Si las fotos hablaran

Si las fotos hablaran… y mucho han hablado desde que circuló en redes sociales una imagen donde figuran los diptuados federales zacatecanos Ricardo Monreal y Ulises Mejía Haro. Era una imagen que podía surgir en cualquier momento en la recién estrenada Legislatura, que en fast track dio cauce a la reforma al Poder Judicial al gusto de Palacio Nacional.

Pues a propósito de la dichosa fotografía, en entrevista para Alonso Chávez y Cristina Velasco en Estéreo Plata, el exalcalde capitalino respondió a secas: «hay que darle la vuelta a la página».

¿Significaría esto que todos los agravios han sido perdonados? Mal haría Mejía Haro en cargar rencores en su carrera política a estas alturas, cuando se perfila como el prinicipal aspirante para suceder a David Monreal en al gubernatura.

Sin embargo, no por ello debería olvidar el tortuoso camino que le construyeron para llegar a donde está, no sólo a él, sino a todo su equipo de colaboradores en lo que han denominado desde hace tiempo «un movimiento honesto».

Aunque el tiempo ha pasado, Zacatecas no olvida la administración 2018-2021, marcada por la polarización a partir del segundo año de gobierno, cuando un grupo afín al monrealismo encabezado por la entonces síndico Ruth Calderón Babún (que este sábado rendirá protesta como diputada local) le hicieron la vida de cuadritos a quien entonces se perfilaba como fuerte contendiente para lograr la candidatura a la gubernatura.

Hicieron de todo para sacarlo del escenario político, hasta llegar al argumento de la violencia política en razón de género, igualito que hoy sucede con la elección de la alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México.

No se olvida tampoco que en esta guerra intestina contra Mejía Haro mucho intervino el hoy secretario de la Función Pública, Ernesto González Romo, pupilo de la diputada federal Soledad Luévano e incondicional de Ricardo Monreal. Vaya, hasta se aliaron con el hoy prófugo de la justicia, Julio César «N», para emprender una campaña en contra del entonces alcalde capitalino, como ocurrió al seno de la JIAPAZ donde se discutía la posibilidad de incrementar las tarifas del agua potable.

Eran tiempos en que la secta que tanto daño le ha hecho a Zacatecas apenas se encontraba en gestación, pero una vez madura, extendiendo sus tentáculos del malestar a todo órgano público, Ulises Mejía Haro prácticamente fue borrado del mapa político… hasta hoy, que por obra y gracia de la presidenta electa Claudia Sheinbaum logró reincorporarse a la vida política.

Decir que Ricardo, David y Saúl no son los mismos Monreal es pecar de inocencia o demasiada ingenuidad. Si bien «el más inteligente» del clan ha sido el más burdo en sus formas, la verdad es que Mejía Haro sigue siendo un obstáculo para el clan, especialmente porque trae los números para la elección del 2027, muy por encima de Saúl, de Soledad Luévano, de Verónica Díaz e incluso de Rodrigo Reyes (otro perfil del monrealismo a quien pretenden impulsar como alternativa).

«Darle la vuelta a la página» coincide con la naturaleza tibia de Ulises Mejía Haro para evitar confrontaciones, pero la tibieza no es algo que caracterice a los Monreal, más vistos como depredadores, y eso lo saben bien sus colaboradores (y excolaboradores) que no coinciden con ese «darle la vuelta a la página«, especialmente por haber sido víctimas de los agravios contra el «movimiento honesto» que encabeza el exalcalde capitalino y que aún pasado el tiempo cargan con ese estigma.

Que no olvide Mejía Haro que así comenzó su administración en el Ayuntamiento de Zacatecas, con una aparente cordialidad que terminó en carnicería. Que ese «darle la vuelta a la página» no se traduzca en bajar la guardia si aún aspira a seguir una carrera política. Porque por mucho que Ricardo Monreal haya mermado su influencia en el segundo piso de la transformación, el clan aún puede hacerle mucho, pero mucho daño.

Denuncian ecocidio

Previo a las Golondrinas que sonaron en la Comisión Permanente de la 64 Legislatura, vecinos del ejido San Martín de las comunidades Huertas del Mezquite, La Esmeralda, La Cuesta, El Sauz de San Martín, El Canalizo, El Ramonal, Las Atarjeas, entre otras, solicitaron la intervención del Poder Legislativo para atender un ecocidio en esta región del municipio de Pinos que está acabando con lo que llamaron «un oasis».

Porque desde hace más de 10 años se otorgó una concesión a particulares para extraer arena, sin un estudio de impacto ambiental que hoy ha generado severos daños al medio ambiente por la sobreexplotación de los bancos pétreos que han traído como consecuencia una seria afectación a especies endémicas de flora, como sauces, álamos, pirules y sauces llorones, sin olvidar la fauna silvestre.

Al parecer, esta concesión habría perdido vigencia, pese a que siguen explotándose los recursos sin vigilancia de la autoridad (o con su aval de la SEMARNAT en lo oscurito), acabando con el único pulmón en esta región del semidesierto en el sureste zacatecano.

Un caso similar ya se había vivido en otra región de Zacatecas. Como se recordará, en el municipio de Río Grande hubo empresas que explotaban los bancos de arena que debilitaron los cimientos del histórico puente Hidalgo que hicieron que colapsara, sin que a la fecha hubiera consecuencias para los responsables, aunque los riograndenses ya tienen un maravilloso nuevo puente.

Los pobladores del ejido San Martín y anexos no quieren que esta situación continúe en la región de Pinos y hacen un llamado a que la autoridad no sea cómplice de este ecocidio. Lástima que la 64 Legislatura no podrá atender este llamado urgente porque ya se van (¡por fin ya se van!), así que el tema tendrá que ser retomado (si es que hay voluntad) por la 65 Legislatura que rendirá protesta este sábado. Que la «nueva gobernanza», a través de la secretaria del Agua y Medio Ambiente, Susana Rodríguez, atienda el caso ya es avaricia…