Seguramente Margaret Thatcher no pensaba en Zacatecas cuando afirmó que “el socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero de los demás”, porque eso de recurrir nuevamente a los contribuyentes para salvar las finanzas del Estado como que hace preguntarse ¿en qué se gastaron nuestros impuestos? Hoy se tiene un déficit por 1 mil 408.7 millones de pesos principalmente por caídas en las participaciones federales y locales, déficit que hoy pone en riesgo la continuidad de las actividades en la administración pública en medio de la pandemia por el COVID-19. Y como decía la Dama de Hierro: “si el estado quiere gastar más dinero, solo puede hacerlo endeudando tus ahorros o aumentando tus impuestos”, de ahí el anuncio para que la racita se moche y adelante su pago de la tenencia (control vehicular, le dicen ahora) del próximo año. ¿Por qué recurrir a esta medida? Porque la federación parece abandonar a los estados y prefiere invertir en proyectos no prioritarios (Tren Maya, Aeropuerto de Santa Lucía) y programas asistencialistas que no generan desarrollo, productividad ni aumentan la recaudación de impuestos.
Prioridades en la 4T
Pero no todo son malas noticias, o quién sabe, con eso de que el senador Ricardo Monreal impulsó algunas reformas a la Ley Federal del Derecho de Autor y al Código Penal Federal para adecuar la legislación mexicana al capítulo de propiedad intelectual del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que en el fondo solo criminalizará a las personas que eluden candados en el software o hardware con fines de investigación o estudio; si modifica el hardware de su computadora o le instala un sistema operativo diferente al original; si usa o fabrica reemplazables genéricos para impresoras o cafeteras; o si desea reparar sus dispositivos por sus propios medios o mediante técnicos independientes. Estas reformas ya pasaron por el Senado y están en espera de ser aprobadas en la Cámara de Diputados, en sus prisas por planchar la reelección de Donald Trump y el próximo encuentro con Andrés Manuel López Obrador. A propósito, ahora muchos recuerdan: ¿que las reformas de EnriquePeña Nieto qué?
Ella quiere su corona
A la que piden que ya se siente es a Yeidckol Polevnsky. Con eso de la guerra intestina por la presidencia de MORENA, ahí sigue en el pleito con Alfonso Ramírez Cuéllar, ahora con un panfleto en el que acusa dizque cuatro meses perdidos en los que el Tribunal Electoral concedió a La Polla la presidencia interina del partido mientras se elegía a consejeros y cargos directivos, cosa que no sucedió (y por lo que se ve, no sucederá por la contingencia del COVID-19). Pero de dimes y diretes no pasa. Que si dañó la imagen del partido, que si redujo 7 puntos la intención del voto, que si polarizó y dividió a militantes y simpatizantes, que si daño moral (co… rup… jión) por manipulación mediática y más linduras de quien no presenta denuncias, pero sí tiene denuncias de corrupción por la compra de bienes inmuebles de manera turbia. Pues ahí que siga la novela.