Protesta sí, protesta no

Pues se llegó el 8M. La marea púrpura invadió las calles para alzar la voz por las que ya no están, por las que están pero no han tenido la fuerza (ni el respaldo) para alzar su voz, por las que han sido víctimas, por las que han sido revictimizadas, por las que debido a la pandemia siguen recluidas en sus hogares con la necesidad de manifestarse contra la violencia feminicida que cada día cobra la vida de 10 mujeres.

Zacatecas también fue escenario de estas manifestaciones para demandar y exigir el cumplimiento de luchas legítimas y mujeres de todas las edades inundaron el Centro Histórico de la Capital para hacerse escuchar. Pero al llamado de “quemen todo”, en un momento se desvirtuó la lucha.

La cafetería Acrópolis, un negocio familiar con más de 50 años de tradición, ícono y emblema de nuestro Zacatecas, no salió ileso. Más allá de los cristales rotos, que podrán reponerse (a diferencia de una vida), es una fuente de empleo para otras mujeres, ha sido refugio para otras mujeres víctimas de violencia y se ha solidarizado con las causas feministas. Su delito: quizá dar un servicio a figuras políticas, tal como hace con cualquier otro comensal.

Sororidad sería entender la crisis sanitaria que ha afectado a muchos negocios, especialmente a los familiares, y más todavía a los que representan la principal fuente de ingresos para otras mujeres.

La gran sorpresa en las manifestaciones

Incluso dentro del feminismo hay una gran diversidad entre sus causas y aunque puedan llegar a ser contrarias, hay muchos ejemplos donde se privilegian las coincidencias por encima de las diferencias. Y en Zacatecas tuvimos una muestra.

En medio de la manifestación con motivo del 8M, para varios no pasó desapercibida la presencia de Cristina Rodríguez, presidenta honorífica del Sistema Estatal DIF, quien se sumó al contingente acompañada de otras trabajadoras del Gobierno del Estado que se solidarizaron con las demandas feministas.

“Alto a la institucionalización de la violencia contra la mujer” fue una de las mantas que identificaron al contingente encabezado por Cristina Rodríguez, quien junto a otras mujeres también empuñaba pañuelos azules como emblema de la causa “provida” de los grupos conservadores.

Lo simbólico del acto fue que desde el individual tal vez pueden no compartirse posturas en torno a las luchas feministas, pero en lo colectivo se privilegian las coincidencias y los actos de sororidad que permitan avanzar en la consecución de estas causas.

Y es que entre los radicalismos, más vale la unidad en torno a las causas comunes que el desgaste por diferencias que solo retrasan los fines de esta lucha legítima. ¿Que las sufragistas bombardeaban edificios? Claro, edificios simbólicos, no los aliados de “la causa”.

Entre evangélicos te veas

Y hablando de rosarios y causas feministas, circuló el rumor de que Ulises Mejía, alcalde de la Capital con licencia por tiempo indefinido, se sumaría al Partido Encuentro Social (PES) como última alternativa para buscar la reelección en la presidencia municipal. ¿Contradicciones? Tal vez pragmatismo político puro.

Algunos cuestionaron cómo era posible que el alcalde más “progresista e incluyente de Zacatecas”, el que había promovido los matrimonios igualitarios, de pronto se aliara con los evangélicos del PES que se oponen no solo a este tema, sino a muchos otros en la agenda progresista que impulsó Mejía Haro.

De hacerlo, simplemente demostraría que la política es un juego de estrategia cuyo fin último es ganar. Ya lo de las causas que se persigan es el aderezo de cada elección y que pueden cambiar conforme a los intereses de cada aspirante.

En esta bandeja también incluyeron a otros perfiles, como Iván de Santiago, también secretario de Gobierno de la Capital con licencia, y la comunicadora Verónica Trujillo, quien anteriormente había sido candidata a una diputación local por la coalición PAN-PRD.

Lo cierto es que no hay algo cierto y más parece una campaña de desprestigio que una información oficial, ya confirmada por las partes. Un “radiopasillo” que se presume fue promovido desde el ala del D21 con tal de seguir armando la chimba a quien ya declaró la paz a sus detractores. ¿O hasta qué grado querrán llevar su venganza política?

¿Contrapesos en Guadalupe?

Por demás se sabe que la presidencia municipal de Guadalupe será la más disputada en este proceso electoral, o al menos la que podría representar el triunfo de la coalición Va por Zacatecas (PRI-PAN-PRD) entre tanto aspirante, incluyendo a un alcalde con licencia antireeleccionista que busca la reelección.

La apuesta de Va por Zacatecas es el profe Osvaldo Ávila, pero su triunfo en las urnas también depende del equipo del que se rodea y en eso, conviene hacer memoria de algunos números en procesos anteriores.

Durante el proceso electoral del 2018, en el que Julio César Chávez sacó provecho de la ola Lópezobradorista para hacerse con la alcaldía, la exdiputada local Isadora Santiváñez llevaba mejores números, como lo demuestra una encuesta de TrueData (esa que tanto presume el D21).

La suerte no le favoreció con la candidatura en aquel entonces, pero hoy está sumada al proyecto y aunque se mantiene con trabajo firme en el distrito electoral 4, su gran base se encuentra en el Distrito 3, ese por el que llegó a convertirse en diputada local en el 2016.

Mal haría la coalición si la mantiene relegada del distrito por el que tanto trabajó y donde pasado el tiempo aún conserva la estrecha relación con verdaderos liderazgos que podrían definir el rumbo de la elección el 6 de junio. ¿La coalición Va por Zacatecas de verdad quiere arrebatar el nuevo “bastión” al monrealismo? Ahí está la respuesta.