Luego del lamentable llamado a «encomendarse a Dios» tras el «macabro regalo de Reyes» en Plaza de Armas, el gobernador David Monreal y la «nueva gobernanza» no han visto lo duro, sino lo tupido para revertir la percepción de inseguridad en Zacatecas (aunque les dé por rebautizarla como «sensación de inseguridad»).
Con tres secretarios de Seguridad Pública hasta el momento (el de la «herencia maldita», el que acusaba a los medios de comunicación de ser promotores de los grupos delictivos y el que violenta a las mujeres durante las protestas por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres), poco se abona a generar confianza de la población en las instituciones.
Por el contrario, surgen más dudas que certezas en el «tema de temas» y por más que se presuman resultados positivos en la incidencia de delitos de alto impacto, paradójicamente, esos resultados no tienen el mismo impacto sobre la «percepción de inseguridad» entre la población.
A su regreso de la Ciudad de México para placear a la nueva delegada de Programas para el Desarrollo, Adilene Rosales, el gobernador David Monreal encabezó este martes la sesión extraordinaria de la Mesa Estatal de Construcción de «Abrazos y No Balazos» para presentar un informe de resultados del Plan Zacatecas II, ese que fue dado a conocer por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador hará cosa de dos años.
De entonces a la fecha, según la danza de cifras oficiales, los delitos de alto impacto se han reducido en un 17 por ciento. Y como el delito que genera mayor «percepción de inseguridad» son los homicidios dolosos, se dijo que éstos han pasado de 1 mil 776 en 2021, a 1 mil 459 en 2022 y en lo que va de este año se han registrado 932. Una disminución de 44% en la incidencia de este delito en los últimos dos años.
Mayor reducción se documentó en el caso del delito de extorsión, donde se presumió a una baja del 87% en el mismo periodo, con 62 casos contabilizados en lo que va de este año en comparación con los 486 casos registrados en 2021.
También habría ido a la baja el delito de robo en transporte, con una reducción del 48% en el lapso de referencia; y de 80% en el caso de secuestros.
Eso sí, sólo Obama sabe cuál es la fuente para haber afirmado que «en septiembre de 2021, el 99% de la población en la entidad se sentía insegura, y hoy, gracias al trabajo y al esfuerzo de todos, esta percepción es ligeramente superior al 60%«. Porque según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Fresnillo y Zacatecas aún se ubican en los primeros tres lugares de «percepción de inseguridad».
A lo informado por la Mesa Estatal de «Abrazos y No Balazos» habría que hacerle también una precisión, pues aunque las «cifras alegres» se basan en lo que reporta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, éste a su vez basa su información en las carpetas de investigación iniciadas por las fiscalías.
Es decir, hablamos de delitos que se denuncian. Y si consideramos que existe una «cifra negra» de más del 90% de delitos que no se denuncian, ya podemos dimensionar de qué tamaño puede ser el «tema de temas».
A ello habría qué agregar otra parte del sistema de justicia: cuántas de esas carpetas de investigación tienen detenidos como presuntos responsables de la comisión de los delitos denunciados; cuántas de esas carpetas son judicializadas; cuántas llegan a una sentencia firme; cuántos detenidos llegan a purgar sus condenas en la cárcel. Y así le podemos seguir.
Porque según estas cifras oficiales, desde que se implementó el Plan Zacatecas II se lograron 692 sentencias condenatorias por delitos de alto impacto del fuero común. Es decir, casi una por día en los últimos dos años, pero muy pocas comparadas con las 48 mil 753 carpetas de investigación abiertas por la FGJEZ en el mismo periodo.
Lo preocupante viene cuando se trata de carpetas de investigación con algún detenido como probable responsable, pues de ese total, sólo el 4.7% cuentan con algún detenido según lo que reporta la Fiscalía local, mientras que esta proporción aumenta a más del 19.5% en el caso de las carpetas de investigación iniciadas por la Fiscalía General de la República (FGR).
Casualmente, estos resultados se informan en el preámbulo de la discusión del dictamen con la terna para elegir titular de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas luego de la renuncia de Francisco Murillo Ruiseco.
Este martes, antes de que el gobernador David Monreal presumiera sus cifras alegres (que poco abonan a generar percepción de seguridad, mucho menos a mejorar la percepción sobre su desempeño en el cargo), sesionó la Comisión de Justicia que preside el diputado Juan Mendoza a fin de entrevistar a los tres aspirantes de los cuales se habrá de elegir (o no) al titular de este organismo autónomo: Mónica Martínez, Juan Carlos Valdivia y Cristian Paul Camacho Osnaya.
De hecho, se espera que esta misma semana se resuelva en el pleno quién se llevará la rifa del tigre, por algo fue reprogramada la sesión ordinaria convocada para este martes, pues con la atención centrada en las entrevistas a los aspirantes que integran la terna, bien podría incluirse el dictamen correspondiente para la sesión de este miércoles y agilizar (es un decir) su proceso legislativo.
Lo cierto es que, ante la ausencia de cabildeo (porque en MORENA están más concentrados en su propia rebatinga para el próximo proceso electoral), no hay consensos para que alguno de los tres perfiles cuente con la mayoría calificada. Y aunque las preferencias se inclinan por Juan Carlos Valdivia y Cristian Paul Camacho, los bloques están muy, pero muy divididos.
Lo anterior podría dar pie, en el peor escenario, a que el dictamen sea desechado por no reunir los votos requeridos y que la designación termine en manos del Ejecutivo estatal.
No pasa desapercibido que, en medio de esta discusión y del espectáculo de cifras alegres de la Mesa Estatal de «Abrazos y No Balazos«, el excoordinador de Comunicación Social, Gerardo Flores, haya cuestionado quiénes fueron los diputados «que con intereses perversos, mezquinos y de maldad, intentaron boicotear la construcción del C5«.
Que alguien le explique que el que llamó «boicot» fue más bien una moción suspensiva, con plazo legal de cinco días, para citar a comparecer a los titulares de las instituciones involucradas en el proyecto a fin de aclarar inconsistencias evidentes en la construcción del C5.
Porque nadie se opuso a la construcción del C5 (de hecho, en el pleno legislativo únicamente se discutió la enajenación del bien inmueble donde hoy se construye el proyecto con enormes visos de corrupción), sino al desaseo del proyecto previo a que la solicitud de enajenación llegara al Poder Legislativo.
Por lo demás, no nos queda más que sonreír porque ya lo dijo el gobernador David Monreal: «gracias al trabajo, al mes de noviembre ya dejamos de ser de los estados más inseguros«. Nada más le faltó incluir en su informe la estadística de personas desaparecidas y no localizadas, que hoy colocan a Zacatecas en una posición vergonzosa a nivel nacional.