Por qué votar por los mismos de siempre

Este proceso electoral 2023-2024 no sólo es el más grande de la historia de nuestro país. También es el que peores candidatos nos ha dejado a los mexicanos, porque de uno y otro lado se reitera aquella frase de «lo mismo y los mismos» y seguramente el próximo 2 de junio veremos una boleta de espanto y decepción en cada sección electoral.

A una semana de iniciadas las campañas del proceso local, y a más de un mes de iniciadas las campañas del proceso federal, ni siquiera el primer debate presidencial entre los candidatos Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez ha despertado interés entre la población.

Mucho menos ha servido de distractor un Festival Cultural Zacatecas que, en medio de su nutrida programación, se vio empañada por justas manifestaciones por la violencia y la represión gubernamental que se vive en la entidad.

Porque al menos en Zacatecas, la atención no está puesta en los candidatos, sino en los problemas del día a día donde hoy los políticos de uno y otro lado encuentran su minita de oro para seguir medrando con la necesidad a cambio del voto.

Ya desde la aprobación (tardía) de candidaturas a diputados federales y senadores por parte del Consejo General del INE se advertía el cochinero en las postulaciones de todos los partidos y coaliciones, un cochinero que se repitió a finales de marzo cuando el Consejo General del IEEZ aprobó las candidaturas locales a diputados, presidentes municipales, síndicos y regidores.

Sin embargo, los nombres en las listas de candidaturas validadas aún están sujetas a cambios; por ejemplo, el cumplimiento de los requerimientos del Consejo General del IEEZ en materia de paridad, alternancia, competitividad, cuotas afirmativas y otros requisitos, sin olvidar que según la Ley Electoral, todavía puede haber sustituciones hasta el mes de mayo en el caso de renuncias o fallecimientos de candidatos validados.

¿Habrá sorpresas? Posiblemente, al considerar que una elección intermedia es la antesala de una sucesión gubernamental en Zacatecas y desde ya se puede ver quiénes levantan la mano con la aspiración a participar en la contienda del 2027.

El actual proceso electoral no ha estado excento de chapulines o vulgares ambiciosos (Mario Delgado dixit) que van en busca de cargos y oficinas, aunque lo nieguen. En lo federal ya se han visto ejemplos de priístas o panistas que saltan a las filas (y candidaturas) de MORENA, lo mismo que en lo local.

La salida de la diputada local con licencia Cuquita Ávalos para brincar de las filas del PRI para ser postulada a la presidencia de Jerez por MORENA es apenas la punta del iceberg sobre el cochinero en la política local.

Días después, los diputados Marimar de Ávila y José Juan Estrada anunciaron su separación de las bancadas del PAN y del PRI, respectivamente. Se dijo que su decisión se debía a que fueron relegados de las candidaturas en el actual proceso electoral, pero primero habría qué preguntarse si estaban interesados en buscar una candidatura.

No obstante, más pronto que tarde, desde el Comité Directivo Estatal del PRI se aventuraron a calificar la decisión de José Juan Estrada como una «actitud caprichosa» y daban por muerta su carrera política, calificativos que tampoco quitan el sueño a quien, como diputado migrante, se ha distinguido por su trabajo en territorio en favor de esta comunidad, incluso haciendo mancuerna con su homólogo migrante de MORENA, Armando Juárez, algo que ha faltado a muchos de los que hoy permanecen en el tricolor.

Lo cierto es que el actual proceso electoral deja en claro dos cosas: que la oposición pierde con la vieja rencilla entre Miguel Alonso y Alejandro Tello; y que a muchos políticos (de todos los colores les hace falta aprender del ejemplo de Fito Bonilla, un priísta que sigue militando, que en varias ocasiones ha buscado la candidatura a la gubernatura (y ha trabajado para merecerla), pero que se ha retirado de la vida pública al ver que no hay condiciones políticas para participar, no mientras las dirigencias partidistas sigan aplicando la de «sálvese quien pueda«.

No es gratuito que este proceso electoral se haya distinguido por unas campañas guangas, por candidatos que perdieron punch en su primera semana de campañas (o ya su primer mes, en el caso de los federales), por la apatía generalizada de la población debido a que no hay ni por quién votar, ni siquiera el menos peor, especialmente porque son «lo mismo y los mismos» que a pesar de todo siguen sin conocer las funciones del cargo para el que fueron postulados.

Sobra decir que las propuestas han brillado por su ausencia, pues el discurso se ha centrado más en la demagogia de repetir los problemas ya bien conocidos por los zacatecanos y asegurar que tienen la varita mágica para resolverlos. Si acaso se rescata la propuesta de la presidenciable Claudia Sheinbaum en su última visita a Zacatecas para comprometer la construcción (ahora sí) de la Presa Milpillas.

Los hay otros más cínicos como el diputado petista con licencia, Xerardo Ramírez, quien propone la revocación de mandato cuando ésta ya se encuentra en la Constitución y de la cual únicamente ha hecho falta la ley reglamentaria, una facultad que sí tenía como diputado, pero que en sus dos años y medio de gestión no tuvo el interés de impulsar.

Así nos podríamos seguir con ejemplos de cada candidato, pero ya tendremos dos meses de campaña para desmentirlos. Más importante resulta un oficio del CEN de MORENA firmado por Mario Delgado el pasado 1 de abril, remitido a todos los legisladores federales y locales que son candidatos de dicho partido y de la coalición «Sigamos robando más» (o algo así), para separarse del cargo a más tardar el 4 de abril, so pena de revocarles su postulación.

Qué raro que siguen en el cargo figuras como Imelda Mauricio, quien busca la diputación por el Distrito 13; o Violeta Cerrillo, quien va por el Distrito 4; Susana Barragán, en el Distrito 5; Ernesto González Romo, en el Distrito 6; o Georgia Fernanda Miranda, en el Distrito 9. Pero, pues, cada quién

Y si usted creía que la secta se había amarrado las manos para no intervenir en este proceso electoral, se equivoca, estimado lector. En este espacio ya habíamos advertido desde el pasado 11 de marzo que en la tómbola de candidaturas plurinominales de MORENA, al menos dos de cada tres nombres incluidos en las urnas correspondían a servidores de la nación que fueron obligados por la secta a registrarse en las convocatorias.

Ese ya era un indicio de que se repetiría lo que, también en este espacio, advertimos desde el 29 de marzo de 2021, cuando en aquel proceso electoral detectamos al menos 63 servidores de la nación registrados para contender por un cargo de elección popular, ya sea como presidentes municipales, sindicaturas y/o regidurías de mayoría relativa y/o representación proporcional, como propietarios y/o como suplentes.

¿Y qué cree? Que en este proceso electoral se repite la intromisión, pues en una revisión a las candidaturas aprobadas hasta el momento por el Consejo General del IEEZ detectamos al menos 75 servidores de la nación registrados como candidatos, todos en planillas de Ayuntamientos.

Sin embargo, los que despertaron más interés de la secta por el número de servidores de la nación registardos fueron: Calera, Chalchihuites, Fresnillo, Genaro Codina, Guadalupe, Huanusco, Jalpa, Jerez (sí, aunque despotrique la expriísta Cuquita Ávalos, le impusieron su planilla), Juan Aldama, Luis Moya, Miguel Auza, Monte Escobedo, Nochistlán, Pánuco, Sombrerete, Tabasco, Tlaltenango, Trancoso, Valparaíso, Villanueva, Zacatecas (sí, otra vez le impusieron a Jorge Miranda su planilla), Francisco R. Murguía, Ojocaliente, Pánfilo Natera, Pinos, Río Grande y Villa González Ortega.

Lo interesante es dónde posicionaron mayor cantidad de servidores de la nación como plurinominales, un indicio de que serán los municipios donde no hay condiciones para ganar. ¿Apuestas?

Así las cosas en Zacatecas deslumbrante, tierra de bienestar y progreso, en el «año de la paz», aunque sea por decreto. Y que Dios nos agarre confesados en este proceso electoral.