Luego de demostrar músculo político con su segundo informe de gobierno, el presi Ulises Mejía no ha dejado ahí las cosas. Ahora se lanza a las colonias y comunidades, como en El Orito, donde inició una gira de rendición de cuentas con la racita de la Capirucha para hacer un balance de los avances, las tareas pendientes y darle más recio en este último año de gobierno para cumplir al 100. Y es que una de las principales quejas de la gente en todos lados es precisamente que los políticos solo buscan a la racita cuando es época de campañas y nunca les vuelven a ver la cara hasta que buscan de nuevo un cargo de elección popular. No es el caso de Ulises Mejía, a quien durante dos años le hemos visto 24/7 recorriendo todo el municipio y más allá de sus fronteras para seguir llevando bienestar a la racita que confió en él y en el proyecto que encabeza, y también en la que votó por otra opción política, porque a final de cuentas todos son zacatecanos y no debe haber excepciones a la hora de gobernar y servir. Total que en esta gira de rendición de cuentas, el presi Ulises Mejía vuelve para informar sobre las acciones emprendidas y el compromiso de triplicar (así como lo lee) los esfuerzos para el cierre de esta administración. Así viéramos al Cabildo Morena en la talacha, pero nomás le entran a la guerra sucia para estorbar.
Taquitos de lengua
Después del derroche de arrogancia y narcisimo que nos ha dado en los últimos dos años, ¿cómo creerle a Julio César Chávez ese falso perfil del político sensible y humanitario? Ahora hasta lanza una plataforma con su nombre para rendir su segundo informe de gobierno en un evidente acto de autopromoción política, por mucho que justifique que es con recursos propios, porque si de eso se trata, ¿cómo justificar que empleara la comunicación institucional del Ayuntamiento para informar de actos que realizó a título personal y, dice, costeados de su bolsillo como el pago de hospedaje a personal de salud en el hotel propiedad de su padre? El apoyo no se niega, qué bueno que lo haga, pero ¿había necesidad de tanta faramalla? Ahora viene con la cantaleta de que el Gobierno del Estado nuuunca de los jamases aportó un peso en el municipio, cuando dos años llevan tendiéndole la mano y este la escupe para luego martirizarse en redes y fingirse víctima de la indiferencia del gober Alejandro Tello, pero eso sí, tooodo el respaldo del Gobierno de México, cuando nada qué ver los programas sociales federales elevados a rango constitucional y manejados por la propia federación SIN INTERMEDIARIOS como los alcaldes, para que no se cuelguen de esos méritos. Pero es una lección que nunca aprendió (ni aprenderá) Julio César Chávez, acostumbrado a sacar raja política de lo que más le convenga. ¿O por qué tanto brinco de partidos?
Política de resultados
A pesar del cochinero que le heredaron las dos administraciones anteriores (a tal grado que uno de los ex alcaldes enfrenta un proceso penal), el presi César Ortiz Canizales se la ha rifado estos dos años por la racita de Trancoso, con obra pública, con mejores servicios, con apoyos para la gente que más lo necesita, tocando puertas y gestionando aquí allá para que rindan los pocos pesos que le dejaron. Y es que ha habido momentos en los que ni siquiera alcanza para la nómina, pero algo sucede como en La Rosa de Guadalupe que de pronto sale adelante y le sigue sin agüitarse. Por lo pronto este martes conoceremos a detalle de todos estos esfuerzos de un antorchista de corazón que aprendió bien de la política social del profe Osvaldo Ávila.