A diferencia de otras ocasiones, este domingo la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Zacatecas careció de impacto.
Acostumbrados a las mismas promesas con cada visita, en un guión que repiten como merolicos desde la taquería de Comunicación Social, a través de un boletín de prensa se nos informa que nuevamente hubo compromisos de pacificar al estado y de continuar con los programas electoreros… perdón, los Programas del Bienestar cuyos recursos ahora serán transferidos mediante 62 sucursales del fallido Banco del Bienestar, que deberán estar listas a más tardar en julio de este año.
En esta visita, el Presidente no estuvo solo. Le acompañaron en su gira la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel; el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; el director de Banco del Bienestar, Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra; así como el secretario Técnico del Gabinete de la Presidencia y Coordinador General de Programas para el Bienestar, Carlos Torres.
Igualmente estuvieron la subsecretaria de Bienestar, María del Rocío García; el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Juan Pablo de Botton; así como el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la SADER y responsable del programa Producción para el Bienestar, Víctor Suárez Carrera. Y, por supuesto, el gobernador David Monreal y la delegada de Programas para el Desarrollo, Verónica Díaz Robles.
En el Palacio de Convenciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador habría anunciado que en Zacatecas se dispersarían hasta 200 millones de pesos al año en los Programas del Bienestar. Y se comprometió a regresar en julio próximo para constatar que esta dispersión se realice a través de las sucursales del Banco del Bienestar programadas para el estado en ese plazo.
Y hasta ahí lo sustantivo de los boletines de prensa enviados desde la taquería de Comunicación Social. Porque la secrecía de esta visita presidencial deja muchas dudas en el aire.
De inicio, se trató de una reunión a puerta cerrada con los Servidores de la Nación. No hubo convocatoria abierta a la población, mucho menos se dio acceso a los medios de comunicación.
No fue un evento público, con filas y filas de acarreados, para presumir que Zacatecas tiene «un buen gobernador». El Presidente no vino a levantar sus índices de aceptación en la entidad con mayor rechazo a su gestión.
En esta visita exprés, a puerta cerrada, López Obrador tampoco se reunió con la Mesa Estatal de Construcción de Paz, pese a la presencia del titular de SEDENA. Así que las promesas en el «tema de temas» bien pudieron ser la demagogia de los últimos cuatro años porque la inseguridad no parece una prioridad para el de Palacio Nacional, mucho menos los más de 4 mil desplazados por la violencia en Jerez o los fallidos resultados de la Estrategia Nacional de Seguridad.
No, para el Presidente, lo importante son los programas electoreros y la promoción de sus «corcholatas» para la sucesión presidencial. Por eso la reunión fue a puerta cerrada con los Servidores de la Nación, su gran maquinaria de hacer votos, que responden a Andrés Manuel López Obrador y sólo a Andrés Manuel López Obrador.
Para seguir con las promesas, el Presidente también habría dicho que sí a la solicitud del gobernador David Monreal para respaldar la federalización de la nómina educativa (ya se acerca la primera quincena de marzo y no se ven los flujos de Hacienda para solventar los recursos retrasados del programa U080), la reconstrucción de las carreteras del estado y la rehabilitación del Parque Arroyo de la Plata.
Y para escuchar estas promesas nuevamente, los Servidores de la Nación fueron citados desde las 7:30 de la mañana en el Palacio de Convenciones, a pesar de que el Presidente llegó hasta pasado el mediodía.
Bien raro que la delegada Verónica Díaz Robles no estuvo en presídium junto a los demás funcionarios federales. Se perdía entre las filas y filas de Servidores de la Nación, cuando en otras ocasiones no perdía la oportunidad para lucirse en «la foto» y pretender demostrar que cuenta con respaldo en sus aspiraciones políticas.
Pues concluida su visita por Zacatecas, López Obrador se trasladó a Aguascalientes para seguir con las promesas y buenos deseos, en una gira que este fin de semana también incluyó a los estados de Durango, Coahuila, Nuevo León, Jalisco y Colima. Y según las cuentas del Presidente, en el último mes y medio ya van 24 estados donde encabeza estas reuniones con los Servidores de la Nación.
¿Tantas reuniones a puerta cerrada con su gran maquinaria de hacer votos en todo el país?, ¿será que el próximo 18 de marzo, en el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera (qué pretextos tan rebuscados), veremos un Zócalo de la CDMX lleno de Servidores de la Nación?, ¿una gran concentración que haga contrapeso a la llamada «marcha rosa»? Qué casualidad…
Vaya lío del PT
Dicen que «el camino al Infierno está lleno de buenas intenciones» y así le pasó al Partido del Trabajo (PT) el pasado viernes 3 de marzo, durante la toma de protesta a la asociación denominada «Juventud Real Zacatecas».
Desde el pasado 14 de febrero, la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) que aún era presidida por la priísta Gaby Basurto había autorizado la solicitud de los diputados Ana Luisa del Muro y Xerardo Ramírez para utilizar el pleno el pasado viernes con la finalidad de llevar a cabo la citada toma de protesta.
Pero las cosas no fueron como esperaba la «bancada estrella», pues a pesar de sus múltiples intentos por ocultar la evidencia, se supo que el evento en el que estuvo presente el alcalde de Fresnillo, Saúl Monreal, fue un acto descarado de proselitismo en favor del senador Ricardo Monreal en su aspiración a la candidatura a la Presidencia de la República, algo que sorprendió a varios diputados presentes y que ya alcanzó otros niveles.
Con esas ayudas…
Porque no avanza el PLATABUS?
Tengo la respuesta, triste pero real.