Hartazgo social, la gran lección para el PRI: Isadora Santiváñez

Para la exdiputada Isadora Santiváñez, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) debió aprender mucho luego de la elección pasada, aprender del hartazgo social hacia la política, del exceso de confianza, de figuras políticas “muy sobradas”, de saber representar las verdaderas causas ciudadanas, pero sobre todo de no haber alzado la voz en su momento frente a los políticos que dañaron la imagen del instituto.

“El PRI es el partido que tiene la militancia y las estructuras más consolidadas, pero no lo es todo, por eso ha sido un aprendizaje bien grande en el sentido de que a lo mejor hay ciertos actores que puedan estar muy confiados o muy sobrados, hubo exceso de confianza en la elección pasada, no se midió el efecto Andrés Manuel, aunque no se lo atribuyo todo, se lo atribuyo al hartazgo de la gente, porque él no hubiera tenido tanta popularidad si la gente no hubiera estado en su momento como se sentía”.

Luego de su año sabático (de dos años) tras su paso por la 62 Legislatura, Isadora Santiváñez afirma que “para el partido la elección pasada tiene que ser un aprendizaje de que nunca debes alejarte de la gente, tienes que representar sus causas, tenemos que representar causas y proyectos, ver las diferentes corrientes que hay en la sociedad, adaptarnos y formar parte de esa identidad que te permita tener la confianza, es un reto muy importante, muy fuerte para el partido, pero es algo que nos va a marcar mucho en la forma de hacer política”.

Y es que para la joven exdiputada, “el PRI no tiene nada de malo como partido, fueron los actores políticos, tuvimos actores que dañaron mucho la imagen de la institución y el error que tuvimos fue no haber alzado la voz, porque el buen juez por su casa empieza”, al asegurar que encasillar a todos los priístas como corruptos sería como afirmar que todos los políticos de un partido son santos: “cada partido tiene una forma distinta de hacer nación, pero muchos partidos políticos se basaron en los documentos básicos del PRI”.

En su experiencia por la vida política de Zacatecas enfrentó dos retos importantes: el prejuicio de ser joven y ser mujer, barreras que aún se trabaja por derribar para ir abriendo camino y romper con esos prejuicios, aunado al gran reto que enfrenta cualquier político: “cuando estaba en campaña me tocó escuchar mucho de la gente que había cierto hartazgo de los actores políticos o de la política en general y las principales quejas eran que no regresaban y que no cumplían sus promesas”.

Por ello el reto de Isadora Santiváñez fue no solo demostrar la capacidad como joven y como mujer para participar de forma activa en la política del estado, sino también cambiar la percepción sobre la política al cumplir con volver a cada colonia y comunidad, además de responder con hechos a cada promesa formulada: “si yo quiero ser una política diferente tengo que regresar y tengo que prometer algo que pueda cumplir”.

Y así fue, porque luego de una votación histórica, volvió con la gente que le dio el respaldo y cumplió no solo con las iniciativas que había comprometido, sino que a raíz de un trabajo cercano con la racita, pudo impulsar nuevas iniciativas que han generado un impacto positivo entre la población, a tal grado que su productividad llegó a ser de 1 iniciativa presentada por semana, la mayoría aprobadas, y no la baja productividad de muchos legisladores locales y federales de hoy.

Y no fue cualquier cosa, porque se trató de iniciativas como tipificar el acoso sexual e incrementar la pena por hostigamiento; tipificar el delito de compra venta de terrenos irregulares; la regularización de fraccionamientos; legislar sobre el tandeo de agua potable; la regularización de servicios en las zonas limítrofes entre municipios; e incluso la nueva Ley de Archivos del Estado de Zacatecas que no solo contribuye a preservar la memoria histórica y el acervo documental, sino también a fomentar la transparencia y la rendición de cuentas.

Sin embargo, para Isadora Santiváñez fue un doble compromiso: “no solo es generar permanencia y darte a conocer y hacerte de un nombre, era también esta doble responsabilidad de abrirle espacio a los jóvenes y a las mujeres”, combinando el desarrollo profesional con los proyectos de vida.

“Todavía nos falta buen trecho en romper prejuicios, es difícil mantener una carrera política, pero ser mujer e iniciar desde joven es un reto que se te presenta de manera doble o triple y tienes que demostrar muchas cosas o hacer un sacrificio muy grande”, asegura la exdiputada, quien afirma que “es un tema que como sociedad no hemos roto con ciertos prejuicios, pero vamos avanzando, todavía estamos en el proceso de picar piedra, de ir cambiando esquemas”.

Hoy Isadora Santiváñez ha demostrado que sí es posible otra forma de hacer política y aunque hace dos años que concluyó su periodo en el Poder Legislativo, nunca dejó de estar al pendiente de la gente que le dio la confianza en aquel 2016, cuando apenas aspiraba al primer cargo de elección popular. Grandes retos vienen por delante. ¡Ánimas!