Reconstruyendo Zacatecas

Quienes saben del oficio de escribir evitan en la medida de lo posible el gerundio. Se trata de una conjugación que, en lingüística, denota una acción indefinida, que le falta contundencia y que nunca termina de concretarse.

“Estamos reconstruyendo Zacatecas” es el eslogan elegido por el equipo de asesores (si es que los tiene) del gobernador David Monreal para el primer informe de gobierno, un eslogan en gerundio que es reflejo de la actual administración: acciones que se anuncian, pero que no son contundentes ni terminan de concretarse.

La muestra clara son los subejercicios de los que tanto se ha hablado en la nueva gobernanza, mucho antes de que la diputada Gaby Basurto subiera el tema a la tribuna de la 64 Legislatura.

Esos recursos detenidos que superan los 2 mil millones de pesos son los que mantienen en una parálisis a toda la administración y pocos avances se han reflejado en las distintas dependencias, las cuales en el último mes pretenden ejecutar lo que no realizaron en los 11 meses previos.

No es que sean muy diestros en “maquillar” el cochinero de la administración, que por mucho supera a las “herencias malditas” y que mantiene en elevados niveles el descontento popular, a tal grado que a los eventos a los que asiste el gobernador han optado por la estrategia de “acarreados” que aplaudan un ejercicio de simulación.

Por eso no es extraña la campaña publicitaria del primer informe; por el contrario, es predecible, pues incluye una gira de entrevistas con funcionarios de primer nivel para exponer los “resultados” de cada dependencia, giras que se limitan a los medios de comunicación con los cuales la nueva gobernanza ha signado convenios de publicidad.

Y es que durante todo un año la política de comunicación servida en “tacos de lengua” (bastante caros para el pueblo) se enfocó en la cerrazón y el centralismo de la comunicación en la figura del Ejecutivo, lo que derivó en una bola de nieve que hoy les explota en el rostro. Y hoy, un año después, pretenden corregir el desastre del que se preciaba en ser el gobierno de la transformación para Zacatecas.

Ya se vio recientemente a la secretaria General de Gobierno, Gabriela Pinedo, en gira de entrevistas para maquillar la ingobernabilidad en el estado y los deficientes (por no decir nulos) “resultados” en la dependencia que dice encabezar. Lo único que atinó a reconocer fue que el problema de las familias de desplazados en Jerez por la violencia les ha rebasado.

No tuvo mejor suerte la secretaria del Agua y Medio Ambiente, Susana Rodríguez, cuya dependencia arrastra subejercicios por más de 230 millones de pesos y cuyas acciones se limitan a la inauguración de obras del quinquenio pasado (el de las “herencias malditas”) o el banderazo de nuevas obras ya a punto de concluir el primer año de gobierno. Dirían algunos: “muy tarde”.

También se ha incluido en esta gira de entrevistas al secretario de Finanzas, “el tembloroso” Ricardo Olivares, quizás el único funcionario que tenga algunos resultados positivos que informar, aunque poco ha convencido a la ciudadanía de que no existen los subejercicios que se han documentado, como también insisten diputados del bloque oficial en la 64 Legislatura.

La razón es muy simple. La mayoría de los subejercicios detectados se encuentran en los capítulos 4000 y 5000, que incluyen los recursos destinados a programas sociales o de transferencia de recursos a la población, así como inversiones productivas y de equipamiento.

Los primeros no necesariamente están sujetos a procesos de licitación, sino a reglas de operación que en años electorales deben publicarse antes de iniciar la veda y así ocurrió en el caso de Zacatecas, pues desde el primer trimestre ya se tenían reglas de operación para buena parte de los programas que, hasta después de transcurrida la primera mitad del año, apenas se están poniendo en marcha.

De los segundos, gran parte del retraso en los procesos de licitación se debe a que la Subsecretaría de Egresos no certificaba la suficiencia presupuestal para llevarlos a cabo. ¿O alguien ya olvidó el error de la primera licitación de las “benditas placas” por “insuficiencia presupuestal”?

Y si habláramos del secretario de Economía, Rodrigo Castañeda Miranda, tal vez se trate del funcionario que peor desempeño ha mostrado al frente del cargo. La prueba está en que, a casi un año de administración, apenas este miércoles se informó de una reunión con grandes empresarios de todo el país, mientras en el último año las cifras de la actividad económica muestran grandes retrocesos y la estadística de empleos no pinta mejor.

Y para colmo de las contradicciones, la reunión se realizó con empresarios que fueron los mejores aliados de los gobiernos de las “herencias malditas”. Las vueltas que da la vida…

Pero más allá de la gira de “tacos de lengua” en un periodo muy, pero muy tardío, como es ya característico en cada informe de gobierno, en los últimos días la zona conurbada se ha llenado de espectaculares con propaganda que pretende “decir algo” sin informar realmente sobre las acciones del primer año de gobierno. Una campaña preliminar de lo que vendrá en septiembre, pero que resulta bastante predecible.

Eso sí, tampoco han estado exentos de errores que les podrían costar una sanción, según lo que establece el Artículo 288, Párrafo 5to, del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales:

5. Para los efectos de lo dispuesto por el párrafo séptimo del artículo 134 de la Constitución, el informe anual de labores o gestión de los servidores públicos, así como los mensajes que para darlos a conocer se difundan en los medios de comunicación social, no serán considerados como propaganda, siempre que la difusión se limite a una vez al año en estaciones y canales con cobertura regional correspondiente al ámbito geográfico de responsabilidad del servidor público y no exceda de los siete días anteriores y cinco posteriores a la fecha en que se rinda el informe.

Atendiendo a este precepto legal, la difusión del primer informe de gobierno debió iniciar el 1 de septiembre, para concluir el día 13, y aunque la propaganda que hoy vemos en espectaculares y redes sociales no hace alusión expresa a un primer año de labores, sí incluyen el eslogan que podría distinguir a esa campaña: “Estamos reconstruyendo Zacatecas”.

Lo que sí podría constituir una violación a este artículo es el pago de publicidad en redes sociales para la difusión de este tipo de contenidos, pues se realizan desde las cuentas oficiales del gobernador David Monreal fuera del periodo establecido para la promoción de su imagen, independientemente de que el contenido no incluya su imagen (valga la redundancia).

Más allá de estas “minucias”, al equipo de asesores de la nueva gobernanza se le olvidó que en semiótica, “reconstruir” también implica un proceso de destrucción para un nuevo comienzo, pero a David Monreal se le olvidó empezar a construir.

Se consumó el dedazo

La madrugada de este jueves se publicaron en la página oficial de MORENA los resultados de los congresos distritales en Zacatecas y no hubo sorpresas. Lo que ya se había informado desde el día de la jornada de elección interna, esos fueron los resultados: 40 congresistas, de los cuales 39 son servidores públicos, la mayoría vinculados con la delegada de Programas para el Desarrollo, Verónica Díaz Robles.

Así pues, desde la cúpula acaban de dar el aval a la delegada para que siga haciendo y deshaciendo en Zacatecas, sin mayores consecuencias que la irritación de una parte de la militancia (incluyendo a los “históricos”), pero que en los hechos no se ha traducido en algún cambio sustancial.

Lo llamativo de los resultados oficiales es que la diputada Roxana Muñoz figura como la que menos votos obtuvo de las 20 congresistas electas, y la tercera con menos votos de los 40 congresistas electos para Zacatecas. Y así pretenden impulsarla (¿imponerla?) como la próxima dirigente estatal de MORENA.