Y el problema creció

Foto: Esther Consuegra

A prácticamente dos semanas de iniciado el conflicto, las diferencias con las secciones 34 y 58 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) sólo se han dejado crecer y, como bola de nieve, hoy requieren que el gobernador David Monreal, sí o sí, se siente con el magisterio para ejercer, por primera vez en el sexenio, el cargo para el que fue electo.

Mal empieza el «Año del Bienestar», caracterizado (según la integración del Presupuesto de Egresos 2025) por transferencias de recursos que no incluyen el pago de becas para trabajadores de la educación, una deuda que quedó pendiente desde el año pasado y que, «por un millón de pesos», detonó un movimiento que ha trascendido las fronteras estatales.

El respaldo que ha tenido el magisterio zacatecano con la suma de otros gremios, como el SPAUAZ, profesores de Telesecundaria y Telebachillerato, la ciudadanía organizada que se opone a un Viaducto elevado que nadie pidió, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y hasta el Sindicato de Telefonistas (por mencionar sólo algunos), han convertido al movimiento en la principal oposición a la «nueva gobernanza».

La gobernabilidad hace mucho desapareció, escapando de las manos del secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, quien por mucho que se esfuerce por solucionar el conflicto, no puede suplir las funciones del gobernador David Monreal, el mismo que opta por acudir a rezarle al Santo Niño de Plateros en lugar de sentarse con el magisterio zacatecano para destrabar el conflicto.

Quién sabe (guiño, guiño) de quién habrá sido la estrategia de pretender poner a los menores que hoy no están en clases como víctimas de la protesta, como si a ellos les correspondiera asumir las funciones del gobierno del estado. Porque al final el estudiantado es una más de las víctimas de la nula gobernanza en Zacatecas.

Pensemos: quienes perdieron la vida en un homicidio doloso o que permanecen en calidad de desaparecidas o no localizadas son víctimas de la «Mesa Estatal de Construcción de Paz». Las personas que perdieron su trabajo o aquellos negocios que tuvieron que bajar la cortina son víctimas de la pésima gestión de Rodrigo Castañeda Miranda cuando estuvo al frente de la Secretaría de Economía.

Las mujeres que sufrieron la brutalidad policiaca el 8 de marzo de 2024 son víctimas de una cadena de mando impune. Y ni hablar de las víctimas del sistema de salud mejor que en Dinamarca, o de las carreteras en pésimas condiciones, o de la burocracia obligada a cumplir caprichos de la gobernanza (¿o era la secta que tanto daño ha hecho a Zacatecas?).

Una situación similar viven en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), porque eso de pretender que los docentes hoy en huelga son los responsables de que las clases estén detenidas no coincide con un rector Rubén Ibarra Reyes que, además de mentir en sus gestiones, no se ha sentado ni una vez con la secretaria general del SPAUAZ, Jenny González Arenas, para atender las demandas del gremio.

Esta misoginia velada (y a veces expresa, manifiesta) ha dejado crecer el problema desde el cambio en la dirigencia sindical a tal punto que hoy, con un movimiento que aglutina a diversos gremios (y en el que se ha incluido al SPAUAZ), se ve difícil que el espurio Rubén Ibarra pueda transitar el último tramo de su rectorado. Igualito que el gobernador David Monreal, hoy en sus peores niveles de aceptación social.

¿Se imagina que la inversión de más de 3 mil 600 millones de pesos en el Viaducto elevado que nadie pidió, se canalizara mejor a resolver la deuda histórica de la UAZ que asciende a unos 3 mil 400 millones de pesos? Hasta sobrarían los pesos y centavos para pagar las becas que hoy exigen las secciones 34 y 58 del SNTE… por lo que resta del sexenio.

¿Qué sigue en la evolución del conflicto magisterial? Por una parte, este lunes arrancará con una nueva movilización a la que han denominado «Megamarcha por la dignidad magisterial», a partir de las 11 de la mañana partiendo de diferentes puntos de la Capital.

Por otra parte, no se avizora un escenario optimista, considerando que las protestas podrían ser un nuevo pretexto para la «nueva gobernanza» para no pagar la siguiente quincena. Y no hablamos sólo del magisterio, sino también la quincena de la burocracia y hasta de proveedores y contratistas, para canalizar el enojo hacia el movimiento magisterial.

Ya se verá si funcionan las medidas coercitivas o para amedrentar (como ya ocurrió con el reducido grupo de taxistas porros enviados para reventar protestas) y si superan al amplio respaldo que han sumado en el magisterio.

En tanto, sobre la huelga en la UAZ, se ha anunciado que este martes habrá condiciones para una mesa de diálogo entre autoridades del SPAUAZ y de la administración central de la Rectoría, aunque aún no se sabe si se atenderá la exigencia de que se presente el rector Rubén Ibarra. Si emula el desastroso ejemplo del gobernador David Monreal, no asistirá y eso hará crecer aún más el problema.

Finalmente, en las últimas dos semanas, lo que ha quedado claro es el rechazo visible hacia la «nueva gobernanza» y la gestión del gobernador David Monreal. Y que ni Ricardo ni Saúl Monreal han movido un solo dedo para intentar siquiera sacar del socavón a su hermano David Monreal. Pero, pues, cada quién

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