Fue en agosto del 2018 cuando Ulises Mejía Haro tocó las puertas en el extranjero y abrió camino para los entonces alcaldes electos de Zacatecas con los hermanos migrantes en Utah. Faltaban todavía un par de semanas para que rindiera protesta como presidente municipal de la Capital, pero desde el momento en que fue electo ya estaba haciendo su chamba.
En aquel entonces llegó a buenos acuerdos con Keith Atkinson, representante de la Federación de Mexicanos Unidos de Utah y enlace con el gobierno de Park City, Utah; así como Ashley Robinson, representante de la asociación Globus Relief.
A partir de ese encuentro logró grandes gestiones, como un donativo en equipo y material médico por casi 18 millones de pesos, equipamiento de Protección Civil, inversiones en el programa 2×1 para Migrantes, intercambios de estudiantes, acuerdos comerciales y de exportación, vinculación académica y empresarial, entre muchos otros temas.
Luego vendría la relación con otros países, como Israel, Francia, República Checa, España, entre otros con quienes estableció múltiples acuerdos de cooperación cultural, comercial, educativa, turística y de salud.
Pero fue justo un año después, en el mes de agosto del 2019, cuando su generosidad le abrió las puertas de Utah a sus homólogos de otros municipios, aunque no todos aplicaron esa frase tan polémica de “amor con amor se paga”.
No siempre “amor con amor se paga”
En agosto del 2019, Ulises Mejía encabezó junto a José Juan Estrada Hernández, entonces secretario del Zacatecano Migrante, una comitiva mixta para fortalecer las gestiones con el gobierno de Utah. Fueron recibidos por el entonces gobernador Gary Herbert.
En esa ocasión acudieron los alcaldes de Jalpa, Calera, Sombrerete y Guadalupe, pero solo uno sacó ventaja de la oportunidad que se le presentaba. ¿Ya olía a traición?
Para esas fechas, Ulises Mejía enfrentaba las primeras rupturas al interior del Cabildo de Zacatecas, y semanas después esto se traduciría en el vacío que dejaron regidores monrealistas durante su primer informe de gobierno.
Pero en esa gira, fue muy notoria la ruptura cuando regidores monrealistas acudieron “por separado” a la reunión con Gary Herbert, incluyendo a Caty Monreal, con quien tuvieron la descortesía de presentarla como “hija de Ricardo Monreal”.
Los frutos de esa reunión “por separado” nadie los conoce y mucho se comenta que solo se trató de opacar lo que ya había logrado Ulises Mejía en su primer año de gobierno. ¿El motivo? No cuadrarse con el monrealismo. Y pagó las consecuencias muy caro.
Sin embargo, en esta trama de telenovela barata (cuyo último capítulo aún no se escribe), hubo alguien que aprovechó la situación para montarse en el barco y ofrecerse de tapete al grupo al que hoy dice representar.
La traición de Julio César Chávez
Tres años después de que Ulises Mejía tocara las puertas en Utah, y dos años después de la polémica reunión junto a otros alcaldes en el mismo sitio, Julio César Chávez Padilla vuelve a Utah con la representación del gobernador electo David Monreal y, ya de paso, como alcalde reelecto de Guadalupe. Al menos eso indica el comunicado enviado por el equipo del gobernador electo.
En esta ocasión, Chávez Padilla fue atendido por la vicegobernadora de Utah, Deidre Henderson, a quien el vanidoso alcalde entregó la primera carta de intención del próximo gobierno estatal para intercambios en materia comercial, cultural, académica, económica y de salud. ¡Qué innovador!
Según dice el comunicado, “Julio César Chávez Padilla manifestó el interés del próximo gobierno zacatecano para mantenerse cerca de la comunidad migrante, reconociendo su activa participación en la vida económica, política y social en prácticamente todos los estados de la Unión Americana, en particular Utah, que representa una de las economías con mayor crecimiento en el vecino país”.
Tal vez por eso celebran las cifras récord de envíos de remesas, porque de otra manera no sobrevivirían los zacatecanos con el reparto discrecional de los Programas del Bienestar a cargo de su madrina la súperdelegada Verónica Díaz Robles.
Lo cierto es que no es la única persona que asiste a eventos públicos con la representación de David Monreal y quienes lo han hecho, todo indica que integrarán el próximo gabinete estatal. ¿En qué dependencia será considerado Chávez Padilla? ¿Para eso quería la reelección?
Y sigue la venganza política
A propósito de Ulises Mejía, cuentan que regidores monrealistas de la Capital se niegan siquiera a dictaminar la solicitud de licencia para operar los negocios del alcalde con licencia, mucho menos existe la posibilidad de que sean votados en sesión de Cabildo.
Será que para la reactivación económica también hay prioridades y los enemigos políticos pueden esperar por los siglos de los siglos, pues dicen que aunque su buena tunda le dieron con el tema de violencia política de género, no descansarán hasta verlo o en la cárcel o en la calle.
Habrá qué ver si les seguirá el juego el alcalde electo Jorge Miranda Castro, quien por cierto estará este jueves con el alcalde Salvador Estrada en la instalación de la Comisión de Entrega Recepción, con la que iniciarán formalmente los trabajos de transición para el próximo gobierno municipal.
Miranda Castro debería escarmentar en la experiencia ajena y andarse con cuidado, no vaya siendo que conozca la venganza del monrealismo en otro nivel. Y no faltará quién le desee mucha, pero mucha suerte, porque la va a necesitar si quiere trascender como el alcalde que prometió ser. A ver si Pablo Torres Corpus le ayuda en ese empeño… o le mete la pata.