El futuro del monrealismo

Lo dijo David Monreal en enero de 2020 ante medios de comunicación: “el monrealismo es un movimiento social que ha prevalecido a través de los años y que ha acreditado, demostrado, con creces, que está no solo preparado, sino destinado a la transformación de Zacatecas”.

Son declaraciones de quien entonces aspiraba a lograr la candidatura a la gubernatura de Zacatecas en el proceso electoral 2020-2021 y que hoy, dos años y medio después, parece haber olvidado sus propias palabras.

Lo ocurrido el pasado 15 de septiembre en el Centro de Convenciones de Fresnillo fue un parteaguas para el monrealismo. El mensaje político que ofreciera el alcalde Saúl Monreal con motivo de su primer informe de labores (y cuarto de su gestión) era el que se hubiera esperado en el Palacio de Convenciones el pasado 8 de septiembre.

El gobernador David Monreal no tenía mucho qué perder declarando abiertamente su respaldo al senador Ricardo Monreal en su aspiración a lograr la candidatura a la Presidencia de la República.

La sumisión que ha demostrado en el último año a los deseos de Palacio Nacional no se ha traducido en un mejor presupuesto para Zacatecas, pues las proyecciones para el 2023 son únicamente los recursos que por ley le corresponden al estado. Ni más, ni menos. Y en un año ha dejado claro que esa sumisión tampoco ha significado recursos extraordinarios.

En una cátedra de política, el menor de los Monreal dejó varias lecciones a quien hoy se dice gobernador de Zacatecas. Sin el menor asomo de rencor, aludió a su sacrificio para cederle espacios a David, quien al final traicionó los principios del monrealismo (si es que los hay) por entregarse a principios personales y, en esa ruta, pisotear a otros miembros del clan (léase Saúl y Caty Monreal).

En una misma balanza, el alcalde de Fresnillo equiparó el obradorismo con el monrealismo integrados en lo que llaman la Cuarta Transformación, pero cada uno con sus matices. Y en esa disyuntiva, según dio a entender, la sangre debería pesar más que una ciega sumisión.

Porque nadie puede negar que los Monreal son una familia de donde han emanado muchos políticos, así como hay familias de contadores, de abogados, de constructores y de otros gremios de profesionistas. Pero entre los Monreal, luego del mensaje del menor de la familia, queda claro que “no es lo mismo basín que jarro”.

El informe de Saúl Monreal no solo fue una declaración de principios; fue un homenaje a quien inició el movimiento que hoy conocemos como monrealismo, en una abierta muestra de respaldo y disciplina, no sin antes enfatizar que llegó la hora de Saúl Monreal.

En las relaciones de poder hay una expresión recurrente: “know your place”. Y lo ocurrido en el Centro de Convenciones de Fresnillo fue un claro ejemplo. Quien fuera promovida como “representante personal del Presidente” quedó relegada al lugar que, en los hechos, debería ocupar. Y en el monrealismo, el patriarca ocupó su lugar en primera fila.

Tal muestra de política sin duda metió en aprietos a quien hoy se dice gobernador de Zacatecas. Ya acostumbrado a seguir un guión preparado para ese tipo de eventos, David Monreal no pudo ocultar su nerviosismo durante su mensaje, con las manos inquietas sin saber en qué momento dejar de mover los micrófonos del templete o evadiendo poner énfasis en la mención de la delegada de Programas para el Desarrollo, Verónica Díaz Robles. Estaba ante un público al que no le podían jugar el dedo en la boca.

Pero quien diga que hay fracturas en el clan también cae en el error. Para el monrealismo, “la familia es la familia” y aunque alguien sea la vergüenza del clan, siempre habrá un Monreal para honrar el apellido. De eso se trata el monrealismo.

Un capital político de migajas

Más de un minuto duró la rechifla en Plaza de Armas (transmitida vía SIZART), mucho más que la rechifla que recibió el gobernador David Monreal cuando asistió al partido de Mineros de Zacatecas en el Gimnasio Marcelino González.

La noche del Grito de Independencia no fue una tersa velada para el mandatario. Su nerviosismo le delató cuando hizo sonar la campana mucho antes de las arengas acostumbradas para esta fecha. Y la rechifla seguía.

En el patio central de Palacio de Gobierno ya esperaban algunos de los pocos invitados a la “cena de gala”, los cuales degustaron un menú acorde con la “austeridad republicana”, entre ates y quesos de entremés; tamales, gorditas y pozole como plato fuerte; gelatinas “Jell-o” tricolores como postre, además de algunas “cubas” donde no podía faltar Mezcal El Zacatecano, el favorito del gobernador según las facturas de la Jefatura de Oficina del Gobernador.

La lista de invitados parecía “muy selecta” (y plagada de errores). Solo invitaron a 16 de los 30 diputados locales (por supuesto, los priístas no estaban contemplados, mucho menos Priscila Benítez). Tampoco se invitó a Caty Monreal. Muchos menos a los representantes de cámaras empresariales y colegios de profesionistas.

Ningún gremio representado en la “cena de gala”, pero abundaron sillas vacías, entre ellas la del senador Ricardo Monreal. No acudieron todos los secretarios del gabinete de la nueva gobernanza, ni todos los diputados, ni todos los hermanos Monreal Ávila.

Los únicos que habrían atendido la invitación de la “selecta lista” habrían sido empleados de la delegación del Bienestar y su delegada Verónica Díaz, algunos Servidores de la Nación y trabajadores del Sistema Estatal DIF.

Muy poco capital político logró reunir el gobernador David Monreal, tal como le ocurrió a la comisionada del INAI, Norma Julieta del Río Venegas, en su “magno festejo” de cumpleaños en la Exhacienda El Maguey este fin de semana.

Tal vez a la comisionada con aspiraciones políticas para el 2024 no le informaron que en la misma fecha el gobernador David Monreal estaría en el tercer Congreso Nacional Ordinario de MORENA, donde recibió algunos aplausos y porras opacados por gritos al son de “¡fuera!”.

El mandatario que hoy no se sabe si sigue siendo petista o en qué momento se afilió a MORENA estuvo en el presídium junto a Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, y Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar. Pero en el “aplausómetro”, fue el que menos vítores obtuvo. ¡Qué necesidad de humillarse a tal grado!

Porque a la convocatoria nacional tampoco asistió el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Alejandro Armenta, un claro fichaje del senador Ricardo Monreal, a pesar de que sí estuvo en primera fila el coordinador de MORENA de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier.

Mientras David Monreal vivía la vergüenza en un congreso nacional, la comisionada Norma Julieta del Río pasaba la vergüenza en lo local. Quien otrora presumiera de capital político, este año reunió la morralla política de Zacatecas pese al gasto en una comilona estilo “fifí” que incluyó arrachera y salmón “de granja” en costra de ajonjolí. Más capital político reunió la boda de la diputada local Georgia Miranda en los viñedos Tierra Adentro. Y eso ya es mucho decir.