Con la publicación de los resultados definitivos del Censo Agropecuario 2022, este martes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer una difícil realidad que impacta en el agro zacatecano: la inseguridad.
Aunque la mayoría de los datos de este censo fueron levantados entre el 19 de septiembre y el 30 de noviembre de 2022, para el caso de la producción agrícola el periodo de referencia fue de octubre de 2021 a septiembre de 2022. Es decir, cuando la «nueva gobernanza» ya estaba en funciones.
Y los resultados definitivos del censo muestran por qué los dichosos «ejes tractores» no terminan de arrancar, porque habrá que recordar que uno de esos ejes es el campo (o eso dicen, que «el campo es solución y no problema«).
De acuerdo con el Censo, en Zacatecas hay unas 137 mil 818 unidades de producción agropecuaria activas. Pero el 86.46% (o sea, casi 9 de cada 10) enfrentan alguna problemática que impacta en sus actividades.
La principal problemática detectada ha sido el alto costo de insumos y servicios, que en el estado promedió un 92.89 por ciento. Sin embargo, hay otros factores que también han impactado en el agro zacatecano, como el caso de la pandemia que incidió en una baja de precios o la disminución de las ventas.
En el estado, esta problemática promedió un 35.81% de las unidades de producción activas; sion embargo, hubo municipios con mayor proporción, como el caso de Morelos, con 69.06%; Calera, con 61.72%; Enrique Estrada, 59.11%; y Villa García, 50.57 por ciento.
La pérdida de fertilidad en el suelo también está entre las problemáticas más frecuentes en el campo de Zacatecas, con un promedio de 27.67% en las unidades de producción en el estado, aunque hubo municipios con mayor afectación.
Es el caso de Concepción del Oro, con 69.89%; Enrique Estrada, 59.42%; Calera, 49.70%; Beniuto Juárez, 48.99%; Tlaltenango, 48.46%; Genaro Codina, 48.43%; Saín Alto, 46.23%; Trancoso, 45.55%; y Atolinga, con 44.28 por ciento.
Y aunque las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) muestran una tendencia positiva en los empleos formales en las actividades agrícolas (al menos en los puestos temporales, que son los llamados «jornaleros»), esta dinámica no se ve reflejada necesariamente en algunos municipios que enfrentan la escasez de mano de obra, que en el estado promedió un 14.08 por ciento.
Ahí tenemos, por ejemplo, a Atolinga, con 49.08% de sus unidades de producción que enfrentan este problema; seguido por Enrique Estrada (otra vez este municipio), con 47.92%; Juchipila, 44.22%; Jalpa, 38.29%; Apozol, 33.77%; Tabasco, 33.29%; Momax, 33.13%; Monte Escobedo, 32.79%; Trinidad García de la Cadena, 32.21%; y Mezquital del Oro, con 31.72 por ciento.
Por otra parte, mucho se ha dicho que el campo está envejeciendo, en relación con la edad promedio de los productores zacatecanos. Y según el Censo Agropecuario 2022, hoy es una realidad que al menos uno de cada tres campesinos (34.42%) tiene más de 65 años.
No obstante, el problema se agudiza en el caso de las mujeres, pues por ejemplo en Villanueva el 62.04% de las mujeres productoras tiene más de 65 años de edad. Le siguen: El Salvador, con 61.70%; Zacatecas capital, 57.53%; Huanusco, 57.14%; El Plateado de Joaquín Amaro, 55.81%; Jiménez del Teúl, 55.56%; Moyahua, 55%; Valparaíso, 54.98%; Tepetongo, 53.93%; Monte Escobedo, 51.20%; así como Apozol y Tepechitlán, con 50% cada uno.
Un dato curioso es que, según los resultados del Censo, el 13.48% de las productoras mayores de 65 años en Tepetongo y el 7.41% en Jiménez del Teúl no reciben su Pensión del Bienestar para las Personas Adultas Mayores.
Porque sí, en este Censo el INEGI también preguntó por el acceso a este tipo de programas de la 4T, que en el caso de la Pensión para adultos mayores, promedió en el estado un 32.50% para las unidades de producción activas.
Sin embargo, hubo municipios con mayor cobertura, como el caso de Trancoso, con 42.81%; El Plateado de Joaquín Amaro y Noria de Ángeles, con 41.25% cada uno; Ciudad Cuauhtémoc, 41.22%; Valparaíso, 40.85%; Luis Moya, 41.19%; Huanusco, 40.71%; Nochistlán, 40.68%; y El Salvador con 39.51 por ciento.
De hecho, en El Salvador se identificó entre las principales problemáticas la edad avanzada o la enfermedad del productor en las unidades agropecuarias activas, con 59.09% de incidencia, mientras en Calera también se detectó un alto impacto por los intermediarios que dificultan la comercialización de productos (41.28%).
Y aunque la «nueva gobernanza» se precia de acercar los servicios financieros para capitalizar al campo zacatecano, los Censos muestran el poco acceso de los productores a esquemas de financiamiento, con un promedio de 6.16% de unidades de producción que realizaron una solicitud de crédito (y que accedieron a él en menor proporción).
Este año uno de los temas más socorridos fue el impacto por la sequía y la cacareada soliciud de declaratoria de desastre, cosa que no sucedió. Esto viene a colación porque, previendo este tipo de contingencias, anteriormente se contrataban seguros catastróficos que hoy la «nueva gobernanza» (¿o era la 4T?) más bien considera un derroche que atenta contra la «austeridad republicana».
El problema es que los campesinos zacatecanos no tienen la capacidad para contratar estos seguros por su cuenta, con apenas 0.97% de unidades de producción que realizaron su solicitud (algo así como 1 mil 337 unidades). Es decir, ni el 1% en todo el estado. Y ni hablar de los que, haciendo la solicitud, consiguieron un seguro catastrófico.
Una particularidad de la edición 2022 del Censo Agropecuario es que es la primera ocasión que se mide el impacto de la inseguridad en las actividades de las unidades de producción, un problema que afecta a una de cada tres unidades (31.27%) en el estado, por encima del 22.81% que promedió el país.
Y aunque Zacatecas ciertamente tuvo una menor proporción que otras entidades vecinas como Aguascalientes (46.46%), según el Censo Agropecuario, hay mayor incidencia de este problema en municipios como Calera (72.34%); Morelos (71.78%); Jerez (67.38%); Enrique Estrada (58.15%); Tepetongo (52.43%); Vetagrande (52.10%); y Monte Escobedo (50.36%).
Lo anterior deja ver que la actividad delictiva, esos grupos criminales «inteligentes y bien organizados», concentran su actividad en una franja que atraviesa desde Jalisco y divide a Zacatecas en dos: la zona norte y la parte sur.
Con los datos que arroja el Censo Agropecuario 2022 elaborado por el INEGI, tenemos ya una radiografía más clara del campo zacatecano, en el que prevalecen problemas como el bajo acceso a financiamientos o seguros catastróficos, la escasez de mano de obra, la pérdida de fertilidad en el suelo, en menor medida la edad avanzada de los productores, y por encima de todo la inseguridad, que afecta a todas las variables anteriores y que, sin duda, impacta en los consumidores finales de los productos del campo.
¿Ahora sí hablamos de los «ejes tractores»?, ¿qué está haciendo la «nueva gobernanza» para atacar estas problemáticas que afectan al campo zacatecano?