Las generaciones de los DDHH

El próximo viernes 10 de diciembre, aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el momento pertinente para reflexionar sobre la violencia y desigualdad extrema que acecha al país y al mundo. Estos elementos se han cobrado cientos de vidas humanas, y sobra señalar que los Derechos Humanos se ingeniaron para eso, para cuidar la vida humana más allá de cuestiones biológicas.

Se da por sentado que todos conocemos sobre el tema, pero conforme la sociedad avanza, también lo han hecho los DDHH, se han ido adecuando o creando según se requiera para garantizar la vida y dignidad de los seres humanos.

El Día de los Derechos Humanos se celebra cada 10 de diciembre, día en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Al principio se contemplan las denominadas libertades clásicas, indispensables para la coexistencia de los seres humanos. Surgen con la Revolución Francesa del siglo XVIII, que se gestó como una rebelión contra el absolutismo del monarca. Después vendría la segunda generación de DDHH y surgen como resultado de la Revolución Industrial.

Son los derechos de tipo colectivo, llamados derechos sociales, económicos y culturales. En esta nueva generación de derechos ya no es suficiente que el Estado se abstenga de no afectar la esfera del particular, ahora se le exige implementar políticas que le permitan cumplir con sus obligaciones de dar y hacer.

La tercera generación de DDHH es la que se forma por los llamados derechos de los pueblos o de solidaridad. Empiezan a conceptualizarse en la década de los sesenta y surgen como respuesta a la necesidad de cooperación entre las naciones para convivir en armonía, por eso se encuentran basados en una serie de valores que conciben a la humanidad como un todo, sin diferencias, con necesidades semejantes y anhelos compartidos.

Dentro de la gama de derechos de solidaridad o de los pueblos se encuentran el derecho a la identidad nacional y cultural, a la preservación de la flora y fauna, al cuidado y fomento del arte y la cultura; el derecho al patrimonio común de la humanidad y a la libre determinación de los pueblos.

La cuarta generación de DDHH surge a partir de las nuevas formas que cobran los derechos de primera, segunda y tercera generación en el entorno del ciberespacio. Las tecnologías de la Información y de la comunicación representan un gran beneficio para la hiperconexión, así como el compartir conocimiento, pero a su vez dan lugar al uso inadecuado y peligroso de los datos que se depositan de parte de todas personas que conforman la sociedad de la información.

Actualmente en un mundo donde se habla de Big data, del Internet de las cosas, de inteligencia artificial, debe existir un marco legal que regule este progreso digital para que se evite la violación o vulneración de los derechos humanos. En esta clasificación también se habla del derecho a la democracia y el derecho al pluralismo.

Se habla ya de la teoría de una quinta y sexta generación de DDHH. La Quinta Generación de derechos humanos tampoco es extensible a los seres humanos, sino a máquinas, artefactos, robots y software inteligente. La Sexta Generación de derechos humanos será aplicable a seres trans-humanos, es decir, a personas con identidad genética-cognitiva-informacional alterada por la modificación geno-nano-robo-tecno.

La finalidad de estos derechos es promover el progreso social y elevar el nivel de vida de los pueblos, por lo tanto requieren de la participación activa de todos los Estados y de los individuos, el conocerlos, divulgarlos y respetarlos se encaminará a que se cumpla con su propósito.