El buen estudiante marca la diferencia

En México se declaró el 23 de mayo como “Día del Estudiante” en conmemoración al movimiento estudiantil de 1929, que llevó a la entonces Universidad Nacional a adquirir la autonomía. Los propios alumnos solicitaron que se reconociera el 23 de mayo como el Día del Estudiante, en honor a los heridos en la lucha por la autonomía de la Universidad, aunque por lo general los estudiantes lo toman como un festejo.

Origen del Día del Estudiante

El 21 de septiembre de 1551 se expidió la cédula de creación de la Real y Pontificia Universidad de México, tomando como modelo las universidades europeas de tradición escolástica. En 1778 fue abierta la Real Escuela de Cirugía y en 1792 el Real Colegio de Minería. En 1794 se estableció la Academia de San Carlos, para el estudio de las Bellas Artes.

Cuando el Rey de España dejó de tener soberanía en el país, se suprimió el título de Real, y se le llamó Universidad Nacional y Pontificia, ya para 1907 quedó sólo con el nombre de Universidad Nacional de México.

El país vivía una época de agitación que no fue ajena a la Universidad. En 1910, el entonces joven Antonio Caso, secretario de la universidad y presidente del Ateneo de la Juventud, se distinguió por su oposición al positivismo.

El licenciado Luis Cabrera era director de la Escuela de Jurisprudencia cuando los estudiantes declararon una huelga como protesta por los métodos de evaluación introducidos por él. Una gran parte de los estudiantes decidió abandonar la Universidad para formar un nuevo plantel, la Escuela Libre de Derecho.

Durante el gobierno de Victoriano Huerta, el secretario de Instrucción Pública, Nemesio García Naranjo, quien formaba parte del Ateneo de la Juventud, modificó el plan de estudios de la Preparatoria, eliminando toda huella de positivismo. En 1916 los alumnos deberían pagar 5 pesos, independientemente del número de clases que tomaran, pronto resurgió la iniciativa de dotar de Autonomía a la Universidad.

En 1921 José Vasconcelos asume la rectoría de la Secretaría de Educación Pública. En su discurso inaugural Vasconcelos expresó: “En estos momentos yo no vengo a trabajar por la Universidad, sino a pedir a la Universidad que trabaje por el pueblo”. Una de las iniciativas vasconcelistas que más ha perdurado es la ley que establece el escudo y el lema de la institución: “Por mi raza hablará el espíritu”.

Previo a la creación de una Secretaría de Educación Pública, su presencia como rector de la Universidad, planteó la federalización de la enseñanza, la reintegración de la Escuela Nacional Preparatoria a la Universidad, inició la campaña nacional contra el analfabetismo y la incorporación de las mujeres a ella, las instrucciones sobre aseo personal e higiene y la exención de pagos a los alumnos pobres. El estudiantado reconoció el liderazgo intelectual de José Vasconcelos. Continuaron circulando opiniones en torno a la posible autonomía de la institución.

En 1929, Narciso Bassols, director de Jurisprudencia, anunció un nuevo sistema para evaluar a los alumnos, propiciando fuertes protestas estudiantiles. El 5 de mayo declararon la huelga y el director Bassols amenazó con expulsar a los dirigentes. Existieron desórdenes en las escuelas y manifestaciones con brotes de violencia.

Hubo una gran manifestación estudiantil, nuevos enfrentamientos y lesionados. Portes Gil mandó retirar las fuerzas públicas de los edificios universitarios para garantizar a los estudiantes la libertad para deliberar. Los estudiantes propusieron la renuncia de las autoridades educativas, incluyendo al rector y pidieron que el presidente eligiera al rector de una terna elaborada por el Consejo Universitario.

Se desataron una serie de eventos y protestas que culminaron en una huelga general, los alumnos fueron agredidos brutalmente por la Policía dentro de las instalaciones de la Escuela de Derecho el día 23 de mayo. Hubo una gran cantidad de heridos, más planteles se unieron a las protestas. El doctor José Manuel Puig Casauranc, jefe del entonces Departamento del Distrito Federal, se ofreció como intermediario en las negociaciones ante el presidente.

El 27 de mayo en una marcha que congregó a más de 15 mil alumnos, le hicieron saber al presidente Portes Gil sus demandas, donde se mencionó la Autonomía Universitaria como un anhelo estudiantil. Es así como el 29 de mayo, el presidente Portes Gil concedió la autonomía universitaria.

Los estudiantes de Derecho rindieron homenajes a los heridos del día 23 de mayo de 1929 y reclamaron que ese día fuera recordado como el día del estudiante y que la Plaza de Santo Domingo fuera llamada «Plaza 23 de Mayo».

Panorama educativo

De acuerdo con los resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda 2020, en el año 2020 el 49.3% de la población de 15 años y más contaba con educación básica, el 24.0% con educación media superior, 21.6% con educación superior, mientras que el 4.9% no contaba con escolaridad.

El grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más en el país era de 9.7 años (9.8 los hombres y 9.6 las mujeres), mientras que en Zacatecas era de 9.2 años (9.1 los hombres y 9.4 las mujeres). El grado promedio de escolaridad en Zacatecas muestra una tendencia creciente, al aumentar 1.3 años entre 2010 a 2020. Los municipios de Zacatecas y Guadalupe tienen el grado promedio más alto en este indicador, de 11.6 y 11.4 años respectivamente.

Entre .la población de 18 años y más con educación superior, de acuerdo a la formación académica, predomina Administración y Negocios con el 23.1%; le siguen Ciencias Sociales y Derecho, 16.9% al igual que Ingeniería, Manufactura y Construcción, 16.9%; Educación, 12.4%; Ciencias de la Salud, 10.4%; Tecnologías de la Información y Comunicación, 6.0%; Artes y Humanidades 4.1% al igual que Servicios; Ciencias Naturales, Matemáticas y Estadística, 2.6% y Agronomía y Veterinaria, 2.1 por ciento.

El buen estudiante marca la diferencia

Actualmente quienes están en secundaria están creciendo en un mundo digital, mientras que muchos de los estudiantes de preparatoria o universitarios están hiperconectados, son más dinámicos y hábiles en la tecnología. Falta guiarlos para que potencien sus conocimientos, los compartan y le den mejor significado a su vida.

Algunos estudiantes se la viven quejándose, la escuela les resulta aburrida, frustrante, estresante y agobiante. Este tipo de estudiantes se preguntan por qué tiene que ir a la escuela, levantarse temprano y obtener buenas calificaciones. Muchas de las veces hacen cosas que dañan su cuerpo y su mente, ni estudian, ni trabajan, es común escuchar que son los “ninis”.

Prefieren jugar, ver televisión, chatear con sus amigos o simplemente dormir, en vez de hacer sus tareas, cuando presentan exámenes utilizan “acordeones” y realizan alguna actividad, apoyados por algún amigo, sólo para pasar la materia, son tramposos.

Les molesta leer un libro y toman más en cuenta la opinión de los “influencers” que de sus padres. Es una pena que engañen a sus padres haciéndoles creer que asisten a clases cuando en realidad no lo hacen y si lo hacen, sólo pierden el tiempo y distraen a sus compañeros.

En algún momento el alumno mediocre tendrá necesidad de trabajar, si sus padres son influyentes lo acomodarán en algún puesto con buenas percepciones sin trabajar tanto, pasando a formar parte de las personas que con engaños y corrupción obtienen lo que quieren. En caso contrario, se molestará por no conseguir un puesto bien remunerado por no estar lo suficientemente preparado.

En cambio, el buen estudiante marca la diferencia, es responsable, se muestra comprometido por destacar en sus estudios, así como en su vida personal, se esmera por buscar los resultados de aprendizaje y los utiliza para alcanzar sus objetivos y metas, busca ser más competente, si algo no le queda claro formula preguntas, analiza los problemas y es más crítico.

Reflexión

Esta pequeña reflexión la dedico a los estudiantes que, por una parte, tienen un proyecto de vida y están comprometidos por ser mejores estudiantes y adquirir nuevos conocimientos cada día, que son creativos, emprendedores, que valoran y aprovechan el tiempo en aprender y aplicar lo aprendido para ser mejores personas.

A quienes eligen tomar un rumbo equivocado, que no le dan importancia al tiempo, ni al estudio y sólo se complican la vida, aún están a tiempo de elegir, de decidir enderezar el camino, de hacerse responsables, de respetarse, superarse y disfrutar mejor la vida, todo es cuestión de tener una buena actitud. Siempre hay algo que aprender, por lo tanto, siempre somos estudiantes. Si se deja para después, a veces “después” se convierte en “nunca”.