A estas alturas del año, aquello de presumir un «presupuesto histórico para Zacatecas» se va secando como el campo y los zacatecanos ya no ven lo duro, sino lo tupido con la indolencia de un gabinete que no ve la O por lo redondo.
De nada ha servido que, ante la baja en la recaudación federal participable que se ha traducido en sendos recortes a los estados, el secretario de Finanzas, Ricardo Olivares Sánchez, haya hecho hasta lo imposible por sacar a flote este barco llamado «nueva gobernanza» o «gobierno de la transformación».
Según los informes financieros de esta dependencia, con corte al 30 de junio, un total de 14 dependencias de las 19 que integran la administración pública descentralizada aún tienen más del 60% de su presupuesto en cuentas bancarias, generando rendimientos y sin aplicar los recursos en los programas, obras y acciones que demanda la población.
Será que desde su planeación, éstas se proyectaron para el segundo semestre del año, lo que en parte explicaría la parálisis económica en el estado. La otra parte se explica por las millonarias (y escasas) licitaciones que son ganadas por empresas foráneas.
Y claro que hay ejemplos notables, como la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA) que encabeza Susana Rodríguez Márquez. En esta dependencia aún les resta por ejercer el 84.16% de su presupuesto en lo que resta del año. Algo así como 216 millones 991 mil 648 pesos.
Tampoco se queda atrás la Secretaría del Zacatecano Migrante (SEZAMI) que dirige Iván Reyes Millán, pues al 30 de junio aún le restaba por ejercer el 81.09% de su presupuesto, es decir, unos 43 millones 117 mil 33 pesos.
Ni hablar de las demás dependencias que tienen el dinero ahí congelado, mientras el gobernador David Monreal sigue viviendo en la burbuja del «bienestar y progreso», creyendo que todo marcha requetebien en la «nueva gobernanza».
Esos millones calentados en cuentas bancarias ya los quisieran los 21 entes públicos que, reiteramos, según lo que dicen los informes financieros de la SEFIN, se encuentran con finanzas críticas para el segundo semestre del año y entre los cuales destacan las instituciones educativas.
Veamos el caso de de la Universidad Politécnica de Zacatecas, que al 30 de junio arrojaba un saldo de sólo 2 pesos (no es broma) para ejercer en lo que resta del año. ¿Fue un error de captura o de verdad tenía únicamente 2 pesos en cuentas bancarias?
No es el único caso. Ahí está, por ejemplo, la Universidad Politécnica del Sur de Zacatecas, que dispondría de 3 millones 950 mil 453 pesos para el segundo semestre del año, algo así como el 24.05% de su presupuesto anual.
La cosa no pinta mejor para los siete institutos tecnológicos, como el de Nochistlán, con un saldo de 5 millones 902 mil 937 pesos para el segundo semestre del año (37.76% de su presupuesto); el de Fresnillo, 14 millones 53 mil 922 pesos (42.71%); Tlaltenango, 8 millones 300 mil 963 (46.11%); Loreto, 9 millones 672 mil 637 pesos (40.19%); Río Grande, 12 millones 796 mil 514 pesos (47.06%); y Jerez, 7 millones 706 mil 633 pesos (47.53%).
El panorama pinta aún peor para cuatro organismos públicos descentralizados también en materia educativa, como la Escuela de Conservación y Restauración «Refugio Reyes», que dispondría de sólo 1 millón 232 mil 6 pesos para lo que resta del año (algo así como el 34.75% de su presupuesto anual); o el COBAEZ, con un saldo de 46 millones 707 mil 683 pesos (8.03%) para cerrar el año; el CECYTEZ, 34 millones 462 mil 487 pesos (17.37%); o la UTZAC, 27 millones 374 mil 634 pesos (37.87%).
En este caso, llama la atención que en el primer semestre del año el COBAEZ habría recibido una ampliación presupuestal de 383 millones 835 mil 368 pesos (incremento de 194.3% respecto al presupuesto aprobado) y aún así hoy se encuentra en finanzas críticas.
Misma situación para el caso del CECYTEZ, que tuvo una ampliación por 95 millones 301 mil 357 pesos (incremento de 92.4% respecto al presupuesto aprobado) y ya está con el agua al cuello; mientras la UTZAC tuvo una ampliación por 23 millones 701 mil 206 pesos (48.78%) y se acerca a los números rojos cuando todavía falta la segunda mitad del año.
Eso sí, mal han tratado a la mayoría de los organismos autónomos, que sufrieron recortes presupuestales a manos de los diputados locales de la 64 Legislatura y que tampoco han visto la «generosidad» de la «nueva gobernanza» para autorizarles alguna ampliación presupuestal que les permita cerrar el año como se debe.
El único organismo que iría a la par del ejercicio fiscal es el Tribunal de Justicia Administrativa, con un saldo del 50.35% de su presupuesto asignado para cerrar el año.
En cambio, los demás se encuentran por debajo del 50%, como el caso de la CDHEZ, que dispondría de sólo 13 millones 650 mil 821 pesos (35.71% de su presupuesto anual) para el segundo semestre del año; el IZAI, 10 millones 362 mil 304 pesos (42.62%); el IEEZ, 47 millones 504 mil 765 pesos (34.02%); la UAZ, 824 millones 167 mil 939 pesos (33.85%); el TRIJEZ, 13 millones 480 mil 471 pesos (39.16%); la FGJEZ, 316 millones 687 mil 458 pesos (42.67%); el Instituto Regional del Patrimonio Mundial, 2 millones 584 mil 17 pesos (42.85%); y el caso más emblemático: el Tribunal de Justicia Laboral Burocrática, que tendría un saldo de 4 mil 564 pesos (0.02%) para cerrar el año. Y no es broma.
Además de las ampliaciones presupuestales a la UAZ y a la Fiscalía que ya comentamos en este espacio en entregas anteriores, recibieron este beneficio otros organismos como el IZAI (1 millón 448 mil 223 pesos) y el Tribunal de Justicia Administartiva (500 mil pesos). Y hasta ahí.
Lo cierto es que el panorama de las finanzas federales poco abona a dar certidumbre a los ingresos de los estados, lo que sin duda podría traducirse en nuevos ajustes presupuestales. Haría bien la «nueva gobernanza» en recortarle a las dependencias que le hacen al tío Lolo para repartir esos millones que tanto se necesitan en otros entes públicos. Y ya de paso, en cambiar de gabinete.