Pasado el proceso electoral del 5 de junio, en los diferentes partidos políticos se reagrupan las fuerzas (o lo que queda de ellas) pensando en los escenarios para las elecciones del 2023 y 2024.
Sin embargo, el PRI ha evidenciado muy rápido sus fracturas internas que se manifiestan en diversas voces que insisten en la renuncia del dirigente nacional, Alito Moreno.
Este martes, priístas de Nuevo León publican un desplegado donde señalan su preocupación por el debilitamiento del tricolor en los últimos dos años. Y exhortan a la dirigencia nacional a que Alito Moreno renuncie de manera voluntaria al cargo y se realice en lo inmediato la renovación del Comité Ejecutivo Nacional.
Con esto se busca transitar a una dirigencia “con representatividad más incluyente, ánimo renovador y perspectivas más alentadoras” y para lograrlo, proponen un grupo o comisión de transición integrado por expresidentes del partido y militantes con reconocimiento para orientar el proceso de renovación.
Y para evitar las mañas de los “vulgares ambiciosos”, exigen que quien encabece la dirigencia nacional se comprometa públicamente a no buscar la candidatura a la Presidencia en el 2024.
Lo más importante será la convocatoria a una asamblea nacional extraordinaria para hacer un examen de conciencia sobre la situación actual del partido y el proyecto de nación que deberán plantear.
La verdad sea dicha, el PRI debe ser autocrítico y recomenzar. Durante más de siete décadas fueron el partido hegemónico y en todo ese tiempo se acostumbraron a una sola forma de ejercer el poder y ganar elecciones, una fórmula que hoy acaparan MORENA y sus aliados, incluyendo los recursos más que suficientes.
En ese contexto, no es gratuita la expresión de Beatriz Paredes Rangel, que alguna vez sugirió que “todos llevamos un pequeño priísta dentro”, en referencia a que otros partido, incluyendo MORENA, no han encontrado otra forma de hacerse del poder.
Pero haber seguido en esa zona de confort, recurriendo a la misma fórmula conocida durante tantos años, llevó al PRI a alejarse de las bases y del contacto directo con la ciudadanía. El trabajo de a pie, ese al que recurrió la izquierda en México para convencer a la población, es la única ruta que les queda.
Sin embargo, no todos están dispuestos a salir a campo, pues los hay quienes prefieren seguir peleando por “cargos y oficinas”, mientras el tricolor se enfrenta a la “fuga de cuadros” a quienes nunca se les ha dado la oportunidad, algo que ha sabido capitalizar la 4T. ¿O cuántas veces se ha visto en las boletas electorales los nombres de siempre?
Quienes han hecho política de verdad saben que la mejor campaña es la que se realiza a pie tierra, casa por casa, en una labor de convencimiento cara a cara. A la izquierda le llevó muchos años abrirse camino de esta forma en el escenario político electoral, y MORENA bien haría en aprender de lo que le ha ocurrido al PRD por sus tribus y guerras internas.
En Zacatecas ya hay quien levanta la voz para exigir la renovación de la dirigencia nacional, antes de que Alito Moreno se haga como el tío Lolo para seguir en el cargo en la elección del 2023 y termine por perder las últimas dos gubernaturas que le quedan al PRI, poniendo en riesgo ya de paso la alianza con el PAN y lo que queda del PRD.
Y que no se equivoquen: no es la prensa la que con sus críticas ha influido en el desgaste del partido. Ha sido el propio PRI, que se niega al cambio y a un relevo generacional, el PRI que ha permitido la corrupción entre sus cuadros que a la larga lo condujo a traiciones. ¿O alguien olvida la traición del exgobernador Alejandro Tello?
¿A qué juega Ricardo Monreal?
Luego del mitin de la 4T en Toluca, Estado de México, no solo figuraron los nombres de las corcholatas que se midieron en el aplausómetro rumbo a la sucesión presidencial en el 2024. El hueco dejado por el senador Ricardo Monreal también fue nota nacional y la polémica continuará seguramente en los próximos días.
Apenas este lunes, el de Fresnillo declaró en conferencia de prensa que el mitin realizado en la explanada del Teatro Morelos puede ser considerado actos anticipados de campaña y que las corcholatas Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto no pueden desprenderse “así como así” de su cargo, por lo que estarían impedidos para participar en eventos de dicha naturaleza, como ese que llamaron “Unidad y Movilización para que Siga la Transformación”.
¿Una forma de justificar su ausencia en el evento más importante de la 4T? Porque mientras Ricardo Monreal asegura que no fue invitado al mitin, hay otras tantas voces que aseguran que sí se le extendió la cortesía.
Hoy se sabe que hacia afuera el mitin fue solo el escaparate, pues las decisiones se tomaron en un desayuno en un hotel de Toluca previo al evento, un desayuno al que no habría sido convocado el senador.
Y de acuerdo con las voces que asistieron, ahí se determinó dejar fuera de MORENA al de Puebla del Palmar y sus aliados, pero sin un proceso formal de expulsión, algo que ya habría matizado el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera, al exhortar a incluir entre las corcholatas a Ricardo Monreal, Tatiana Clouthier o Esteban Moctezuma, para que no haya lugar a dudas sobre presuntas imposiciones. O lo que es lo mismo, para que no chillen por el dedazo.
También se supo que los gobernadores emanados de MORENA serían la voz cantante en los estados y tendrían entre sus responsabilidades organizar la renovación del partido y aplacar las voces disidentes.
El problema es que en Zacatecas, el gobernador David Monreal no solo es hermano del senador que insiste en su aspiración, sino que también permanece registrado como militante del PT y no de MORENA, lo que deja en el aire a quién se designará como responsable de estas tareas.
Finalmente, Ricardo Monreal advirtió que a pesar de que el mitin en Toluca puede ser considerado un acto anticipado de campaña, no interpondrá la denuncia ante el Instituto Nacional Electoral (INE) porque lo que menos le interesa es “abonar a la división”, algo de lo que se le acusa desde el proceso electoral del 2021. ¿O alguien piensa que es fortuita la destitución de Sandra Cuevas como jefa delegacional en Cuauhtémoc?
El senador también parece olvidar cuando estuvo en Zacatecas, en el teatro Calderón, haciéndose acompañar de al menos 20 senadores para hacer proselitismo en favor de su hermano David Monreal para la gubernatura. Y eso de pretender crear otros partidos para impulsar su aspiración tampoco es que sea bien visto ni en Palacio Nacional ni entre la militancia de MORENA. ¿O eso no es “vulgar ambición”?