Luna Nueva: La familia

Hasta 2020, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México había 35 millones 219 mil 141 hogares, y –sin hacer un desglose o análisis profundo– presuponen la misma cantidad de familias, que según la definición del diccionario de la lengua española de la Real Academia Española (RAE), familia es un grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas o un conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.

Fuera de las frías cifras estadísticas o definiciones técnicas, creo que también es familia el conjunto de “desconocidos” que se elige a lo largo de la vida, empezando por la pareja y los amigos, por eso hay que elegir bien tanto al marido o esposa y quienes serán compañeros de vida en las buenas, las menos buenas y las peores; aunque no todos llegan para quedarse, algunos son como ángeles que durante una temporada –corta o larga– nos ayudan, nos quieren y dejan huella en nosotros y se van. Otros son para siempre.

De este tipo de familias no se lleva ningún conteo, ni siquiera hay aproximaciones, es más, creo que ni se piensa en ella como tal.

Personalmente me siento muy afortunada porque soy parte de los dos tipos de familia; por un lado mis padres, mi hermano y mi cuñada, mi propia familia: mis cuatro hijos; y por otro, muchos, muchos amigos de la infancia, de la escuela, del trabajo, de la vida…

Siempre ha sido la familia –consanguínea o la de elección o ambas–, la que nos hace fuertes ante las adversidades de la vida, esas que provocamos o que encontramos sin buscarlas, y que comparten por igual las alegrías o las penas, sin dobles intereses.

Así como las alegrías unen, también las tragedias, porque como dicen las abuelas: “en la cama, por enfermedad y en la desgracia, se conocen los amigos”.

Desafortunadamente hay excepciones –más de las necesarias, diría yo–, con familias desunidas o de esas que en lugar de apoyar, “amuelan”.

Es en el seno familiar en el que se forman hombres y mujeres de bien, ciudadanos probos, con principios y valores, amorosos o rencorosos, viles, despiadados y sin respeto por la vida, por ello urge que la célula de la que surge la sociedad esté sana; tristemente la violencia que azota al país inicia porque nuestros niños crecen solos, con una niñera llamada TV o un cuidador llamado videojuegos porque no basta que uno solo de sus padres salga a conseguir el sustento, son los dos quienes trabajan y en ocasiones queda poco tiempo o nada para guiar o convivir.

Como si fuera poco, los programas educativos cada vez son más relajados y los programas que atienden a la niñez y a la juventud son cosa del pasado; cierto, ahora existen las famosas becas que pretenden ser universales, pero más que estimularlos para prepararse como buenos ciudadanos no sólo de México, sino del mundo, con ellas se les invita a no hacer nada, de cualquier forma se da dinero sin esforzarse ni siquiera para obtener una buena nota en la escuela y que en nada abonan para cultivar sus mentes expandiendo sus conocimientos e incentivando su discernimiento para no creer que es verdad todo lo que sale en el Facebook, para saber cuestionar y no sólo seguir como obedientes ovejas a cambio de unos pesos, que sí, ayudan si se aplicaran para lo que fueron creadas, pero no siempre ese dinero se gasta en útiles escolares ni en alimentos.

En la familia está la solución que no será mágica ni inmediata, como no lo fue su descomposición. La maldad se fue infiltrando como la humedad, casi imperceptiblemente, por el hambre tal vez, la injusticia, la falta de oportunidades y la falta de valores.

Creo que no es tarde para recomponer todo. Honremos a la familia, la propia, la consanguínea, la elegida. A esa gente que está con nosotros en las alegrías y en las tristezas y nos tienden la mano aún sin pedirlo. Quienes nos quieren jamás nos dejarán solos.

A todos quienes han estado para mí a lo largo de mi vida: ¡Gracias!

3 comentarios en “Luna Nueva: La familia”

  1. Excelente nota, como siempre es un orgullo tener amigas como tú y por tal bendigo tu trabajo, tu salud y vida, a lo que me atrevo a decir que eres una escritora especial, bendecido día

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