Luna Nueva: ¿Cómo nos recordarán?

Hace años, cuando se hablaba en todas partes de las Muertas de Juárez, no lograba cuadrar en mi imaginación cómo era la vida de una mujer en ese lugar, otrora famoso por el centro nocturno El Noa Noa, donde Juan Gabriel tuvo su primera oportunidad de cantar, luego inmortalizado por el cantautor en una canción.

De pronto leía en algún lugar que había desaparecido una joven que había sido vista por última vez cuando salía de una maquiladora o que una joven madre ya no había regresado con sus hijos… Entonces, en mi imaginación veía grupos de mujeres por las calles, tomadas de la mano o abrazadas “en bola” para evitar ser robadas.

Quería saber si una mujer podía caminar sola por la calle sin temor, cuando yo sí lo hacía sin miedo. Me imaginaba a padres viejitos acompañando a sus hijas o nietas a tomar el camión… imaginaba, imaginaba, imaginaba alimentada con las noticias de la televisión y de algunos periódicos, era el tema de temas… pero luego todos esos pensamientos se desvanecían en el aire y me quedaba en blanco porque en realidad no sabía cómo era.

Y empezaba otra vez a imaginar sin éxito, porque sabía que lo que veía en esas imágenes que existían sólo en mi mente eran tal vez muy alejadas a la realidad, al menos eso decía mi sentido común, pero mi temor me hacía ver muchas mujeres muertas por todos lados.

Yo creo que algo parecido le sucede a la gente que piensa en Zacatecas, en los medios, sobre todo en los nacionales e internacionales, en los que no dan cobertura a noticias amables y positivas o las del día a día que ocurren en el estado porque sólo difunden las notas escandalosas, esas que en el medio se les conoce como “las que venden”.

Este martes me vino a la mente ese recuerdo de Ciudad Juárez, donde –según reportes periodísticos– autoridades de esa ciudad reportan que sólo de 1993 a 1999 se habían cometido 19 mil 825 asesinatos de mujeres. Lo recordé cuando vi a una joven caminar sola apresuradamente al atardecer.

Tristemente Ciudad Juárez no es la única ciudad ni en el mundo ni en México en la que se asesinan mujeres, en febrero de este año se reportó que en 2022 Colima registró la tasa más alta de feminicidios por cada 100 mil mujeres, de 4.43, en segundo lugar Nuevo León con 3.54; Morelos, 2.98; Campeche, 2.11; Chihuahua, 1.95; Sonora, 1.90; Oaxaca, 1.88; Durango, 1.87; Zacatecas, 1.86 y Michoacán con 1.71.

Sin embargo, cuando se habla de asesinatos de mujeres de inmediato pienso en Juárez, por sobre el Noa Noa, Juan Gabriel y el paso fronterizo. Eso mismo le pasará a Zacatecas, la gente que no está en esta hermosa tierra en este momento piensa en nuestro estado como un estado en llamas, donde caminamos entre cadáveres y escombros y que esquivamos balas todo el día, todos los días, sin saber que por las mañanas el parque se llena de gente buena que va a ejercitarse, a pasear a sus perros o a bailar.

Que las tardes de primavera son ideales para pasarlas en familia, en pareja o en solitario en alguna plaza pública o un cine, que todos salimos a trabajar temprano o a estudiar sin llevar chalecos antibalas…

Ya se olvidó la generosidad de esta tierra de la que se ha extraído riqueza convertida en oro y plata, que da frijol, chile y uvas, que aquí se gestó la sangrienta batalla con la que triunfó la Revolución Mexicana…

No se trata de ignorar la realidad, porque sí pasa algo en el estado y muy grave, pero no deja de entristecerme que lo malo eclipse todo lo bueno que sigue teniendo Zacatecas, ante un estado incapaz de proteger a su gente a la que, como en un acto de magia, “desaparecen” y, sólo en algunos casos, “aparecen” sin vida, ni de esclarecer esos crímenes que dejan luto, dolor e impotencia a decenas de paisanos.