Los años dorados

Los años dorados es la edad en la que se ha concluido la vida laboral, si se tuvieron hijos ya están grandes y habrán formado sus propias familias. Aun así, muchos adultos mayores continúan activos hasta avanzada edad.

Envejecer no es un problema, llega el momento en que se tiene la oportunidad de viajar, leer, en fin, realizar infinidad de actividades que antes no se podían realizar debido a las responsabilidades familiares y laborales.

Es muy importante respetar los derechos de los adultos mayores y no aislarlos, sino sensibilizar a las autoridades sobre la importancia de contar con instancias, programas y proyectos que favorezcan la incorporación y acompañamiento de las personas mayores en el proceso de envejecimiento, de manera que estimulen su desarrollo personal y mejoren su calidad de vida.

¿Cómo se sienten los adultos mayores?

Muchos adultos mayores experimentan una serie de sentimientos y emociones como la angustia, la tristeza, el miedo, el estrés, la impotencia, la desesperanza y el aislamiento. Estos sentimientos afectan en mayor medida a los adultos más vulnerables, quienes se encuentran solos, que no reciben una pensión laboral, que tienen problemas crónicos, conflictos o que han tenido pérdidas de familiares cercanos y muchos otros inconvenientes que les generan dificultades para vivir mejor.

A medida que se va produciendo el inevitable cambio evolutivo en la vida de las personas, y se pasa del estado adulto a la tercera edad, comienza a producirse un deterioro en la calidad de vida, puede ser lento o más rápido, dependiendo de algunas circunstancias como la genética, tipo de vida anterior, entre otras. Por lo tanto, es crucial empatizar y apoyar en la medida de lo posible en el cuidado de los adultos mayores y darles el trato adecuado al interactuar con ellos.

Problemas más comunes en los adultos mayores

Cada persona tiende a envejecer de una determinada manera, por lo que al llegar a la última parte de su vida puede que conserve un estado físico aceptable, pero se vea limitado por un deterioro psíquico con la aparición de Alzheimer, demencia senil, también puede verse afectado por problemas de movilidad producidas por artrosis, fracturas u otros padecimientos como pérdida de la visión y auditiva que le impidan ver y escuchar correctamente o mal interpretar la información, en este sentido, es común que los ancianos escuchen la televisión o radio a un volumen elevado.

Con el paso del tiempo se pierden la mayoría o todas las piezas dentales, teniendo que recurrir a prótesis removibles, limitando en algunos casos el consumo de alimentos sólidos y provocando falta de interés por comer, por lo que se recomienda que los familiares les lleven comida para una alimentación adecuada. Muchas veces falta empatía de los familiares.

A medida que una persona envejece, los ciclos del sueño cada vez son más cortos y en muchos casos se les dificulta conciliar el sueño nocturno, por lo que se duermen noche y despiertan tarde, influyendo en el estado de ánimo y en muchos casos favoreciendo el mal carácter.

Otro de los trastornos en personas mayores es la pérdida de memoria, tienden a repetir episodios que han quedado grabados una y otra vez, lo que genera conflictos con los familiares o personas que se encargan de cuidarlos. Se debe tomar en cuenta sus dificultades y tenerles paciencia.

Después de una vida activa, llena de retos y superación de obstáculos, los adultos comienzan a sentir limitaciones progresivas de salud, capacidad, conocimiento, y energía, lo cual les produce sensación de impotencia y frustración, lo que lleva a los adultos mayores a la desmotivación generando cuadros de profunda depresión.

Cuando se padece una enfermedad mental como la demencia senil, puede presentarse incontinencia o retención urinaria, afectando la autoestima del adulto mayor, al sentirse incapaces de controlar este tipo de situaciones y más aún si tienen que depender de otras personas. Al tener que depender el adulto mayor de otras personas, le genera frustración, miedo y desconfianza y temor de que no se respete su voluntad y recursos.

A medida que la edad aumenta en los adultos mayores, van perdiendo la agilidad y la rapidez de reflejos, por lo que es menos fácil evitar caídas, que además tienen consecuencias muchas veces graves. La reducción progresiva de la motricidad hace que se sienta temor a salir a la calle, cruzar un semáforo, o realizar actividades de la vida cotidiana, como entrar solos a la bañarse.

Por otra parte, cuando los adultos mayores han perdido a su pareja y sus hijos y nietos están demasiado ocupados posponen al último lugar la atención al adulto, produciendo una carencia afectiva, tan necesaria en todas las etapas de la vida.

Las personas mayores tienden a cambiar de carácter, pierden las habilidades, la movilidad disminuye y realizan las actividades de forma más lenta, además se olvidan de las cosas. Cuando se cuida de un anciano, es necesario tener un alto grado de paciencia, ya que se pueden presentar situaciones de agresividad, en especial si padecen de Alzheimer o algún tipo de demencia, se deben manejar con tolerancia y comprender la situación del adulto.

¿Cómo reducir o evitar accidentes?

Muchas personas a medida que envejecen prefieren continuar viviendo en su propio hogar, incluso cuando el progresivo deterioro las comienza a hacer dependientes, pero la propia casa se puede convertir en un lugar peligroso si no se cuenta con una serie de medidas que garanticen la seguridad de las personas mayores, por lo que es necesario realizar determinadas adecuaciones al hogar para evitar problemas y facilitar la vida de los adultos.

Si las personas mayores viven con algún hijo(a), nietos y mascotas, hay que evitar accidentes a su paso, como retirar juguetes u obstáculos del piso y amarrar a la mascota. Evitar que transite por el suelo húmedo sobre todo cuando se realiza el aseo del piso, para prevenir que puedan resbalarse y se provoque una caída. Cuando los adultos no tienen estabilidad, es conveniente instalar barras de seguridad en el baño y de ser posible sillas para bañar enfermos

La falta de flexibilidad a la hora de caer, y el deterioro óseo, hace que sean muy frecuentes las fracturas de caderas, muñecas y otras articulaciones. La regeneración de los huesos en la vejez es peor y supone una lenta y costosa rehabilitación y en muchas ocasiones implica un antes y un después del accidente.

Los incendios son otro de los grandes riesgos que sufren las personas a medida que aumenta su edad, ya que resulta fácil que se produzcan distracciones y dejen algún alimento calentando en la estufa y se olviden de apagarle.

Los adultos mayores suelen ser más desconfiados y desconocen más frecuentemente las nuevas formas de atraco y extorsiones y son también más vulnerables por la necesidad de hablar y relacionarse al estar muchas horas en completa soledad. Por su seguridad, es importante que estén acompañados cuando reciben personal para reparar alguna avería.

La pérdida de visión, y la falta de concentración y memoria pueden suponer un peligro a la hora de ingerir alimentos caducados, medicamentos equivocados o aumentos de dosis, por no recordar si se han tomado ya, siendo un importante aspecto en la seguridad de personas mayores. Es importante que cuenten con pastilleros para ordenar las dosis, que previamente han organizado con supervisión de un familiar.

A medida que los adultos mayores se van deteriorando, les cuesta más esfuerzo levantarse de sillones, y cama por lo que debe contar con asientos y camas con altura adecuada que les permita levantarse con facilidad.

Club de los Años Dorados

Recientemente visité a Emilia, una persona muy querida; ella se fracturó el tobillo, además de tener desgaste en la rodilla, y se encuentra en recuperación, al sentirse mejor reinició sus actividades. Hace años forma parte del Club de los Años Dorados, para personas de la tercera edad, y al cual la estuve acompañando. Este espacio facilita la socialización de las personas mayores.

Este club es una asociación civil sin fines de lucro, nació hace más de treinta años, fue fundado por Beatriz Esquivel y Angelita Arroyo de Marroquín para la recreación y el bienestar físico de las personas de 60 años y más. Pertenecen al club alrededor de 150 personas mayores, donde realizan diversas actividades y en algunas de las cuales participé.

De las actividades que se realizan son: Yoga, Tai Chi, gimnasia de acondicionamiento, gimnasia cerebral, folklore, danzón, danza moderna, manualidades, pintura, juegos como el dominó, así como conferencias sobre desarrollo humano, cuentan con área de masaje y nutrición. También organizan paseos, subsidiados en parte por algunas empresas.

Mientras en un salón hay clases de Yoga en otro hay pintura y en otro espacio gimnasia y en cada clase participan entre 50 a 60 personas. Aunque la mayor parte son mujeres, también hay hombres, algunas personas van con andaderas, otras con bastón, pero todas conservan la alegría de vivir, son muy simpáticas, se siente la calidez, entusiasmo y alegría que se vive en este lugar. Es sorprendente ver personas de casi 90 años con tanto entusiasmo y energía.

Ojalá hubiera muchas réplicas como este club en todos los estados de la República para que las personas mayores mejoren su autoestima, retrasen la pérdida de sus capacidades, al llevar una vida más animada con múltiples actividades de acuerdo a sus posibilidades físicas, mentales y gustos, así las personas de la tercera edad envejecen con calidad de vida y evitan caer en depresiones.

2 comentarios en “Los años dorados”

  1. Marcela Pérez del Valle 82 años

    Muy certero y agradable la descripción de la edad dorada, es un Club maravilloso, con la atención y dedicación de su directora la licenciada Beatriz Esquivel Ancona, gracias por compartir.

  2. Qué bien lo que escriben de la tercera edad. Es un orgullo llegar a esta edad y disfrutar la vida

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