminantes, los cuales estaban desde el 2005.

A partir de este miércoles 22 de septiembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) modificó estos límites, al ser uno de las mayores problemas de salud pública, con pruebas claras del daño causado por la contaminación del aire a la salud humana, en concentraciones incluso más bajas de lo que se creía anteriormente,.

Así pues, modificó todos los niveles de las guías de calidad del aire a la baja, advirtiendo que exceder los nuevos niveles, se asociará con riesgos significativos para la salud.

En América Latina y el Caribe, nueve de cada 10 personas viven en ciudades que ya superaron los límites de calidad del aire que establecía la OMS en el 2005. Para el 2018 se presentaron más de 320 mil muertes al año que son atribuibles a la exposición a contaminantes atmosféricos.

Como se ha mencionado en otras colaboraciones, el tiempo de exposición y la dosis de un contaminante provoca enfermedades; en el caso de la contaminación del aire, puede causar cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y accidentes cerebro vasculares. Se estima que cada año ocurren aproximadamente 7 millones de muertes prematuras, según la OMS.

En ese sentido, las personas que viven en países de ingresos bajos o medianos son los más afectados, debido a la urbanización y el desarrollo económico que depende en gran medida de la quema de combustibles fósiles.

La exposición al material partículas, o partículas suspendidas, es capaz de penetrar profundamente en los pulmones y entrar en el torrente sanguíneo, por lo que evitarlo es un prioridad. Es recomendable aplicar acciones y políticas ambientales para regular la emisión de gases de los automóviles, la energía,  actividades que generen las partículas.

Al respecto, a partir de este miércoles la OMS redujo a la mitad el límite recomendado para el nivel promedio anual de PM de 205 a 10 microgramos por metro cúbico a 5. También redujo el límite recomendado para PM 10 de 20 microgramos a 15.

Estas medidas o criterios se dirigen a los mayores contaminadores del mundo para que los respeten, con el fin de proteger al medio ambiente, reducir el sufrimiento y salvar vidas, ya que se están controlando los contaminantes clásicos, como las partículas suspendidas, el ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y el monóxido de carbono.

La contaminación del aire es una amenaza para la salud en todos los países, al presentar aumento en los niveles de contaminación atmosférica, provocada por el desarrollo urbano, económico basado en el uso de los combustibles fósiles.

Sin embargo, aunque según los expertos la calidad del aire ha mejorado un poco durante las últimas tres décadas, millones de personas siguen muriendo prematuramente, a menudo en poblaciones más vulnerables o marginales, pues con el cambio climático, la contaminación del aire es una de las principales amenazas medio ambientales para la salud.

Por ejemplo, en el caso de los niños, podría impedir el desarrollo correcto de los pulmones, provocar infecciones respiratorias y agravar el asma; en los adultos, las muertes prematuras vinculadas a la contaminación de la atmósfera están asociadas a cardiopatías, accidentes vasculares, diabetes y enfermedades neurodegenerativas.

Es necesario atender la contaminación del aire como una de las mayores amenazas ambientales para la salud humana, por lo que todos podemos ayudar a disminuir, con acciones individuales como afinar nuestro coche, evitar el uso de combustibles fósiles, así como cambiar a tecnologías nuevas.