Este 2023 es la antesala para la “gran elección” presidencial del próximo año, que también traerá consigo la renovación en el Poder Legislativo y en los 58 Ayuntamientos.
Por eso a muchos les tiene sin cuidado si mejora o no la situación de Zacatecas, su atención está más centrada en el reparto de dádivas, en adelantar (con bastante antelación) compromisos de campaña y vender espejitos que ya nos costaron un año y cuatro meses de un gobierno que prometió la transformación y solo se quedó en la promesa.
Ciertamente, qué bueno que un zacatecano hoy esté considerado entre los candidateables a la Presidencia de la República; que se trate del senador Ricardo Monreal, eso ya genera discusión.
Hoy que la cuatro “corcholatas” de MORENA comienzan su gira de promoción anticipada para placearse en el Congreso de la Unión y varios estados del país, la verdad es que Zacatecas será el lastre que marcará sus campañas.
No es fácil de olvidar aquella promesa de un David Monreal entonces candidato a la gubernatura de que Zacatecas tendría más recursos y saldría del estancamiento de las “herencias malditas” teniendo al mismo partido en los tres niveles de gobierno.
Pero llegó a la gubernatura y la entidad regresó a los peores años del PRI, o quizá mucho peor. Ya no hablamos de encuestas de popularidad y aceptación que tanto se cacarean en campaña. El pulso está en las calles, esas que hace mucho ya no recorre el hoy gobernador. Como quien dice, dejó de “ser pueblo” (Verónica Díaz dixit).
En la tierra del “bienestar y progreso”, tener a un Presidente y un gobernador del mismo partido (“el guinda”) no se tradujo en recursos extraordinarios para Zacatecas. Tampoco en proyectos de gran calado, como la prometida conclusión de la autopista Zacatecas-Aguascalientes.
Los ínfimos resultados del Plan Zacatecas II (una reducción de apenas 13.7% en homicidios dolosos) se evaporan con la percepción ciudadana en materia de seguridad (Zacatecas y Fresnillo hoy son las dos ciudades en el país con más habitantes que se sienten inseguros, según el INEGI) porque los asesinatos hoy ocurren a plena luz del día, en centros urbanos, cerca de escuelas, supermercados o iglesias, y las víctimas impiden a la autoridad desentenderse alegando que “estaban vinculados con grupos delictivos”.
El “tema de temas” no tiene estrategia estatal para su prevención y contención, como lo reconoció la secretaria general de Gobierno, Gabriela Pinedo Morales. Pero ese “tema de temas” no solo es un lastre por la acumulación de víctimas de homicidios dolosos, de desaparición o desplazamiento forzado.
La inseguridad que marcado a la nueva gobernanza, que ahora quieren denominar “gobierno de la transformación”, ha impactado en la fuga de capitales y muy bajos niveles de inversión, que a su vez se han traducido en los peores niveles de generación de empleos como no se habían visto ni siquiera durante la pandemia por el COVID-19.
Los negocios de todos los giros tardan más en abrir sus puertas que en bajar la cortina no solo por la poca afluencia de clientes o el bajo flujo de ventas. Hoy los empresarios enfrentan un grave problema de inseguridad por el llamado “cobro de piso” y aunque son muchos los testimonios, son muy pocas las denuncias porque el miedo es demasiado.
Este tema que lacera a la economía de Zacatecas sigue sin tipificarse en el Código Penal del Estado de Zacatecas (y por lo tanto, queda impune) debido a que el marasmo de los 30 diputados locales les ha “impedido” dictaminar la iniciativa presentada por el diputado David González ¡desde octubre de 2021! para reformar el artículo 261 del citado Código, a fin de ampliar los alcances del delito de extorsión e incluir el denominado “cobro de piso”. Pero sigamos aplaudiendo los “puntos de acuerdo”.
Los zacatecanos no olvidarán que en la peor crisis de inseguridad en el estado, nos quitaron elementos de la Guardia Nacional para enviarlos a vigilar el Metro y perseguir sabrá Dios qué delito federal. Ese será un reclamo a la hoy jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien de llegar a la Presidencia seguramente no será tan “benévola” con Zacatecas como Andrés Manuel López Obrador, y eso ya es mucho decir.
Los zacatecanos tampoco olvidarán que el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se comprometió a gestionar la solución al Issstezac y que le han dirigido numerosos “puntos de acuerdo” (otra vez los llamados a misa) para atender el “tema de temas” y hasta el momento sigue sin cumplir. Para indolentes, ya sabemos dónde despacha.
De Marcelo Ebrard mejor ni hablar. ¿O acaso Zacatecas ha estado en su agenda de prioridades?
Finalmente, los zacatecanos ya entendieron que “no es lo mismo bacín que jarro”, y que tampoco es lo mismo David que Ricardo Monreal, un senador que llegado el momento deberá enfrentar los reclamos por haber “impuesto” al hoy gobernador, quizás el más indolente e incapaz en la historia de Zacatecas.
Sin embargo, el principal reclamo de los zacatecanos será la dictadura de la secta, esa que hoy busca sobrevivir buscando los canales con las “corcholatas” para perpetuar su poderío, ese que tanto daño le ha hecho a Zacatecas.
En MORENA lo saben. Los “históricos” del partido lo saben. Pero han guardado silencio con el transcurrir del tiempo. ¿De verdad hay voluntad de mejorar la situación de Zacatecas o solo pretenden capitalizar sus aspiraciones a costa del dolor de los zacatecanos?
Ahí viene la revocación de mandato
En el peor momento para la nueva gobernanza, ahora se suma la revocación de mandato. Porque resulta que ya ha concluido el plazo para que los Cabildos de los 58 municipios votaran la minuta de reforma a la Constitución local y únicamente 13 municipios remitieron su respuesta en sentido positivo, de los 38 que exige una reforma constitucional.
Por ello se espera que en la 64 Legislatura se recurra a la figura de “afirmativa ficta” para dar por sentado que los Cabildos que no se pronunciaron sobre la minuta están de acuerdo con la reforma propuesta.
De acuerdo con el dictamen, la ciudadanía podrá hacer la solicitud ante el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ) reuniendo el 10% de firmas de respaldo del listado nominal, considerando la mitad más uno de los municipios de Zacatecas.
Además, para que sea vinculante, el resultado de la revocación de mandato deberá considerar una participación superior al 40% del listado nominal. Y la solicitud podrá presentarse durante los tres meses posteriores a la conclusión del tercer año del periodo constitucional. O sea, más o menos en el último trimestre del 2024, una vez que haya pasado la elección presidencial.
Si el gobernador David Monreal continúa trabajando fuertemente en mantenerse en la última posición de los 32 estados y aferrarse al último lugar de aceptación, este ejercicio constitucional podría sentar un precedente en la historia del país. ¿A eso se referían con “Juntos Hacemos Historia”?