Como un Twister

Con esto del semáforo epidemiológico, que la federación dice una cosa, pero los estados deciden aplicar otra cosa y los municipios también se mandan solos, pues ahí nos traen a la banda como si jugáramos al Twister. ¡Decídanse!

¡Naranja! ¡Naranja!

Con la novedad de que a partir de hoy Zacatecas vuelve al semáforo naranja junto a otras 15 entidades del país (bien curioso que el sur seguirá en rojo), pero como la decisión sobre las acciones para la Nueva Normalidad depende de los estados, algunos gobernadores ya dijeron que se mantendrán como si estuvieran en semáforo rojo (muy cautos, pues), mientras el gober Alejandro Tello declaró hace unos días Alerta Máxima para Zairo. ¿Qué sigue? No bajar la guardia y seguir con las recomendaciones, aunque se reanuden las actividades.

Decálogo contra el bicho

Y como el esfuerzo no parece suficiente, ahora nuestro presidente Andrés Manuel presentó una especie de decálogo contra el bicho para la Nueva Normalidad, con puntos como: mantenerse informados, actuar con optimismo, dar la espalda al egoísmo e individualismo, no dejarse envolver por lo material, ante el peligro de contagio la mejor medicina es la prevención, defender el derecho a gozar de la naturaleza, alimentarse bien, hacer ejercicio, eliminar actitudes discriminatorias y reforzar los valores culturales, así como buscar un camino a la espiritualidad. Como que destinar más recursos a los estados tampoco caería mal…

Fiestas

Pero todo esto del bicho aún parece no importarle a mucha raza, pues a pesar de la Alerta Máxima y el chingo de nuevos casos que se registraron esta semana, se fueron de pachanga durante el fin de semana y ahí anduvieron como locos los pitufos atendiendo reportes que no terminaban. Y hasta nos llegó el chisme de que hubo sendas borracheras en las que también participó gente de gobiernos municipales, que según esto deberían centrarse en promover las medidas de prevención. Con esos ejemplos, ya entendemos por qué la racita no entiende. ¡ALV!

¡Sopas!

Siguen los líos en la Capirucha, y es que la síndico Ruth Calderón se fue a las decisiones extremas y pidió a los bancos congelar las cuentas del municipio hasta que se le devuelvan sus atribuciones, pero en lo que son peras o son manzanas, con las cuentas congeladas se ve imposible el pago de nómina de los más de 1 mil 600 trabajadores que le han entrado a la talacha durante esta contingencia. ¡Ánimas!