Pues no, el gobernador David Monreal fue uno más del montón en el «show de la mañanera» donde mandatarios de 23 entidades (prácticamente los que siempre dicen que firman los desplegados de MORENA para respaldar las locuras del Presidente) firmaron el convenio de colaboración para ahora sí, ya merito, poner en marcha el esquema del IMSS-Bienestar luego del fallido INSABI.
Porque el convenio fue suscrito por Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Ciudad de México, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Guerrero, Morelos y Zacatecas.
Decidieron no participar en esta farsa las entidades gobernadas por la oposición, como Aguascalientes, Coahuila, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro y Yucatán. Porque Zacatecas es el principal ejemplo de que, ni siendo del mismo partido (y movimiento, según la secta), ha gozado de mayores beneficios de la Federación.
Lo que originalmente se pretendía vender como la solicitud de David Monreal para apoyar al campo zacatecano que vive una de sus peores crisis por la sequía, terminó en una fotografía grupal con los mandatarios firmantes del convenio, y un gobernador zacatecano por ahí relegado en una esquina que a lo mucho cruzó un par de palabras al momento de pasar a firmar el convenio. La cara del Presidente fue muy elocuente… y todavía lo presumen desde la taquería de Comunicación Social. Sea por Dios…
No bastó la desastroza comparecencia del secretario de Salud, Uswaldo Pinedo Barrios, para evidenciar los yerros en la política de salud pública. El show sigue y sigue y sigue hasta que la gente se crea el cuento de que ya estamos como Dinamarca. En fin.
Y aplaudan más fuerte
Ciertamente, la diputada Gaby Pinedo tuvo mucha razón cuando, en la segunda comparecencia del secretario de Desarrollo Social, Sergio Casas Valadez, aseguró que la glosa del segundo informe de gobierno se ha convertido en un «ejercicio ocioso». Pero ahí tienen mucha respoonsabilidad los 30 diputados que mayoritariamente se han inclinado por convertir la tribuna legislativa en el más lamentable de los espectáculos.
La fallida operación del diputado Xerardo Ramírez para boicotear la comparecencia citada este martes derivó en reunir quórum legal para sesionar a como diera lugar, y más que preguntas, el pleno se convirtió en la arena donde se defendieron dos proyectos políticos distintos, mientras el titular de SEDESOL sonreía socarronamente ante el pleito de mercado que se desarrollaba ante sus ojos.
Muy atrás quedó el insistente llamado a no politizar, en sendas contradicciones cuando de uno y otro lado se dedicaban a politizar las políticas de desarrollo social de anteriores gobiernos y del actual régimen, a tal grado que la comparecencia se tornó más bien en una lucha por agradar o incomodar más a #EllaEsVero.
Eso sí, es la primera vez que a la diputada Gaby Pinedo se le ve con el carácter que debió haber mostrado a su paso por la Secretaría General de Gobierno, en una defensa de la 4T y de la «nueva gobernanza» como no lograron sus homólogos del oficialismo.
Ante las reiteradas interrupciones de los diputados Karla Valdez y Lupe Correa (de quien no se olvida el patético proselitismo en favor de Xóchitl Gálvez en la tribuna legislativa), y con la advertencia de «el que se lleva, se aguanta«, la también presidenta de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) reprochó a la oposición que «se sienten dueños de la verdad«, aún cuando sus proyectos políticos «han dejado una herencia maldita en Zacatecas y en el país«.
Y remató: «que quede constancia de que, efectivamente, es un debate de proyectos, no ha sido esto una glosa justa cuando la oposición viene, se sube a dar una postura política y luego nos llama al orden por defender nuestra postura política». Y coincidió con el diputado Enrique Laviada (¡con Laviada!) en que la glosa «es un ejercicio ocioso y que no sirve».
Total, que luego de la comparecencia cuádruple del pasado lunes centrada en infraestructura, ayer los temas se centraron en los demás programas que opera la SEDESOL, aunque hubo mayor énfasis en la Pensión para personas con discapacidad y los apoyos educativos (mochilas, uniformes, loncheras y becas).
Sobre el primer punto, la diputada Gaby Basurto fue muy insistente en aclarar los términos de lo convenido con la Federación, pues finalmente se reveló que Zacatecas deja en manos del Gobierno federal el manejo de los recursos estatales para que los aplique a discreción. Una situación muy similar a la que viven los pocos municipios que se han aventurado a convenir recursos con el estado para proyectos de obra pública, donde son relegados de las decisiones pero se les obliga a aportar puntualmente los recursos convenidos que se gastan «a sobreprecio».
Más grave resultaría que, en el caso de la Pensión para personas con discapacidad, ni siquiera se hayan homologado los padrones de beneficiarios con los que cuenta la Secretaría del Bienestar y con el que ya disponía el Instituto para la Atención e Inclusión de Personas con Discapacidad que hoy encabeza Miriam García Zamora.
Respecto a los apoyos educativos, no sólo se cuestionó la contratación de proveedores foráneos y el sobrecosto en las adquisiciones, sino también la entrega selectiva de los apoyos, pues aunque el oficialismo (¿o era la secta?) defendía la universalidad de los programas, la oposición (¿sigue existiendo la oposición?) señalaba que hay regiones donde nunca han visto los dichosos apoyos.
Más lamentable resultó la defensa del titular de SEDESOL en voz de algunos diputados del oficialismo, como Roxana Muñoz, que recurrió a los 10 mil millones de pesos invertidos por la federación en los programas del bienestar en Zacatecas y que para el próximo año ascenderían a 14 mil millones. ¿Es mérito de la «nueva gobernanza», del titular de SEDESOL o del gobernador David Monreal? Pues así de colgados de los resultados federales ante los magros resultados de la oficina adjunta a la delegación del malestar.
Patética es una palabra que no alcanza a abarcar la politiquería vivida este martes en el pleno legislativo durante la comparecencia de Sergio Casas, muy diferente a la realizada por la tarde en la que rindieron cuentas los titulares del Instituto de la Juventud, Mauricio Acevedo, y del Deporte, Javier Núñez, aunque al segundo no le fue tan bien con la manifestación de deportistas en pleno vestíbulo del recinto legislativo.
En cambio, al titular del Instituto de la Juventud le fue reconocido por igual entre la oposición y el oficialismo el trabajo desempeñado en el último año, pese al súper limitado presupuesto que le fue asignado, pero sobre todo el hecho de que su trabajo haya sido institucional, como debe ser, sin distingo de colores y filias partidistas.
Hoy se tiene citada la comparecencia (otra vez) del secretario de Obras Públicas, Luis de la Peña, y no hay mucha expectativa luego de lo ya dicho en la sesión del pasado lunes, en la que parecieron agotarse los temas relevantes en dicha dependencia. ¿Habrá quórum?, ¿aplaudirán más fuerte?
¿#EsUlises?
En la carrera al Senado en el 2024, quien ya se veía como candidato en una fórmula muy, pero muy incómoda, ahora tendrá que revalorar sus intenciones o apretar el paso, pues en un reciente estudio realizado por la casa encuestadora De las Heras la semana pasada (y cuyos resultados se publican este miércoles), resulta que el exalcalde capitalino Ulises Mejía Haro lleva la delantera con un 26% de las preferencias, seguido del senador José Narro Céspedes (22%) y en tercera posición Saúl Monreal (20%).
Pero como no son candidaturas únicas, sino que van en fórmula, resulta que según el mismo estudio Ulises Mejía llevaría las de ganar si hace fórmula con la senadora petista Geovanna Bañuelos, con un 38% de las preferencias, mientras que en fórmula con la delegada Verónica Díaz llegaría al 35 por ciento.
En cambio, en una fórmula encabezada por Saúl Monreal y Geovanna Bañuelos, ambos llegan al 33% de las preferencias, mientras que con la delegada del Bienestar apenas alcanzarían 30%, quedando por debajo del 31% que lograría la fórmula del diputado federal Miguel Varela y la senadora Claudia Anaya. ¿Apostarán a perder o se aventurarán por una fórmula ganadora?