La reforma educativa, evidencia de un fracaso

La Reforma Educativa impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en mayo de 2019. Con la nueva reforma educativa, se avalaron tres leyes: Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros; Ley General de Educación y Ley de Mejora Continua de la Educación, con la finalidad de brindar una educación de calidad.

La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación sustituyó al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y además se apropió de algunas funciones que correspondían a la Secretaría de Educación Pública.

El presidente Andrés Manuel López Obrador que tanto criticó a los “gobiernos neoliberales” de reducir el presupuesto al desarrollo de la educación, fue muy contradictorio, ya que él asignó menores recursos y eliminó programas.

A manera de ejemplo, los programas orientados al desarrollo de habilidades y competencias representó en el año 2020 una contracción de 33.0% menos presupuesto que el asignado en el año 2019. Lo mismo ocurrió con el programa de Escuelas de Tiempo Completo, registró un recorte en el recurso asignado en el 2020 del 49.9% en comparación con el de 2019.

En la publicación del DOF de fecha 28 de febrero de 2022 se emiten las reglas de operación del programa “La Escuela es Nuestra” que da prioridad a la infraestructura educativa y se eliminan las Escuelas de Tiempo Completo, violando así los derechos humanos de 3.6 millones de estudiantes en condiciones vulnerables. A través de este programa, los estudiantes más vulnerables recibían alimentación y dedicaban tiempo extra de aprendizaje y/o actividades deportivas.

Escuelas de Tiempo Completo

El Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) que formaba parte de “La Escuela es Nuestra”, inició en2007 con 441 escuelas de educación básica, entre las que también destacaban aquellas localizadas en zonas de alta marginación, para el año 2018 el PETC abarcaba más de 27 mil escuelas, de acuerdo a datos del Consejo Nacional de Evaluación (CONEVAL).

Las ETC tenían el objetivo de mejorar el rendimiento de educación básica de los alumnos de las escuelas públicas, se proveía a las escuelas de material didáctico, equipo informático, recursos para el acondicionamiento y equipo. Asimismo, brindaba apoyo para servicios e insumos para la alimentación de alumnos y docentes. Este programa permitía a los padres de familia cumplir con sus jornadas laborales sin ningún problema.

La Escuela es Nuestra

“La Escuela es Nuestra” es un programa creado en octubre de 2019, que consiste en la asignación de subsidios económicos destinados a mejorar la infraestructura y el equipamiento de los planteles públicos de Educación Básica, mediante la entrega directa a los Comités Escolares integrados por padres de familia y maestros, y ellos deben contratar a quienes hagan las obras de mantenimiento y rehabilitación para así evitar “intermediarios”, según informó AMLO.

En las Reglas de Operación del Programa “La Escuela Es Nuestra” para el ejercicio fiscal 2022 se establecen los criterios para la selección de planteles públicos de educación básica; atendiendo criterios de priorización han sido seleccionados 1,270 municipios entre los que no aparece ninguno de Zacatecas.

Consideraciones finales

Si bien el sistema educativo deberá adecuarse a la nueva realidad que ha ocasionado la pandemia, que ha develado la falta de instalaciones adecuadas en la infraestructura educativa tales como abastecimiento de agua potable, sanitarios, energía eléctrica e internet, entre otros, no por eso es menos importante continuar con el Programa de Escuelas de Tiempo Completo para atender a los alumnos con alto grado de marginación.

La Política de Bienestar fundamentada en el “Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024” (PND) señala: “no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera”. Pero existen discrepancias entre lo que se promete en campaña, lo que se plasma en el PND, los recursos que se asignan y las decisiones que se toman después de un tiempo.

La implementación del nuevo modelo educativo ha sido un fracaso: primero, porque con la llegada de la pandemia del COVID-19 se tuvieron que suspender las clases presenciales en los planteles educativos y pasar al aprendizaje a distancia.

Pese a la reanudación paulatina de clases presenciales, se ha observado una caída en los niveles de calidad de la enseñanza, aumento de la deserción escolar y una disminución en el nivel de aprovechamiento de una gran cantidad de alumnos con niveles de pobreza y extrema pobreza, pues no cuentan con los recursos tecnológicos necesarios para continuar sus estudios desde su hogar.

Lo anterior, aunado a la eliminación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo, muy pronto se verá reflejado en mayor deserción escolar, menor rendimiento de los estudiantes, disminución de la calidad educativa y las capacidades de los alumnos así como el incremento de las desigualdades.

Nuestro país está muy lejos de lograr la cobertura universal en educación, la prioridad de la actual administración son las transferencias como las becas para los jóvenes a través de los Programas: “Jóvenes Escribiendo el Futuro” y la Beca universal para estudiantes de educación media superior “Benito Juárez”.

Los problemas del sector educativo no se resuelven únicamente con becas universales promovidas por los gobiernos. Se requieren políticas que atiendan problemas tales como la mala nutrición de los estudiantes, el embarazo de adolescentes, deficiencias pedagógicas y el menor acceso a la educación de los grupos vulnerables.