Se acabó el show

Por fin, se llegó el último día de campañas electorales federales y locales y vendrán tres días para que la ciudadanía «reflexione» su voto para la contienda del próximo 2 de junio.

Durante 90 días, las y los candidatos a cargos federales tuvieron la oportunidad de convencer al electorado de que son la mera neta y que ahora sí, deveritas, deveritas, van a cumplir lo que han prometido en el proceso pasado, y antepasado, y el anterior al antepasado…

Y por 60 días, las y los candidatos a cargos locales buscaron la manera de persuadir a las y los zacatecanos de que tal o cual opción son el verdadero voto útil y hay quienes ya hasta dieron la instrucción a sus respectivos equipos de buscar vivienda en otra ciudad porque «ya ganaron».

Encuestas hubo a más no poder, todas con resultados a cual más de dispares, que tampoco abonaron ciertamente a que la ciudadanía pudiera definir su voto, más cuando entre encuesta y encuesta la infodemia estaba a la orden del día, aunado a las llamadas «campañas negras» que sólo enrarecieron el ambiente electoral.

No se puede pasar por alto que se trató de el primer proceso electoral para Zacatecas luego de las medidas restrictivas durante la pandemia del COVID-19 y que sí impactaron en la pasada contienda. Sin embargo, eso no evitó la escasez de eventos multitudinarios durante las campañas.

Tampoco se minimiza el hecho de que en este proceso hubo un alto número de renuncias de candidaturas, hayan sido por el motivo que hayan sido, que prendieron alertas en el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), pero también en Palacio Nacional.

Las sustituciones a estas renuncias también dejaron en claro que la autoridad electoral está a las órdenes de quien financie su presupuesto y que con la mano en la cintura pueden hacer que una candidatura cambie de mujer, a cuota afirmativa trans, a hombre, con tal de garantizar una ampliación presupuestal.

Zacatecas también estuvo inmerso en la dinámica de violencia, aunque no a niveles como los registrados en otras entidades (todavía), pues se recordarán los atentados contra aspirantes o figuras públicas en el que hubo lamentables asesinatos que hoy siguen impunes.

De hecho, el delito de homicidio doloso fue tema en boca de muchos, especialmente tratándose del municipio de Guadalupe y su exalcalde Julio César «N», hoy prófugo de la justicia y con sospechas de que sus cómplices, encabezados por su suplente y actual candidato José Saldívar, le darán a la población «otro monólogo» para distraer a los votantes de los temas que realmente le duelen al municipio.

No son menores los hechos protagonizados especialmente por los candidatos a la presidencia municipal de Zacatecas y sus respectivos equipos de campaña, que han dado muestra de que un cambio no puede ni debe promoverse con violencia en una entidad que ya de por sí tiene a dos ciudades entre las de mayor percepción de inseguridad en el país.

Además, los debates que se contaron por montones en este proceso electoral más bien fueron un circo que sólo sirvió para dos cosas: para visibilizar candidaturas que nadie conocía (de manera gratuita) y para exhibir lo más rancio de la política. Las propuestas fueron las menos, para mal de la ciudadanía.

Y para hacer más grande el espectáculo, cómo olvidar la tribuna legislativa que se convirtió en escenario de propaganda y ataques, poniendo al centro los intereses de los partidos políticos, mucho antes que los intereses de la población.

La cereza del pastel fueron las absurdas y elocuentes intervenciones de nuestros diputados (algunos de los cuales jamás se separaron del cargo, pese a ser a la vez candidatos a algún cargo de elección popular en este proceso), quienes buscaron a toda costa explotar sus reflectores (pagados con recursos públicos) para jalar agua para su molino.

Con la aprobación de la Ley reglamentaria para la revocación de mandato, hubo quienes convirtieron esta iniciativa en su bandera de campaña, con la seguridad de que la «nueva gobernanza» es lo peor que le ha pasado a Zacatecas, y hasta hubo arrepentidos de haber llevado a David Monreal a la gubernatura, mientras otros se preciaban de que «es un honor estar con el gobernador«.

La secretaria de la Función Pública, Humbelina Elizabeth López Loera, fue la gran ausente en este proceso electoral, marcado por acusaciones sobre el uso de vehículos oficiales, recursos humanos y hasta la sospecha del uso de recursos públicos para promover a los candidatos de la coalición «Sigamos robando más» (o algo así), acusaciones que siempre encontraban justificación con la conocida frase: «pero el PRI robó más«.

Las y el candidato presidencial Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, tuvieron su oportunidad de promover sus proyectos en Zacatecas, pero los compromisos específicos con la entidad se cuentan con los dedos de una mano.

Tampoco se puede decir mucho de la visita de los dirigentes nacionales de partidos, quienes más que ayudar, restaron puntos ganados a sus candidatos y candidatas, quienes no han podido desprenderse del tufo de corrupción e impunidad que ha marcado a sus institutos políticos.

Hoy que concluyen las tediosas campañas, todos y todas aseguran que ya ganaron, y se alistan para los cierres de campaña federales y locales, con todo y concierto, convencidos de que tendrán los votos suficientes para asegurarse el triunfo, haiga sido como haiga sido.

Lo cierto es que muchos de los resultados de la contienda tendrán que dirimirse en tribunales, gracias al pésimo desempeño de los consejeros del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ), pero particularmente a los yerros del consejero presidente Manuel Frausto.

Estos yerros sí fueron capitalizados por la secta carroñera que controla la dirigencia estatal de MORENA, que este martes formalizó ante autoridades del INE su denuncia por violar el principio de imparcialidad en el proceso electoral, aunque le hubieran hecho al tío Lolo con la postulación de Nieves Medellín como mujer, como cuota afirmativa trans, y como hombre.

De hecho, este miércoles autoridades del IEEZ y del INE ofrecerán una rueda de prensa para hablar de las consecuencias a la denuncia de MORENA. Y para sorpresa de muchos, una vez más quedará claro que en el IEEZ vale más el pellejo de los consejeros electorales (y sus privilegios) antes que actuar con rectitud y asumir sus propios errores.

Total, en ese instituto carente de credibilidad en este proceso electoral, cualquiera puede ser chivo expiatorio… hasta una mujer, aunque eso implique incurrir en actos de violencia política en razón de género. Pero de eso y más cochinero en el IEEZ le hablaremos en otra oportunidad.

Así las cosas en este Zacatecas deslumbrante en el «Año de la Paz», aunque sea por decreto. ¿Y usted ya decidió por quién votar?

1 comentario en “Se acabó el show”

  1. Capacitadorxs IEEZ

    Lxs capacitadores del IEEZ y supervisorxs, estamos preocupados.El día de hoy se nos ha citado para hacernos saber que el Instituto Electoral que organiza las elecciones no se hará cargo de los gastos para el traslado de los paquetes electorales. Se imagina? Nos ofrecen 100 pesos para cada 35 kilometros que tendremos que recorrer para llevar los paquetes en la madrugada, al término del conteo en las casillas, al distrito. 100 pesos para garantizar que esos paquetes que contienen las boletas, lleguen al resguardo. Por supuesto, en nuestros vehículos, no los del instituto. Nos han hecho saber que, como el ieez no gestionó el presupuesto que necesita, los trabajadores deberemos asumir este costo con nuestros ya de por sí recortados sueldos.
    Mucho hemos tolerado durante este proceso quienes hemos participado, es decepcionante y lamentable para quienes ya hemos antes participado en otros procesos electorales, ver el desorden que caracteriza a este en particular, los caprichos que desde el Consejo General tienen que cumplir sus trabajadores y que a su vez repercuten en nosotros y por ende en los ciudadanos que estarán en casilla. Estamos preocupados, pues muchos capacitadores ya contemplan la posibilidad de abandonar los paquetes con las boletas en las casillas al final de la jornada, pues el escrutinio y cómputo suele extenderse a altas horas, y con 100 pesos ni siquiera un taxi es una opción.

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