Parafraseando a don Porfirio Muñoz Ledo: ¡pero qué manera de trabajar! Especialmente de los diputados del bloque oficial que no están en lo que deben estar y la prueba está en la sesión legislativa de este miércoles, en la que se ausentaron en gran parte o casi toda la sesión: Maribel Galván, Roxana Muñoz, Violeta Cerrillo, Sergio Ortega, Martha Elena Rodríguez, Analí Infante, Armando Delgadillo, Nieves Medellín y Priscila Benítez.
Bien raro que mientras en el Congreso local se desarrollaba la sesión ordinaria, los diputados Maribel Galván (coordinadora del grupo parlamentario de MORENA), Violeta Cerrillo, Analí Infante y Nieves Medellín se encontraban en el municipio de Jerez promoviendo la revocación de mandato, una tarea que ni está en sus responsabilidades, ni se los permiten las leyes electorales y de revocación de mandato.
De los demás ausentes, nade sabe, nadie supo que “alta responsabilidad” les hizo faltar a sus obligaciones, esas que un día sí y otro también se las recuerda desde la presidencia de la Mesa Directiva el diputado Xerardo Muñoz, quien ha insistido que a los diputados se les paga muy bien por acudir solo dos días a trabajar como mínimo y ni siquiera en una jornada laboral de ocho horas, como cualquier mexicano.
Pero prioridades son prioridades, o ”amor con amor se paga”, porque tal parece que los hoy promotores de la revocación de mandato lo hacen con la investidura de representantes populares y de un partido político en específico, a pesar de que la promoción de este ejercicio es exclusiva de los órganos electorales y de la propia ciudadanía a título personal.
La expectativa tampoco es promisoria, considerando que fueron los mismos legisladores federales de todas las bancadas quienes aprobaron una vara muy alta para que el resultado de la revocación de mandato sea vinculante, sin olvidar que no se garantizó el presupuesto suficiente para llevarla a cabo de manera óptima.
Ya lo dijo Matías Chiquito Díaz de León, vocal ejecutivo de la Junta Local del INE en Zacatecas: solo hay condiciones para instalar el 30% de las casillas en el país y si en una elección ordinaria se toma como referencia un 50% de participación de electores, en el caso de la revocación de mandato apenas sería de un 15 por ciento.
Y con estos antecedentes, difícilmente se lograría la meta de los más de 37 millones de votos para que el resultado sea vinculante, independientemente del sentido del resultado, pues “si bien nos va” se esperan a lo mucho de 10 a 15 millones de votos a nivel nacional.
Ahora, “por instrucciones de alguien”, de pronto salen figuras públicas de la 4T a promover la revocación de mandato (con la sospecha de usar recursos públicos para ello) y adelantándose a los resultados acusando al Instituto Nacional Electoral (INE) en caso de fracasar. Solo que el INE no aprobó la normatividad que la regula, mucho menos el presupuesto que le asignaron para llevarla a cabo. Al final ¿de quién sería la culpa?
Castigo a los chapulines
Y siguiendo con ejemplos de legislar con el hígado, ayer el diputado morenista Ernesto González Romo también dio muestra del nivel que le viene manejando la bancada oficial en la 64 Legislatura.
Bautizándola como “Ley Laviada”, propuso una iniciativa de reforma a la Constitución local con la finalidad de que los diputados plurinominales que hayan llegado al cargo por un partido y cambien de bancada sean obligados a renunciar a su cargo.
La justificación de González Romo es que, a diferencia de los diputados de mayoría relativa, los de representación proporcional no fueron votados directamente por la ciudadanía, sino que habrían llegado a su cargo a través del partido por el que fueron postulados para representar sus principios y abandonar esas filas una vez en el cargo implicaría una traición a esos principios.
La dedicatoria fue evidente: el diputado Enrique Laviada, quien llegó como plurinominal por MORENA y una vez en el cargo, cambió a Movimiento Ciudadano. Pero en la 64 Legislatura no es el único caso que hemos visto.
Recuérdese al “exdiputade” Humberto de la Torre, quien llegó también como plurinominal por MORENA como una acción afirmativa (y hasta se dijo que su registro había sido como sexo femenino, para justificar la aparente violación al principio de paridad) y ya en el cargo, cambió al grupo parlamentario del PVEM. Solo que el diputado Ernesto González Romo tiene amnesia selectiva y demuestra una vez más que lo suyo es legislar con el hígado.
El morenista olvida también que aunque su iniciativa responda a vendettas personales y la aplicación (a conveniencia) de los principios partidistas, la disposición también atenta contra el derecho a votar y ser votados, y en materia de justicia se privilegia ante todo el principio pro persona.
Y en eso de representar los principios partidistas, más le valdría estar calladito porque en la bancada oficial tampoco han dado muchas muestra de congruencia, ni de calidad ética ni moral en sus decisiones. Porque desde fuera, MORENA y aliados hoy son vistos como el nuevo PRI…
Apoyo para iniciativas populares
Como en la 64 Legislatura nadie está en lo que debe estar, ha tenido que salir al quite el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ) para acompañar a quienes buscan aprovechar los instrumentos ciudadanos para la presentación de iniciativas ante el Poder Legislativo.
Es el caso de colectivos feministas como Hijas de la Luna, Nantzin Zacatecas y feministas independientes que hoy buscan presentar una iniciativa que permita a las mujeres el derecho al aborto de forma legal, digna y no clandestina.
Porque habrá que recordar que en los últimos cinco años hay por lo menos 17 denuncias por aborto registradas en Zacatecas debido a que en nuestro estado aún es considerado un delito, según el Código Penal, con agravantes decimonónicas como “no gozar de buena reputación” o “no haber ocultado el embarazo”.
Este tema bien podría abordarse en las comisiones legislativas de Parlamento Abierto, de Salud, de Derechos Humanos, de Justicia o la de Niñez, Juventud y Familia, pero los diputados parecen más concentrados en sus vendettas personales que en los temas de interés social.
Y aunque en el IEEZ en esta ocasión se han abierto las puertas para los colectivos feministas por una iniciativa muy pertinente, también fue extraña la ausencia de la consejera Yazmín Reveles, presidenta de la comisión de Paridad entre los Géneros y única comisión que tendría las facultades y obligaciones para abordar el tema de interés ciudadano. ¡Así las cosas!