¿2025, Año del ocaso?

Hasta que ya va avanzado su cuarto año de administración, el gobernador David Monreal anuncia su afiliación a MORENA en compañía del secretario de organización del partido, Andrés Manuel López Beltrán, quizá con el compromiso de abonar a esa meta de afiliar a 10 millones de mexicanos al partido que sigue con una alta preferencia entre el electorado, aunque sus representantes no gocen de los mismos números.

Informar de esta afiliación partidista en el preámbulo de la presentación de la «Agenda del Bienestar» prácticamente convertirá al «2025, Año del Bienestar» en otro evento proselitista, como lo fueron los foros de consulta para la integración del Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030. Y lo será más si en la «nueva gobernanza» tienen la audacia de presentar entre los invitados al magno evento al hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Al igual que ocurrió con el «2024, Año de la Paz», no espere que la dichosa agenda de actividades a emprender contenga gran cosa, porque al final se limitará a lo que la «nueva gobernanza» ya tiene contemplado en el Programa Operativo Anual de cada dependencia, más allá de decretos que quedan en el papel (literalmente), pero que carecen de estrategia integral como se pudo ver desde que se anunció el plan de prevención de delito con participación ciudadana (o algo así le llamaron).

Qué tan mal estará la planeación de la «Agenda del Bienestar» que días antes de su presentación, en el Suplemento del Periódico Oficial de este fin de semana se publica una serie de «fe de erratas» sobre las matrices de indicadores en los anexos al Presupuesto de Egresos 2025, correspondientes a casi todas las dependencias centralizadas y organismos públicos descentralizados (si no es que de todos los entes públicos). Y así fueron aprobadas por los diputados de la 65 Legislatura, sin chistar.

Lo importante es que el gobernador David Monreal dijo que, ante los embates de la administración del presidente Donald Trump, Zacatecas se suma a la estrategia nacional de atención a migrantes repatriados (o algo así). Lástima que sólo se trate de un call-center para canalizarlos ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) a fin de que regularicen su situación fiscal (como quien dice, que paguen impuestos) y así puedan recibir el grandiosísimo apoyo de 2 mil pesos que ofrece el Gobierno de México.

Lo deseable hubiera sido que la «nueva gobernanza» anunciara una estrategia local que, más allá de la garantía de integrar a menores repatriados al sistema educativo local incluso con clases bilingües (como ya se informó), incluyera un esquema de inserción laboral de zacatecanos deportados, la incorporación al sistema de salud público, o apoyos extraordinarios en materia de vivienda o campo.

Pero si no han podido garantizar todo esto para los zacatecanos que se quedan, ¿qué nos hace pensar que ofrecerán este apoyo a los zacatecanos que regresan?

Más callado se encuentra el rector espurio de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Rubén Ibarra Reyes, quien no ha dicho ni pío sobre cómo coadyuvará la máxima casa de estudios a los zacatecanos deportados para que continúen con su educación superior.

Tampoco se esperaba mucho del rector, pues ni siquiera fue capaz de atender la petición del SPAUAZ y su secretaria general Jenny González, para acudir a las mesas de negociación con carácter público, abiertas, y tratar siquiera de dar solución al problema que hoy ha llevado a un paro general de actividades como parte del emplazamiento a huelga.

No, por supuesto que no, porque para Rubén Ibarra lo importante es seguir como tapete de la «nueva gobernanza» en la presentación de la «Agenda del Bienestar», como si ello le garantizara que en la sucesión de la Rectoría podrá imponer a su candidato. ¡Ter-nu-ri-ta!

En su caso, se ve difícil que le cumplan compromisos como sí lo hicieron con el Poder Judicial, pues aprobada la reforma constitucional y la convocatoria respectiva por el pleno de la 65 Legislatura, irán a elección extraordinaria en junio de este año al menos 11 magistraturas, entre las cuales no se incluyen la del magistardo presidente Carlos Villegas, ni las de sus homólogos Virgilio Rivera, Juan Antonio Ortega, Angélica Castañeda ni Arturo Nahle, aunque éste ya ha anunciado que podría renunciar a su magistratura para incursionar en la política con miras al 2027.

Quienes sí renunciaron a su cargo, y consta en la Gaceta Parlamentaria del pasado 24 de enero en la síntesis de la correspondencia, fueron los magistrados Beatriz Elena del Refugio Navejas Ramos, Miguel Luis Ruiz Robles, Miguel Pérez Nungaray, Evelia Ramírez González y Edgar López Pérez. Quizá vieron quiénes integran el Órgano de Administración Judicial, y hasta el Comité Evaluador que entrevistará los perfiles que participarán en la elección judicial, y decidieron no ser parte del desmantelamiento del Poder Judicial del Estado de Zacatecas, como ya ha explicado hasta el cansancio el magistrado Arturo Nahle.

Eso sí, gran problema se le viene al Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ) que dice presidir (cuando no se encuentra «en estado inconveniente») Manuel Frausto Ruedas, pues la elección judicial requerirá no sólo de un presupuesto extraordinario que hoy no se tiene, sino también trabajar a marchas forzadas para alcanzarle el paso al Instituto Nacional Electoral (INE) que ya les lleva gran ventaja en la organización de la elección judicial federal.

Y los problemas tampoco terminarán ahí, pues gracias a ese «estado inconveniente» (o eso se sospecha), el presidente del Consejo General del IEEZ se dejó convencer para tumbar la asamblea donde fue electo Camerino Eleazar Márquez Madrid como dirigente del PRD Zacatecas e instruir la realización de una nueva asamblea extraordinaria con tal de beneficiar a Raymundo Carrillo y su séquito que hoy está denunciado por la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), Marisela Dimas, por presunta extorsión y evidentes agresiones ya documentadas.

Y mientras esto ocurre, continúa el rechazo al megaproyecto del Viaducto elevado que nadie pidió, que no generará bienestar (menos en el «Año del Bienestar») y cuyos recursos bien podría invertirse en lo que, efectivamente, genere bienestar a los zacatecanos. Así pinta la última semana de enero, en caridad de Dios…