Muy orondos, en la «nueva gobernanza» parecían pavorreales con la reciente visita de la secretaria de Turismo federal, Josefina Rodríguez Zamora, hace menos de una semana para dar el banderazo de arranque al Operativo Vacacional Invierno 2024.
Se dijo que habría un despliegue de más de 300 vehículos y hasta 530 elementos de los Ángeles Verdes, en colaboración con corporaciones como el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Pública, la Policía de Investigación, policías municipales, la Cruz Roja Mexicana y hasta Protección Civil para cuidar de quienes se aventuraran a vivir un Zacatecas deslumbrante durante este periodo vacacional, con la confianza de que los homicidios dolosos habían bajado hasta 70 por ciento.
Este anuncio, como se recordará, ocurría mientras era localizado el cuerpo del joven químico Luis Alberto Espinoza Acuña, tras cinco días desaparecido y en medio de una crisis de desaparición de personas que en la «nueva gobernanza» se niegan a reconocer y asumir como responsabilidad.
Pues ni todo el despliegue anunciado pudo evitar lo que ya han advertido las estadísticas de percepción de inseguridad en Zacatecas: que sólo el 15% de los zacatecanos se siente seguro al viajar por carretera.
Y esa fue una experiencia que ahora le tocó vivir al equipo de futbol de las Chivas del Guadalajara, que fueron despojados de un vehículo mientras transitaban por el municipio de Guadalupe cuando se dirigían a sus prácticas deportivas, previo al partido que se celebraría este 21 de diciembre en Zacatecas en el marco del «Año de la Paz». ¡Qué paradojas!
Pero eso no es lo increíble, estimado lector. Ahora resulta que, según el propio secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, el equipo de futbol nunca avisó a la «nueva gobernanza» que requeriría protección en su visita a Zacatecas, por lo que ésta no les fue brindada desde el inicio, pero que había toda la disposición para coadyuvar en las pesquisas y dar con los responsables.
Entonces, ¿hemos de entender que cualquier persona que desee (o requiera) visitar nuestra entidad sí o sí debe avisar a la «nueva gobernanza» para, dicen, garantizar un tránsito seguro por nuestro «Zacatecas deslumbrante»? Vaya contradicciones de todo un año de perorata sobre el «Año de la Paz» sustentada en una abstracta reducción de homicidios dolosos, pero haciéndose de la vista gorda en otros delitos que afectan ya no sólo a zacatecanos, sino a visitantes nacionales y extranjeros.
Qué difícil debe ser para el secretario de Turismo, Le Roy Barragán, tener que promover un destino turístico que al final no será tan deslumbrante. Si se tratara de una mercancía, la PROFECO ya hubiera clausurado desde hace mucho el establecimiento «Zacatecas» por fraude al turista. Ahora piense lo que viven día a día los zacatecanos, y en la cifra negra de delitos que no se denuncian (que alcanza hasta el 90% de los delitos). Y ahora tienen el cinismo de llamar el 2025 como el «Año del Bienestar».
Por lo pronto, en Jerez han tenido que recurrir a la misma estrategia (porque no hay de otra) de anunciar un megaoperativo de seguridad en esta temporada, justo cuando atraviesa otra ola de incremento en el número de personas desaparecidas y no localizadas, y que en años anteriores la crisis llegó hasta el desplazamiento forzado de más de 3 mil familias en diferentes comunidades debido a la violencia. ¿Ahogado el niño, a tapar el pozo?
A estas alturas, de poco o nada sirve la estrellita en la frente que le puso la presidenta Claudia Sheinbaum a la «nueva gobernanza» y al gobierno de David Monreal por sus avances en materia de seguridad. Mucho menos que los pusiera de ejemplo nacional, cuando la percepción de inseguridad está por los suelos.
Bien haría el gobierno de Zacatecas en estudiar qué hicieron en la ciudad fronteriza de Tijuana para pasar de ser la ciudad más peligrosa del país (no sólo en cuestión de percepción), con la más grave crisis de personas desaparecidas (particularmente mujeres), a reducir hasta en un 40% esta percepción de inseguridad en menos de una década.
Porque allá se le apostó no sólo al fortalecimietno de las corporaciones, sino que las acciones para reconstruir el tejido social iban más allá de la entrega de mochilas, útiles escolares, becas y otros paliativos efímeros que nunca abaten las desigualdades ni la pobreza.
Allá le invirtieron en la atracción de inversiones, en la generación de empleos, y particularmente en la promoción y difusión de actividades culturales y recreativas que a la par de contribuir a la cohesión social, reactivaron la economía.
Acá basta ver cuánto se le destinará en el Presupuesto de Egresos 2025 a áreas tan sustanciales como la cultura, la juventud o el deporte para darse cuenta de cuáles son las prioridades para la «nueva gobernanza» en la estrategia de pacificación. Total, la entrega de apoyos con la «nueva gobernanza» no dista mucho de la entrega de apoyos en los gobiernos del PRIAN.
Si a eso le llaman «bienestar», de verdad la «nueva gobernanza» se ha ganado a pulso el estar en el sótano de la aceptación social. Pero, como dicen por ahí, «a disfrutar lo votado»…