
Finjamos por un momento que David Monreal es el mejor gobernador que ha tenido Zacatecas. Finjamos que es verdad lo que en su momento dijo en tribuna el entonces diputado Xerardo Ramírez: «Zacatecas tiene mucho gobernador«. Y también finjamos que nunca se arrepintió de sus dichos.
Ante ese supuesto, sigamos fingiendo que el gobernador está cumpliendo su eslogan de «paz, bienestar y progreso«, y que a 43 (casi 44) meses de la «nueva gobernanza», aún conserva el respaldo de esos 340 mil 934 zacatecanos y zacatecanas que votaron por él para llegar a la gubernatura en 2021.
Hagamos de cuenta que la «nueva gobernanza» es un gobierno de puertas abiertas, que escucha y atiende a la población, que gobierna para todas y todos por igual, con lazos de cooperación con todos los municipios, sin importar filias y fobias.
Imaginemos que jamás ha habido corrupción ni desvío de recursos en esta administración, que no ha continuado la nómina secreta mediante los «Estímulos por Responsabilidad en el Cargo», que todo estuvo en regla con Comercializadora Don Cacahuato, con DERAL Automotriz, y hasta con las empresas asociadas a Grupo HYCSA.
Finjamos que nunca existió el macabro regalo de Día de Reyes (ni ese llamado a encomendarse a Dios frente a la violencia del crimen organizado), todo está de maravilla con la burocracia, que los comentarios en los perfiles de redes sociales del gobernador son genuinos, auténticos, de corazón, y que de verdad es el mejor gobernador que ha tenido Zacatcas.
Visto así, qué bonita es la burbuja en la que vive David Monreal, qué maravilloso el Zacatecas de la «nueva gobernanza», qué hermoso el trabajo de una secta que tanto daño ha hecho a Zacatecas.
Lástima que a 43 (casi 44) meses de esta administración esa mentira ya sea increíble, en el sentido de la incapacidad para ser creíble. Porque en ese periodo no hay condiciones de paz (pese a un decreto de papel) para un Zacatecas donde el 85% de sus habitantes se sienten inseguros al viajar en carretera, o donde el impacto por los homicidios dolosos se ha trasladado a la desaparición de personas cuyas familias sufren la indolencia de las autoridades.
A Zacatecas tampoco ha llegado el bienestar (más allá de decretos de papel) considerando que hoy hay menos empleos formales que al inicio de la administración, con fuga de capitales y muy poca inversión. Y ni hablar del serio impacto que ha tenido el sector de la construcción por beneficiar a unos cuantos.
Mucho menos ha llegado (ni llegará) el progreso a Zacatecas si la «nueva gobernanza», en su reducida burbuja, sigue pensando que éste vendrá con un Viaducto elevado que nadie pidió y en el que gastarán algo así como 3 mil 650 millones de pesos.
A estas alturas uno se pregunta por qué David Monreal y la «nueva gobernanza» insisten en apagar fuegos echándoles gasolina, por qué la necedad de hacer las cosas mal escudándose en un supuesto respaldo popular para justificar sus yerros. Y vaya que han sido bastantes.
Cuánto se ahorraría la «nueva gobernanza» si de verdad David Monreal fuera el mejor gobernador que ha tenido Zacatecas y sus declaraciones, en lugar de meterlos en más problemas, abonaran a esa idea de un Zacatecas unido, progresista e incluyente.
De haber hecho las cosas bien, el Tribunal Colegiado de Distrito en Zacatecas no hubiera ratificado la suspensión provisional del Viaducto elevado que nadie pidió, en una resolución que dictara la jueza Margarita Quiñones aplicando la ley, esa que la «nueva gobernanza» y el gobernador dicen respetar a conveniencia.
Difícil creer en la intención de cumplir con la disculpa pública de David Monreal por sus declaraciones misóginas en contra de la jueza federal, acusándola de corrupción sin pruebas (como se demuestra en la resolución del Tribunal Colegiado), expresando una «disculpa» a la ligera, para luego continuar con sus ataques y denostación, aún con ese tufo de misoginia. Y de seguir haciendo las cosas mal, es previsible el resultado de la audiencia incidental que se reprogramó para el mes de abril.
Quizá lo único bueno que ha dejado la «nueva gobernanza» y el mejor gobernador que ha tenido Zacatecas es que su incompetencia, su indolencia y su necedad han fomentado la formación de ciudadanía, esa que hoy utiliza la vía del derecho para ponerle freno a sus yerros.
¿Se imagina si hubieran logrado la revocación de mandato? En junio de este año, David Monreal iría a las urnas para decidir su continuaba en su cargo, en lugar de poner en la palestra el desmantelamiento del Poder Judicial. Pero, pues, cada quién…
Avances en la UAZ
A casi dos semanas de conjurada la huelga en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), los acuerdos logrados parece que van avanzando, porque en este periodo se cumplió con pagos pendientes como el servicio médico complementario y la diferencia de gratificación por jubilación.
Además, está en proceso el aumento de cargas de cargas de trabajo y recategorizaciones derivado de las convocatorias emitidas una vez conjurada la huelga y que eran de las principales demandas del Sindicato de Personal Académico (SPAUAZ) que encabeza Jenny González Arenas.
No obstante, aún quedan puntos pendientes de los acuerdos logrados el pasado 13 de marzo, como el análisis técnico de bonos, la entrega de información sobre pagos por indemnización por defunción y proporcionales, revisión de asuntos administrativos por incumplimentos en diversas unidades académicas, sin olvidar la prometida mesa de trabajo con diputados y diputadas locales para analizar el adeudo con el ISSSTE.
A estas alturas, convendría más para la comunidad universitaria que estos trabajos los siguiera conduciendo el secretario general Ángel Román, pieza clave para la conjuración de la huelga en la Universidad y quien ha dado seguimiento a los acuerdos logrados el pasado 13 de marzo.
Que el misógino Rubén Ibarra y sus mentiras sigan escondidos, allá lejos, donde no pueda hacer daño ni obstaculizar el trabajo entre la administración central y la parte sindical. Vaya manera de concluir un rectorado espurio que en nada abonó a mejorar la vida universitaria. Finalmente, si en los trabajos para conjurar la huelga no hubo necesidad de que el Rector estuviera presente, ¿para qué se le sigue pagando a un Rector que no cumple su función?
Que esto no se olvide en el próximo proceso para renovar la Rectoría de la UAZ, porque hoy la Máxima Casa de Estudios requiere de alguien que resuelva y no que confronte y divida, más al anteponer sus propios prejuicios. ¿O usted qué opina?
