Tener un gobernador famoso por levantarse tarde ya era sintomático de la administración que se podía esperar y, para muestra, la reacción tardía de la nueva gobernanza para enfrentar la pandemia por el COVID-19, pero también la emergencia de inseguridad en el estado.
Y las dependencias no se quedan atrás. Al parecer en la Coordinación General Jurídica que encabeza Ricardo Humberto Hernández León (el mismo que acusado de falsificar firmas de integrantes del Comité Estatal de MORENA) no están en lo que deben estar. Lo peor es que de su trabajo depende que el resto de las dependencias y los otros poderes del estado cumplan con sus funciones.
Desde septiembre pasado, en la Coordinación General Jurídica se han concentrado más en los procesos de recisión laboral, violando todo procedimiento y hasta las formas, porque vaya que ha habido terrorismo laboral y eso de notificar de los despidos a media calle o en los domicilios particulares de los trabajadores como que tampoco es algo legal, ¿verdad?
En cambio, en su responsabilidad de editar y publicar el Periódico Oficial del Gobierno del Estado llevan mucho rezago. Para muestra, hoy es fecha que no se ha publicado la reforma al Código Familiar del Estado de Zacatecas para permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo, a pesar de que esta reforma se aprobó desde el 14 de diciembre.
Pero tampoco se ha publicado la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Zacatecas, aprobada el 22 de diciembre, donde se establece que para cualquier nombramiento o despido de las direcciones legislativas se requerirá de las dos terceras partes de la votación del pleno, un retraso que sugiere que la nueva gobernanza todavía pretende interferir en los asuntos del Poder Legislativo.
Por si fuera poco, tampoco se ha publicado el Acuerdo del Consejo Estatal por la Seguridad en Salud (o el nombre rimbombante que le hayan puesto al Consejo Estatal de Salud) donde se incluyen las medidas a tomar por la pandemia del COVID-19. Es decir, todo lo anunciado por el gobernador David Monreal Ávila para atender la emergencia sanitaria en semáforo epidemiológico amarillo, del 10 al 23 de enero, es letra muerta.
A ver si esta demora no interfiere después cuando haya que publicar las Reglas de Operación de los cacareados programas de la nueva gobernanza, uno de los requisitos fundamentales para evitar observaciones en la fiscalización de las cuentas públicas. Y vaya que la Secretaría de Desarrollo Social, el Sistema Estatal DIF, la Secretaría de Desarrollo Urbano, la Secretaría del Campo y la Secretaría del Zacatecano Migrante tienen muchos programas que reglamentar.
¿Y dónde está la COFEPRIS?
A propósito de la pandemia, de pronto la nueva gobernanza se ha concentrado en pretender cambiar la forma de comunicar las cifras de contagios que ya llegaron a niveles récord en el estado y el país.
En lugar de dimensionar la gravedad del crecimiento acelerado de los contagios, hoy buscan lavarle la cara al gobernador David Monreal anteponiendo el “mucho trabajo realizado” para prevenir contagios, y luego remitirse a las cifras de miedo, que tan solo este miércoles llegaron a los 978 contagios en un solo día.
No solo eso, la Coordinación de Comunicación Social que encabeza Gerardo Flores López se ha atribuido la facultad de informar sobre el avance en la vacunación, un mérito que corresponde al Gobierno federal a través de la Delegación de Programas para el Desarrollo, que dirige Verónica Díaz Robles. Por cierto, ¿alguien sabe dónde andará la delegada? Porque desde aquella fotografía a mediados de diciembre con la comisionada del INAI, Norma Julieta del Río, no ha dado señales de vida.
En fin, que los municipios han sido los únicos en informar sobre las medidas a tomar para contener el avance de la pandemia, en seguimiento a los acuerdos del Consejo Estatal por la Seguridad en Salud, acuerdos en los que en ningún momento se menciona a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
Usted se preguntará, ¿y para qué sirve la COFEPRIS? Bueno, pues se trata del organismo responsable de aprobar los protocolos sanitarios de todos los establecimientos e incluso de instituciones públicas, además de verificar que estos se cumplan efectivamente y emitir las sanciones correspondientes en caso de incumplir las medidas aprobadas.
Pero más allá de que el acuerdo anunciado por el gobernador David Monreal sea letra muerta mientras no se publique en el Periódico Oficial, hoy prevalece la incertidumbre entre el sector empresarial ante la posibilidad de endurecer las restricciones si aumenta la ocupación hospitalaria y se dispara (como hasta ahora) el número de casos positivos.
Y su preocupación tampoco es fortuita. Ya el 2020 y 2021 les generaron un severo impacto a sus finanzas, lo que se tradujo en un crecimiento de las filas de desempleo y el cierre de negocios. Y con las cargas impositivas para este año, tanto federales como estatales, poco apoyo se ve de la nueva gobernanza para evitar que estas afectaciones se repliquen también en 2022.
Muchos se preguntan en qué andarán el secretario de Economía, Rodrigo Castañeda Miranda, y el secretario de Finanzas, Ricardo Olivares Sánchez, que no se han reunido con los diferentes sectores empresariales para elaborar un plan de apoyo a las actividades económicas en caso de que la cuarta ola del COVID-19 se endurezca y comience a hacer mella en los changarritos.
Porque de ello depende conservar no solo la fuente de empleo para miles de zacatecanos, sino también esos ingresos de recaudación que espera la nueva gobernanza. Y el Reporte Estadístico Diario de la Secretaría de Salud federal da cuenta de que Zacatecas no va por buen camino, al ser la quinta entidad con la mayor tasa de casos activos por cada 100 mil habitantes.
Con este panorama, ¿le dará hambre al gobernador David Monreal?
Apareció la desaparecida
Por fin apareció Miriam García Zamora, la excandidata a la gubernatura por el partido Fuerza por México (que declinó por David Monreal durante la campaña) y actual titular del Instituto para la Inclusión y Atención de Personas con Discapacidad.
Solo que en su primer evento público, durante la firma de un convenio de colaboración entre la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas y el Gobierno del Estado para impulsar la inclusión laboral de personas con discapacidad, al parecer el equipo de logística no tenía contemplado cederle el uso de la voz a García Zamora, hasta que el propio gobernador pidió le pasaran el micrófono para dar unas palabras… y luego se arrepintió por tan mala intervención.
Por cierto, hablando de desaparecidas, ¿dónde andará la otra excandidata, Fernanda Salomé Perera, que declinó su candidatura por David Monreal? Porque le habían prometido una dirección de atención a la diversidad sexual y hasta la fecha, ni reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado para crear dicha dirección, ni nombramiento. ¿No que “amor con amor se paga”?