De entre tantas exigencias de renuncias en el “gobierno de la transformación”, al menos ya se cumplió una: la salida de Adolfo Marín Marín de la Secretaría de Seguridad Pública.
No convenció a los zacatecanos de las “cifras alegres” y los “buenos resultados” del Plan Zacatecas II con la baja en homicidios dolosos, porque la percepción de inseguridad está en sus peores niveles en la historia de la entidad, a tal grado que Fresnillo y Zacatecas hoy son las dos ciudades en todo el país donde la mayoría de sus habitantes se sienten inseguros. Y si midieran a Jerez, ya tendríamos a tres ciudades en el top 5.
El relevo en esta dependencia (hoy crucial en Zacatecas) ciertamente dará un “respiro” al “gobierno de la transformación”, pero no por mucho tiempo y tampoco se espera cambiar la percepción en el corto plazo, como ya habría advertido la secretaria general de Gobierno, Gabriela Pinedo, al asegurar que la estrategia de seguridad marcha requetebien y no hay motivos para cambiarla.
Así pues, llega al relevo el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Arturo Medina Mayoral. Lo hace en un momento en el que Zacatecas ya acumula 1 mil 531 homicidios dolosos en el sexenio, prácticamente tres por día en el “gobierno de la transformación”.
Se trataría del tercer secretario de Seguridad Pública en menos de dos años de administración. Ya se verá si el “tema de temas” es un asunto del perfil que encabece esta dependencia o si más bien es la propia estrategia de seguridad que se niegan a cambiar quienes se siguen escudando en “herencias malditas”.
Por lo pronto, habrá que ver en qué queda el citatorio a comparecer ante la 64 Legislatura o si quedará en oídos sordos, como tantos y tantos llamados a comparecer en el “gobierno de la transformación”.
Alcaldes, enojados
Luego de la Plenaria Municipalista 2023 realizada el pasado fin de semana en Palacio de Convenciones, mucho se cacareó la firma de cartas de intención para invertir más de 1 mil 500 millones de pesos en infraestructura social básica e infraestructura carretera en los 58 municipios, en convenios próximos a firmarse entre estado y municipios.
Ya aquí dejamos en claro que ni siquiera se habían publicado los lineamientos ni las reglas de operación de los programas a convenir, así que esas cartas de intención aún quedan en veremos mientras no haya claridad al respecto.
Y es que, más allá de los discursos pomposos para lavarle la cara al gobernador David Monreal que sigue viviendo en su burbuja, fue el diputado Lupe Correa quien subió a la tribuna legislativa para exponer eso que no se dice en los boletines de la taquería de Comunicación Social.
En sesión de la Comisión Permanente, el panista se refirió a un sentido reclamo de presidentes municipales, molestos porque de los recursos convenidos durante el 2022, los proyectos los está ejecutando el “gobierno de la transformación”, que hoy queda claro que no tuvo la capacidad para ejercerlo en tiempo y forma y por eso el retraso en tantas y tantas obras.
Por eso no son pocos los alcaldes que en los convenios próximos a firmar para este ejercicio fiscal solicitan que los proyectos sean ejecutados directamente por los municipios para que al “gobierno de la transformación” no se le siga haciendo bolas el engrudo.
Este reclamo tiene una justa razón, como lo explicó puntualmente en su intervención la diputada Gaby Basurto, quien expuso el cochinero del “gobierno de la transformación” en el ejercicio del recurso.
Y es que según los informes financieros de la Secretaría de Finanzas, al cierre del 2022 había casi 2 mil 400 millones de pesos ahí guardados en los bancos sin ser aplicados porque no supieron cómo gastarlo o no tuvieron la capacidad para aplicarlo porque el que mucho abarca, poco aprieta.
Pero mientras los alcaldes siguen esperando que el “gobierno de la transformación” salga de marasmo y empiece a ejecutar los proyectos convenidos para no tener que devolver recursos a la Federación, ahí tenemos a una Secretaría de Obras Públicas con más de 396 millones de pesos en pasivos, guardados en los bancos y, con suerte, comprometidos en algún contrato del que ni siquiera se han dado anticipos. Prácticamente el 36.2% de su presupuesto anual.
Tampoco pasa desapercibido que, ante la ola de inseguridad que se vive en Zacatecas, Adolfo Marín haya tenido guardados unos 311.8 millones de pesos en los bancos al cierre del año pasado, lo que representa casi 20% de su presupuesto. A ver si con su relevo empieza a fluir el recurso.
Tampoco es gratuito el reclamo que hiciera el alcalde de Fresnillo, Saúl Monreal, en contra de la Secretaría del Agua y Medio Ambiente que encabeza Susana Rodríguez. Ahí, en esa dependencia, tienen bien guardaditos (y generando comisiones) más de 100 millones de pesos que no se han aplicado en la construcción de plantas tratadoras o rellenos sanitarios. Prácticamente el 38.2% de su presupuesto.
Y mientras diversos sectores del magisterio siguen esperando su pago de quincenas atrasadas, la Secretaría de Educación de Zacatecas con su titular fantasma Maribel Villalpando cerraron el año con más de 298 millones de pesos en las cuentas bancarias y sin ser aplicados. Y eso que la dependencia tenía un déficit cercano a los 2 mil millones de pesos que debieron ser gestionados mes con mes ante la Federación.
¿Y qué tal con la Secretaría de Desarrollo Social? En esta dependencia donde dicen que despacha un tal “Zuñi” cerraron el año con más de 226 millones sin ejecutar, prácticamente el 36.9% de su presupuesto. No quisiéramos pensar que se trata del recurso convenido con la Federación para la Pensión Universal de las Personas con Discapacidad.
Lo cierto es que, durante la glosa del primer informe de gobierno, los titulares de las dependencias se comprometieron a ejercer el recurso en tiempo y forma antes de que acabara el año. Quedó claro que no cumplieron, por la razón que haya sido.
Y aunque la diputada Maribel Galván insistiera en que todavía queda hasta el último día de marzo para ejercer los recursos federales y no tener que devolverlos a la TESOFE, los informes financieros de la SEFIN solo demuestran que en el gabinete del “gobierno de la transformación” se les hizo bolas el engrudo por su incapacidad para aplicar los recursos en el mismo ejercicio fiscal.
La buena noticia (porque sí hay buenas noticias) es que gracias a la disciplina financiera y el orden que le ha dado el titular de la SEFIN, Ricardo Olivares, a la administración pública, el año pasado se lograron ahorros por casi 3 mil 400 millones de pesos, una cifra nunca antes vista en la historia de Zacatecas. Ahora falta que ese recurso se aplique adecuadamente en las áreas que más duelen a Zacatecas. ¿O de qué les sirve tanto dinero si no saben cómo gastarlo?