Los días contados

Después de varios días desaparecida, “casualmente” mientras circuló un video con graves acusaciones contra funcionarios públicos en materia de seguridad, la delegada de Programas para el Desarrollo, Verónica Díaz Robles, dio señales de vida.

El pasado 17 de agosto habría tenido un encuentro con el coordinador de Delegados, Carlos Torres Rosas, y al día siguiente, con la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel.

En Zacatecas, volvió a aparecer en público hasta este martes, en la gira del gobernador David Monreal por el municipio de Ciudad Cuauhtémoc, para seguir con la farsa del programa “Educación para el Bienestar” y las llamadas “Audiencias Públicas por la Transformación”.

En las mismas fechas, otra información corría en los pasillos de Palacio Nacional y demás dependencias del Gobierno de México. Con el cambio de fichas en el tablero, vendrían más movimientos que impactarán en los estados.

Un caso es el de Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, a quien se le ha encomendado la tarea de designar a los nuevos secretarios de Seguridad Pública en los estados, iniciando por aquellas entidades donde recientemente hubo elecciones y siguiendo con el resto del país, así que para Adolfo Marín Marín, secretario de Seguridad Pública en Zacatecas, los días podrían estar contados.

No es el único caso. Con el cambio de titular en la Secretaría de Educación Pública, el movimiento de fichas repercutirá en otras áreas, pero no precisamente en el ámbito educativo.

Hasta donde se sabe, tras la separación del cargo de Delfina Gómez en su aspiración a ser la candidata a la gubernatura del Estado de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador le habría encomendado otra tarea clave en la ruta a la sucesión presidencial en el 2024: la rotación de delegados del Bienestar en los estados.

Y es que, se sabe, la estructura de los Servidores de la Nación que dependen tanto de las delegaciones como de la Secretaría del Bienestar han sido operativamente la mejor estructura jamás lograda y que más ha redituado en los resultados de las últimas elecciones desde su creación.

Así pues, desde su nombramiento como delegada en 2018, dicen que Verónica Díaz Robles ha transitado con la protección de la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller por un “favor personal”. Sin embargo, es sabido que poca injerencia tiene la esposa del Presidente en las decisiones que se toman en la administración federal.

Ante la definición de quien será la próxima “corcholata oficial” entre Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, mucho se ha especulado sobre un posible cambio en la Delegación de Programas para el Desarrollo en Zacatecas y no son pocos quienes atribuyen la aspiración de ocupar dicho cargo al exalcalde Ulises Mejía Haro, quien además de ser el principal promotor de Sheinbaum en Zacatecas, se precia de “presumir” una amistad con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Y a ello habría que sumar el hecho de ser casi casi el principal enemigo de la nueva gobernanza (y del monrealismo). Si no, recuérdense todos los lamentables episodios que vivió cuando fue alcalde de la Capital y luego, en su aspiración a ser candidato a la gubernatura, a la alcaldía y a la diputación local.

Sin embargo, considerando que sería Delfina Gómez quien tomara la decisión sobre los nuevos cambios en las delegaciones del Bienestar, ni Verónica Díaz ni Ulises Mejía tienen relación con la exsecretaria de Educación.

Eso no impide que exista otro zacatecano que pudiera aspirar a tal posición y que desde hace tiempo despacha en las grandes ligas en la Ciudad de México: Rafael Flores Mendoza, quien hoy sigue gozando de toda la confianza de la del “Grupo Texcoco”.

El político que alguna vez fue alcalde de Guadalupe, diputado local y candidato a la gubernatura, hoy tendría mayores posibilidades de suceder a Verónica Díaz en la Delegación de Programas para el Desarrollo, sobre todo sumando el hecho de que la política se hace en las cúpulas, con una administración centralista que toma las decisiones desde la capital del país.

La gran incógnita sigue siendo: ¿cuándo se darán los cambios? Y por encima de todo: ¿“amor con amor se paga”?

Se va, se va…

Aburridísima estuvo la sesión de este martes de la Comisión Permanente de la 64 Legislatura. Luego de convocar a sesión a las 11 de la mañana, los diputados locales por fin pudieron estar en el pleno y reunir quórum hasta las 3:30 de la tarde y resolver los asuntos del día en menos de 45 minutos.

Más allá de una conferencia de prensa del bloque de MORENA y la diputada Imelda Mauricio (que unos días es guinda, otros verde, otros turquesa y luego ya no quiere nada con nadie) para anunciar una iniciativa que al final no se presentó al pleno de la Permanente, fue un día improductivo en términos legislativos.

Eso no impidió que al interior de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) se perdieran horas y horas en el reparto de migajas, peleando por “cargos y oficinas” para el siguiente periodo ordinario que comienza en septiembre, mientras los asuntos de trascendencia esperaban en la congeladora de las comisiones legislativas.

Trascendió, eso sí, que a la JUCOPO llegó la solicitud de la diputada morenista con siglas del PES, Roxana Muñoz, para separarse del cargo por tiempo indefinido. A su lugar llegaría otra incondicional de la delegada Verónica Díaz Robles: Lorena Oliva Benítez.

La decisión respondería a la próxima renovación de la dirigencia estatal de MORENA, que en esta ocasión corresponderá encabezar a una mujer; sin embargo, este movimiento anticipado supondría que quedan fuera de su aspiración la diputada expriísta y neomorenista, Violeta Cerrillo; así como a la actual síndico de la Capital, Ruth Calderón.

Además, confirmaría que los resultados de los congresos distritales en Zacatecas no cambiarán respecto a lo ya informado a principios de mes: que de 40 congresistas, 39 son servidores públicos o representantes populares, la mayoría vinculados con la delegada del Bienestar. ¿La militancia sigue creyendo en el partido o “amor con amor se paga”?