Militarización, no; cambio de rumbo, sí

En el Partido Acción Nacional no queremos la militarización del país, porque está comprobado que la salida del Ejército Mexicano a las calles incrementó la inseguridad y homicidios, porque los militares no están capacitados para realizar labores de seguridad pública, sino para actuar en tiempos de guerra, siendo implacables con el enemigo hasta vencerlo o matarlo.

En el olvido quedó la promesa electoral de Andrés Manuel López Obrador de regresar al Ejército a los cuarteles en cuanto llegara al Poder Ejecutivo. Al contrario, en cuanto inició el Segundo Año de Sesiones Ordinarias de la LXV Legislatura Federal, el 1 de septiembre del 2022, puso a andar toda la maquinaria de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados para cumplir su obsesión de institucionalizar la estructura militar en la seguridad pública.

Gracias a la moratoria constitucional de la alianza legislativa Va por México, López Obrador no pudo modificar nuestra carta magna, aunque sí logró que la mayoría oficialista se impusiera para reformar leyes secundarias y anexar a la Guardia Nacional al Ejército Mexicano, quitándole el mando civil.

El siguiente golpe lo dio en la segunda semana de sesiones, cuando otra vez, el grupo oficialista, ahora con el apoyo del PRI, reformó la Constitución para ampliar hasta el 2028 la permanencia de las fuerzas armadas en las calles. A la basura mandaron el artículo transitorio constitucional que establecía al 2023 como fecha límite para regresar a los soldados a los cuarteles.

Así, se dio el golpe mortal a las libertades en México y se impuso el autoritarismo de López Obrador. Por supuesto, tras una férrea defensa de quienes conformamos la oposición, representada en la Cámara Baja por el PAN, PRD y MC; no así por el PRI, que esta vez fue el partido que presentó la iniciativa para mantener por cinco años más al Ejército y Guardia Nacional en las calles. La iniciativa priista pasó a la Cámara de Senadores, donde confió le den revés.

Por su actitud el Tricolor quedó fuera temporalmente de la coalición Va por México, decisión que explico retomando las palabras del Presidente nacional del PAN, Marko Cortés, “porque se perdió la confianza con la dirigencia nacional del PRI, porque se deshonró la palabra y se incumplieron los acuerdos”.

En el Blanquiazul queremos un cambio de rumbo para México. Las y los Diputados Federales trabajaremos para lograrlo, siendo oposición congruente y propositiva. Honraremos la palabra empeñada al electorado que confió en la propuesta panista.

Eso sí, de lo que suceda a partir de la militarización de México, hago responsable directo a Andrés Manuel López Obrador, en su calidad de titular del Poder Ejecutivo. El tiempo nos dará la razón.