Ya se había dicho con anticipación: la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador “mataría” cualquier campaña para posicionar los “resultados” del primer informe de gobierno de David Monreal. Y la propia nueva gobernanza se encargó de aniquilarla por completo una vez que le dio vuelo a la visita del mandatario y se olvidó del primer año de gobierno.
Aunque, la verdad sea dicha, tampoco es que hubiera mucho qué informar. De lo contrario, esos espectaculares que hoy tapizan la zona conurbada Zacatecas-Guadalupe (y solo esa zona, porque se olvidaron de los municipios) tendrían al menos una numeralia o el nombre de algún programa “destacable”, pero únicamente contienen la frase vacía: “Estamos reconstruyendo Zacatecas”.
Para los voceros oficiosos, que también se olvidaron de posicionar los compromisos para el segundo año de gobierno, lo “importante” de la visita del Presidente fue una aparente muestra de respaldo al gobernador y hacia Zacatecas. Pero todo se trató de “una mañanera más” en la que reiteró las cifras de incidencia delictiva y las acciones que ha emprendido la federación en el estado.
“Elegantemente”, López Obrador le restregó al estado que había enviado a Zacatecas casi 6 mil 500 elementos del Ejército, de la Fuerza Aérea Mexicana y de la Guardia Nacional, de los cuales 5 mil 600 eran fuerzas operativas, en campo. Y tanto estado como municipios únicamente aportaban unos 2 mil 500 elementos, de los cuales 1 mil 966 eran operativos.
Si la Federación ha enviado a Zacatecas más del doble de elementos que las fuerzas locales, se podría pensar que no está fallando la Estrategia Nacional de Seguridad, sino más bien las autoridades responsables de ejecutarla, esas que dicen coordinarse en la Mesa Estatal de Construcción de Paz que preside el gobernador David Monreal y que en la conferencia del Presidente sonreía como si no entendiera ni de qué se estaba hablando.
A la Coordinación de Comunicación Social tampoco le funcionó eso de “sembrar” preguntas a través del Sistema Zacatecano de Radio y Televisión (SIZART). Hace días el propio gobernador había declarado que en la visita del presidente solicitaría su apoyo en materia de infraestructura carretera (principalmente el tramo faltante en la carretera Zacatecas-Aguascalientes) y la federalización de la nómina educativa.
“Casualmente” se trató de los temas que preguntaron desde el SIZART y para los cuales López Obrador únicamente respondió que “se está viendo el tema”. Pero el Presidente y los secretarios de Estado que le acompañaron en su gira también “sembraron” sus preguntas para dejar en claro quién tiene la sartén por el mango.
Frente a David Monreal, el Presidente cuestionó a su hermano, el senador Ricardo Monreal, por abstenerse en la votación de la reforma a la Guardia Nacional, al señalar que “está avalando la falsedad, hipocresía y politiquería del conservadurismo de México”. En pocas palabras, ¿cómo atreverse a pedir el apoyo de la Federación en materia de seguridad cuando el hermano rechaza los designios del Presidente?
Para ese momento, el gobernador sonreía socarronamente sin entender nada de lo que había ocurrido en la “mañanera”, pero hubiera tenido motivos para sonreír si entre los asesores de la nueva gobernanza le hubieran informado de un primer análisis al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para el próximo año.
En el paquete económico presentado por el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, queda claro que a pesar de las diferencias con el apellido Monreal, el Presidente no dejará desprotegido a Zacatecas, para el cual se proyecta un incremento de más de 1 mil 500 millones de pesos tan solo en el Ramo 33, que representa más del 50% de los recursos federales que llegan al estado y que se traducen en casi la mitad del presupuesto del que dispone cada año.
Esta cifra contrasta con el raquítico incremento de 4.3 millones de pesos que tuvo Zacatecas para este año, sin olvidar que el aumento estimado para el 2023 no fue “por gestiones del señor gobernador”, el mismo que rara vez deja la comodidad del estado y rara vez ha tocado las puertas de la Federación.
Los aumentos proyectados en el Ramo 33 por supuesto que tendrán mayor impacto en los municipios y en temas de coyuntura para el estado. Y aunque uno de los principales incrementos (por más de 600 millones de pesos) sería en el FONE, no hay que olvidar que para este año el mismo fondo sufrió un recorte de más de 500 millones de pesos, por lo que este aumento para el 2023 solo vendría a compensar lo que ya le quitaron a Zacatecas.
Además, no hay que perder de vista que el retroceso en los índices de pobreza y marginación (¿esas sí son “herencias malditas”?) incidió en la fórmula para incrementar los recursos para el estado a fin de atender las necesidades básicas de la población mediante fondos como el FISE o el FORTAMUN.
También habría un incremento de más de 60.9 millones de pesos en el Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), en la vertiente de asistencia social. Se trata del recurso destinado a la adquisición de productos alimenticios en el Sistema Estatal DIF para atender las necesidades alimentarias de la población en situación de vulnerabilidad.
Sin embargo, ya en la Cuenta Pública del 2021 el estado tuvo observaciones por más de 12 millones de pesos por anomalías en este programa, anomalías que parecen repetirse en este ejercicio fiscal (recuérdese el contrato por más de 190 millones de pesos con Comercializadora Don Cacahuato) y de las cuales se presumen actos de corrupción. ¿Este aumento será la oportunidad para corregir esas fallas o para continuar con la “mano larga”?
Sobre los temas “prioritarios” para el gobernador, el Presidente no se comprometió a federalizar la nómina educativa y tampoco a los proyectos carreteros prometidos en campaña. De hecho, en el PPEF 2023 no se contemplan proyectos en materia de infraestructura carretera. ¿Otro año sin concretar el tramo faltante de la carretera Zacatecas-Aguascalientes?
Al final, se trata de un presupuesto “muy optimista”, en sintonía con las “proyecciones alegres” de la Cuarta Transformación sobre el crecimiento económico en los próximos años. Solo que desde el 2019, antes de la pandemia, ya se venía arrastrando un estancamiento. ¿Se cumplirán estas proyecciones o se prevén reajustes a la baja, como ya ocurrió en lo que va del 2022?
Por cierto, durante su gira por municipios del sur del estado, el gobernador David Monreal anunció que realizará una plenaria con los 58 alcaldes para conocer las necesidades de sus municipios y asignar presupuestos específicos. Entonces hemos de entender que no han servido las llamadas “audiencias públicas por la transformación”.
Amalia García, para el Senado
Aunque no es su circunscripción, la zacatecana Amalia García Medina rindió este fin de semana su primer informe de labores como diputada federal y lo hizo rompiendo los esquemas cuadrados para estos ejercicios de rendición de cuentas.
Porque normalmente estos informes se centran únicamente en las asistencias ante el pleno o en las comisiones legislativas, o en el número de iniciativas presentadas (y aprobadas), que en su mayoría corresponden a puntos de acuerdo y sirven para nada y para nada.
Sin embargo, la exgobernadora de Zacatecas hoy en las filas de Movimiento Ciudadano destacó la importancia del debate en la Cámara Baja en temas de coyuntura y que han permitido cuestionar los retrocesos en políticas públicas por el bienestar de la población, como la desaparición de las estancias infantiles o las escuelas de tiempo completo, la falta de atención a la salud o a la comunidad migrante.
García Medina enfatizó en la gravedad que representa la aprobación de la reforma a la Guardia Nacional para que pase a convertirse en “apéndice” del Ejército, al considerar que es un error darle todo el poder a las fuerzas armadas, además de la importante discusión que vendrá en los próximos días en torno a la prisión preventiva oficiosa, de la cual consideró que “es preferible que alguien que cometió un delito esté libre a que un inocente esté en la cárcel”, al señalar que hoy la prisión preventiva la dicta el Ministerio Público, cuando debería ser por orden de un juez, siempre y cuando existan elementos.
Más allá del debate parlamentario, Amalia García demuestra que sigue vigente en la vida pública y política del país y de nuestro estado, en una trayectoria de varias décadas desde la llamada “izquierda” y en las cuales mayormente ha sido oposición.
Tampoco hay que olvidar que a su paso por la gubernatura de Zacatecas, sentó las bases para el estado que hoy conocemos, pues durante su gestión se gestionaron grandes inversiones que se materializaron hasta finalizado su sexenio, además de crear importantes instituciones pioneras en su rubro como el Instituto de la Mujer Zacatecana, o la construcción de inmuebles que hoy son de utilidad pública, como el Palacio de Convenciones o el complejo de Ciudad Gobierno (hoy Ciudad Administrativa).
Hoy, Amalia García se mantiene en la oposición, ahora desde una perspectiva socialdemócrata en las filas de MC, una alternativa política que podría abrirle paso hacia el Senado en el 2024. ¿Zacatecas la quiere como su representante en la Cámara Alta?