La nueva gobernanza vendió como la panacea eso de los cuatro “ejes tractores” (cualquier cosa que eso signifique) para impulsar la economía zacatecana: campo, industria, minería y turismo. Pero el secretario de Economía, Rodrigo Castañeda Miranda, o se hace como el tío Lolo o no ha entendido la transversalidad de la política económica y social para un estado como Zacatecas.
Por supuesto, no es su culpa, sino de las “herencias malditas” que no le permiten echarle aceite a la maquinaria de los sectores económicos y por fin hablar de Zacatecas como una potencia a nivel regional.
Pero ya van casi nueve meses de la nueva gobernanza y ese pretexto va quedando obsoleto frente a los retos que enfrenta la entidad. Baste ver el último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) sobre el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza, donde Zacatecas sobresale, aunque no por los mejores motivos.
Porque entre el arranque de la administración y el primer trimestre de este año, Zacatecas fue la entidad con mayor incremento en el porcentaje de población que no puede adquirir la canasta básica con su ingreso laboral.
Para dimensionar: prácticamente la mitad de los zacatecanos (49.5%) se encontraba en esta situación entre enero y marzo de este año. Pero en lugar de generar los mecanismos para fortalecer el ingreso familiar con más y mejores empleos (aunque suene a demagogia de campaña electoral), la nueva gobernanza ha perdido el tiempo y todo indica que la política a seguir será el reparto de programas de asistencia social.
No se puede obviar el hecho de que en el arranque del 2022 mucho influyeron factores externos, como una alta inflación que pegó duro al bolsillo de los zacatecanos y hoy un kilo de carne de res cuesta prácticamente lo mismo que una jornada laboral de ocho horas: un salario mínimo.
Solo que ese kilo de carne de res no va a durar toda la semana, y en 30 días no es el único gasto que realizan las familias zacatecanas, porque en la larga lista se incluyen la renta, los servicios, el gas, la alimentación, el transporte público (o el costo de la gasolina si se tiene vehículo particular), el calzado y vestido, los gastos educativos, entre muchos otros. Y si a eso le suma las deudas crediticias, la situación no pinta nada bien.
Baste recordar que en la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el primer trimestre de este año prácticamente seis de cada 10 zacatecanos laboraban en la informalidad, sin seguridad social ni prestaciones, lo que agudiza su precariedad y la de sus familias. Y a ello súmele que el 61.6% de los zacatecanos que trabajan ganan entre uno y dos salarios mínimos, entonces la cosa pinta bastante peor.
Un panorama más claro lo ofrecen las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sobre el empleo formal. Según sus últimos datos, dados a conocer este lunes, Zacatecas fue la décima entidad con menor crecimiento en empleo formal en el último año, de apenas 3.1% entre mayo de 2021 y mayo de 2022. Un crecimiento anual menor al 3.4% registrado durante el mes de abril. O sea que se va estancando.
No solo eso, entre abril y mayo se generaron 744 empleos formales principalmente en las industrias extractivas, el sector servicios y en el campo, pero se perdieron 1,008 empleos en el mismo lapso, sobre todo en la industria de la transformación, en el sector de la construcción y en los servicios sociales y comunales donde se incluye a la burocracia (han de estar muy contentos en el Tribunal de Justicia Laboral Burocrática con tantos casos de despido injustificado). Esto nos da un balance negativo, con una pérdida de 264 empleos formales en el último mes.
Sin embargo, parece tener razón el gremio de los constructores en sus críticas a la nueva gobernanza, pues aunque mucho se ha presumido el incremento a la inversión en obra pública, en lo que va de la actual administración se han perdido 1 mil 960 empleos formales en el sector de la construcción. ¿Será que la obra pública se concentra nuevamente en unos cuantos, como en los tiempos del PRI?
A todo lo anterior súmele que de los 195 mil 805 trabajadores registrados ante el IMSS al mes de mayo, el 59% (unos 115 mil 685 empleados) percibían entre 1 y 2 salarios mínimos y en el último mes aumentó el personal contratado de forma eventual.
Tampoco hay que olvidar que según las cifras preliminares de la Secretaría de Economía federal, durante el primer trimestre de 2022 no se registraron nuevas inversiones en Zacatecas provenientes del extranjero y en lo que va de la nueva gobernanza la Inversión Extranjera Directa se ha concentrado en la reinversión de utilidades o las cuentas entre compañías.
¿De verdad cree el secretario de Economía, Rodrigo Castañeda, que está moviendo los “cuatro ejes tractores” para dinamizar la economía en Zacatecas?
Bajo protesta
Agremiados al Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud (SNTSA) Sección 39, que lidera Norma Castorena, han decidido trabajar bajo protesta y han convocado a una marcha este miércoles para mostrar su inconformidad ante la opacidad en el proyecto del Hospital Híbrido IMSS-Bienestar en Fresnillo.
Así como ellos, muchos periodistas en Zacatecas laboran día a día bajo protesta, y seguramente lo harán este martes, en el marco del Día de la Libertad de Expresión.
Nada qué celebrar en un estado cuyo gobierno acusa al periodismo de ser “promotor del crimen organizado”. Nada qué celebrar en un estado donde el patrón precariza la labor de las y los periodistas y se vuelve cómplice de la censura. Nada qué celebrar en un estado donde se ejerce acoso judicial contra periodistas. Nada qué celebrar.