Concluidos los cómputos de la elección del 2 de junio, las autoridades electorales ya van terminando de entregar las constancias de mayoría a quienes lograron el triunfo en las urnas y sólo en algunos casos, ante una mínima diferencia, el resultado de la elección se dirimirá en los tribunales electorales.
Si bien la dupla Verónica Díaz y Saúl Monreal, de la coalición «Sigamos robando más» (o algo así) logró una votación histórica de 354 mil 334 sufragios, según lo que arroja el cómputo, no se puede pasar por alto el caso de Claudia Anaya y Miguel Torres, quienes con 272 mil 354 votos obtuvieron unos 41 mil 361 sufragios más de los que logró la presidenciable Xóchitl Gálvez, que apenas consiguió 230 mil 993 votos en Zacatecas.
El caso es peculiar, pues es bien sabido que la actual senadora no obtuvo el respaldo del PRI en esta elección (al igual que otros tantos candidatos, como Roberto Luévano en Guadalupe) y aún así, logró mayor votación que la candidata presidencial.
Lo anterior hace pensar en lo que ya había advertido la semana pasada Beatriz Paredes: la oposición hubiera tenido mayor oportunidad de haber postulado una candidatura de centro izquierda que pudiera captar los votos de aquellos indecisos que, aunque comparten la ideología del gobierno federal en turno, no comulgan con todas sus propuestas.
La oposición en Zacatecas también se quedará mirando a quienes llegarán a la Cámara de Diputados, una vez declarado el triunfo de Soledad Luévano, Julia Olguín, Ulises Mejía y Ana Luisa del Muro en los cuatro distritos federales.
Se pensaría que de este escenario surgirá la sucesión gubernamental; sin embargo, dicha sucesión llegó desde que David Monreal rindió protesta como gobernador, así como en lo federal el relevo llegará cuando Claudia Sheinbaum rinda protesta como la primera Presidenta de México.
Los nombres que se barajan en el oficialismo no arrojan novedades. De hecho, son perfiles que ganaron en la contienda del 2 de junio: Verónica Díaz, Saúl Monreal, Ulises Mejía y la actual senadora Geovanna Bañuelos.
En adelante, el discurso se mantendrá en la idea de posicionar la paridad en las gubernaturas, a fin de que en el 2027 Zacatecas cuente con una gobernadora, aunque no sería la primera. Ya Amalia García Medina dejó la vara muy alta a su paso por el Gobierno de Zacatecas.
Sin embargo, no hay que olvidar que la asignación de candidaturas a las gubernaturas, más allá de encuestas hoy carentes de credibilidad en los procesos internos de MORENA, son facultad de las cúpulas nacionales, ahí donde la secta que tanto daño le ha hecho a Zacatecas no ha podido penetrar del todo.
El antecedente directo es la asignación de candidaturas al Senado y a las diputaciones federales para el actual proceso electoral. La postulación de Verónica Díaz se atribuye a un manotazo del gobernador David Monreal; la de Saúl Monreal, al aún senador Ricardo Monreal; y la de Ulises Mejía, a la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Y en la sucesión para el 2027, ¿qué mano tendrá mayor peso?
Eso sí, mal escenario pinta para el gobernador David Monreal, pues además de preocuparse por los caprichos del 2027 (si es que algo le preocupa), en la 65 Legislatura no tendrá mayoría, luego de que el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ) asignara las candidaturas plurinominales con una fórmula rara que dejó fuera al PVEM.
Así pues, el oficialismo contará únicamente con 14 diputaciones en el pleno: Ruth Calderón, Santos González, Susana Barragán, Martín Álvarez, Georgia Miranda, Imelda Mauricio, José Luis González, Oscar Novella, Maribel Villalpando, Lyndi Bugarín, Jaime Esquivel, Jesús Padilla y Lolis Trejo Calzada.
El problema es que las 14 diputaciones pertenecen a grupos distintos y seguramente, avanzada la sucesión, saldrán a flote las diferencias que debilitarán al oficialismo en el pleno.
Del otro lado, en la oposición tampoco parece que exista la intención de trabajar en unidad, como bloque opositor, pues cada bancada responde a intereses diferentes.
En la 65 Legislatura tendremos, por parte del PRI, a Dayanne Cruz, David González, Isadora Santiváñez, Carlos Peña y Roberto Lamas. En el PAN, Maritere López, Chuy Badillo y Karla Estrada. Y en el PRD (lo que queda de él) estarán Eleuterio Ramos y María Elena Canales.
A la oposición se sumarían Ana María Romo y Marco Vinicio Flores por Movimiento Ciudadano. Y no hay que olvidar que la secta relegó al PT y a Nueva Alianza de la coalición en lo local, así que también podrían ser oposición Renata Ávila, Alfredo Femat y Alberto Nahle por el PT, así como Karla Esmeralda Rivera por Nueva Alianza.
Esta distribución de fuerzas en la 65 Legislatura generará, primero, fracturas en los grupos parlamentarios al momento de integrar las comisiones legislativas, tal como ocurrió al inicio de la 64 Legislatura.
Lo importante será que el gobernador David Monreal no contará con mayoría simple, mucho menos mayoría calificada, para impulsar reformas acordes con el llamado segundo piso de la transformación, incluyendo posibles reformas constitucionales. Eso obligará a generar consensos y negociar.
Pero lo primero es lo primero: el tercer informe de gobierno. Y con ese pleno tan heterogéneo, quién sabe si será otro año que el Ejecutivo no se presenta ante el Legislativo para rendir cuentas. En todo caso, ya en octubre (luego de las fiestas patronales) llegará la glosa del tercer informe de gobierno, si es que hay algo que informar.
Y para rematar, la discusión del Paquete Económico 2025, donde sí o sí tendrá que incluirse el financiamiento para proyectos plurianuales, como el C5 (que no tiene para cuándo) o el Viaducto elevado mejor conocido como «segundo piso». ¿Ya ganamos?