
Veníamos del fracaso del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), con un grave retroceso en los indicadores de acceso a los servicios de salud según el extinto Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Luego, la Cuarta Transformación tuvo la brillante idea de renombrar este esquema para garantizar la universalidad en el acceso a los servicios de salud. Pero llegó el IMSS-Bienestar y ese sistema de salud mejor que en Dinamarca fue otra decepción.
Desde la firma de los primeros convenios con las entidades federativas, como Zacatecas, ya se había advertido la poca claridad que había con el nuevo esquema de salud prometido, pues además de que no ofrecía certeza laboral al personal de salud, había desconfianza con los recortes presupuestales en materia de salud.
No fueron pocas las protestas en Zacatecas cuando se pretendía echar a andar este nuevo esquema, especialmente en el «nuevo» Hospital General en Fresnillo, y desde entonces no han sido pocos los casos de trabajadores que ni siquiera reciben su pago porque no hay coordinación entre los diferentes entes que integran el IMSS-Bienestar.
Pues bien, a estas alturas, a 180 días de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y con ya un par de años con el nuevo esquema de salud, la atención médica en Zacatecas es un desastre, por decir lo menos.
Hoy no son pocas las unidades médicas, incluyendo el Hospital General de Zacatecas, que no cuentan con lo mínimo indispensable para ofrecer un servicio: ni medicamentos, ni insumos, ni equipo, ni garantías de que el personal de salud recibirá su pago puntualmente, ni mucho menos que habrá la contratación del personal faltante para ofrecer ese servicio de salud mejor que en Dinamarca.
La «nueva gobernanza», por si fuera poco, tiene amarradas las manos considerando que según el convenio de coordinación con el IMSS-Bienestar, el estado prácticamente deja en manos de la federación los recursos que ésta le destinaba para la atención en salud, incluyendo la infraestructura, como lo advertimos en su momento en este espacio. Pero no por ello debería desentenderse de la crisis que pasa el sector salud.
Porque ya no sólo es el Hospital General «Luz González Cosío» o unidades médicas en municipios y comunidades. El problema de la falta de coordinación, de ineficacia, ineficiencia y mala planeación se ha extendido al Hospital de Especialidades Mentales en Calera, cuyos pacientes ya no reciben sus alimentos, indispensables en todo tratamiento psiquiátrico, y que permanecen hasta 12 horas o más en ayunas.
La situación no es menor en Fresnillo, donde el Sindicato Minero que lidera Carlos Pavón hoy exige la construcción de un hospital de alta especialidad que cubra estas necesidades en la región.
Y no es como que el hospital prometido en el municipio de Guadalupe venga a satisfacer la actual demanda de servicios de salud, con apenas 216 camas y 42 especialidades médicas, que se vende como la panacea, pero es un proyecto que lleva largo rato entre las promesas.
Y si al término del primer trimestre de 2025 aún hay quien guarde la esperanza de que se atiendan estas demandas, no hay que olvidar que en el Presupuesto de Egresos de la Federación únicamente se consideraron tres proyectos para infraestructura en salud:
- Proyecto 2150GYR0032: Construcción del Espacio para Gradas, Baños y Vestidores en el Gimnasio de Básquet del Centro de Seguridad Social Zacatecas, por 9 millones 405 mil 263 pesos (el costo total será de 9 millones 565 mil 637 pesos; en años anteriores ya se han invertido 160 mil 374 pesos).
- Proyecto 2350GYR0014: Sustitución UMF 1 (2a etapa) Construcción de UMF de 10 consultorios con AMC en Zacatecas, Zacatecas, por 3 millones 350 mil 669 pesos (el costo total será de 172 millones 758 mil 440 pesos; en años anteriores ya se ha invertido 1 millón 622 mil 484 pesos; o sea que ahí la llevan…)
- Proyecto 2450GYR0009: Estudios de Preinversión para la Construcción del Hospital General Regional de 216 Camas en Guadalupe, Zacatecas, por 6 millones 169 mil 422 pesos (el costo total será de 21 millones 885 mil 912 pesos; en años anteriores ya se han invertido 15 millones 716 mil 491 pesos).
Y si a todo ello le sumamos las fallas en el Hospital General del ISSSTE, cuyo inmueble ya está para la eutanasia, pues en Zacatecas no es muy bonito panorama nuestro sistema de salud mejor que en Dinamarca.
Por lo pronto, personal de salud pide a las y los zacatecanos «que no se enfermen» porque no tienen ni medicamentos, ni material de curación, ni guantes, ni jabón, ni lo mínimo indispensable para intervenciones en quirófanos. Ya eso de elevadores que fallan a cada rato son minucias ante tanta carencia. ¿Pero disfrutamos lo votado?
En marcha, elección judicial
Desde este fin de semana comenzaron las campañas de la cuestionada elección judicial, en la que más de 3 mil personas competirán por 881 cargos judiciales federales en el país, en una elección de la cual Zacatecas no está exento.
Las y los candidatos a jueces y juezas, magistrados y magistradas, así como ministros y ministras, tendrán hasta el 29 de abril para promover su plataforma, sus propuestas y sus compromisos, aunque el principal reto será convencer de que la ciudadanía participe y no gane el abstencionismo.
La autoridad electoral, en este caso el Instituto Nacional Electoral (INE), tiene el reto no sólo de garantizar esta elección histórica con un presupuesto insuficiente (en una dinámica que en Zacatecas se replica con el sello de la «nueva gobernanza»), sino que el 1 de junio la población que acuda a las urnas sepa realmente qué y cómo va a votar. Recuérdese que no es como cualquier elección ordinaria para un cargo de elección popular, y el desconocimiento de cómo funciona el Poder Judicial (más con la reforma judicial) poco abona a dar certeza a este controvertido proceso.
Mientras tanto, no hay que olvidar que la autoridad debe abstenerse de intervenir en todo el proceso, y que si de verdad se aspira a una independencia del Poder Judicial en una democratización de la justicia, las candidaturas deberían ser lo menos partidistas posibles. La justicia es netamente la aplicación de la ley, no el allegarse de simpatías. Eso sólo fomenta complicidades en el círculo de la corrupción.
