La primera comparecencia con motivo de la glosa del tercer informe de gobierno que se realiza en comisiones y en el quinto piso del recinto legislativo fue, por decir lo menos, accidentada.
No sólo el espacio quedó reducido ante la asistencia de al menos 16 diputados que bien pudieron reunir quórum legal en el pleno. Porque a los diputados locales había que agregar sus asistentes, más el personal de la Secretaría de Obras Públicas (SOP) que acompañaba al compareciente, Luis de la Peña.
Sobra decir que en materia de obras públicas, dos temas acapararon las intervenciones: la atención a las carreteras y el proyecto del Viaducto elevado. Sobre el primer tema, la comparecencia prácticamente se convirtió en ring de defensa de los gobiernos anteriores y los paladines de la «nueva gobernanza». ¿Quién perdió? Los zacatecanos, con ese nivel tan bajo en un acto de rendición de cuentas.
Sobre el proyecto del Viaducto elevado, lo único destacable es que el secretario Luis de la Peña reconoció que no se cuenta todavía con todos los permisos. Pero de que el proyecto va, pues va.
En una larga introducción enlistando las acciones realizadas por la SOP, también quedó claro que nuestros diputados locales ni han consultado el documento del Tercer Informe de Gobierno, y mucho menos han hecho por desmenuzar las mentiras de la «nueva gobernanza».
No es gratuito la percepción de estancamiento (y no de desarrollo) en el estado de Zacatecas. Apenas esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio cuenta del Indicador Mensual de la Actividad Industrial por Entidad Federativa (IMAIEF) en el que si bien Zacatecas sobresale por su crecimiento en las actividades secundarias, en el desglose por actividad nos damos cuenta de que este crecimiento se sustenta únicamente por el incremento en la actividad minera, pues las manufacturas y especialmente la construcción van de mal en peor.
En la misma sintonía coinciden las estadísticas de empleo formal del IMSS, donde la industria de la transformación y el sector de la construcción han sido los más golpeados en Zacatecas, y en los tres años de la nueva gobernanza sólo han registrado pérdidas.
Pero vayamos más allá, porque de todas las obras y acciones informadas por Luis de la Peña en la comparecencia de este miércoles, apenas una cuarta parte corresponden a este 2024, pues la mayoría vienen ya desde el ejercicio fiscal 2023, específicamente en el último trimestre del año.
Al menos así lo demuestran las acciones de la dependencia desglosadas en el Programa Estatal de Obra de los años 2023 y 2024, documentos que seguramente tampoco se dieron a la tarea de consultar nuestros diputados locales, pues de haberlo hecho, habrían advertido que ya desde el 2023 se planificaban las primeras obras (ya en forma) del proyecto del Viaducto elevado, mucho antes de su licitación.
Esta dinámica se confirma cuando uno revisa los informes financieros que publica la Secretaría de Finanzas (SEFIN) y que revelan que al cierre del 2023 la SOP había devengado la totalidad de su presupuesto en el Capítulo 6000, relativo a la «Obra pública en bienes de dominio público»; es decir, 909 millones 867 mil 863 pesos.
Sin embargo, de acuerdo con este informe, en la clasificación por objeto del gasto, para el cierre del 2023 la dependencia únicamente había pagado 328 millones 491 mil 377 pesos; es decir, apenas el 36.1% de su presupuesto total devengado. Ese es el nivel de rezago en la obra pública.
Y aún hay más. Porque al revisar los informes de avance de gestión, con corte al 30 de junio de este 2024, la SOP que encabeza Luis de la Peña apenas había devengado 3 millones 137 mil 329 pesos en los primeros seis meses del año, de un presupuesto total de 787 millones 474 mil 862 pesos. Es decir, apenas el 0.39% del presupuesto en Capítulo 6000. Y si hablamos de recursos pagados al 30 de junio, apenas alcanzaban 1 millón 218 mil 637 pesos. Con esas cifras, ¿podemos hablar de progreso, desarrollo y bienestar?
Al final, da igual cuántos kilómetros digan que se hayan atendido en esta administración y el olvido en el que dejaron las carreteras las administraciones anteriores. Porque «a mitad de camino» hasta se les olvidó que había un «carreterómetro» (¿o era kilometrómetro?).
Por la tarde, más desangelada transcurrió la comparecencia (esa sí, en el Vestíbulo del Congreso luego del desastre logístico en el quinto piso) de la titular de la SEDUVOT, Luz Eugenia Pérez Haro.
Sobre los temas que competen a su dependencia, los temas que despertaron mayor interés fueron las acciones para reducir la tramitología tan engorrosa en la regularización de asentamientos humanos, la certeza jurídica en la propiedad, la ampliación de programas de vivienda y, por encima de todo, el proyecto del Platabús.
No se mencionó durante la comparecencia que ya se han ejecutado las fianzas de vicios ocultos con la constructora que incumplió con la edificación de las terminales del Platabús, y que han retrasado en gran medida la conclusión de la primera etapa.
Lo importante es que Pérez Haro reconoció que la puesta en marcha del Platabús contribuiría a desahogar el tránsito vehicular en el bulevar Eje Metropolitano, un factor a considerar en las mediciones no transparentadas, pero en las que se sustenta la construcción del Viaducto elevado en las que tampoco se habla de los beneficios proyectados del Platabús y que incidirían en la urgencia (o no) del Viaducto elevado.
Al final, qué tunda le pusieron a la titular de la SEDUVOT los motociclistas que llegaron a manifestarse al recinto legislativo en contra de una nueva disposición que, dicen, atenta contra la protección de sus datos personales, un tema que competería más al secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, pero que ni siquiera asomó la cabeza para atender a los quejosos.
Así va la segunda semana de comparecencias. Y para las demás, no hay expectativa en que la rendición de cuentas mejore. Pero, pues, cada quién…