
Terminó marzo y los plazos corren para que la «nueva gobernanza», de una vez por todas, compruebe que el megaproyecto del Viaducto elevado que nadie pidió está en regla. Porque para el próximo 21 de abril está programada la audiencia incidental por la jueza de distrito Margarita Quiñones, la misma que otorgó una suspensión provisional mientras se esclarece el asunto y aunque eso haya implicado ataques constitutivos de violencia política en razón de género.
En la dichosa audiencia incidental la autoridad deberá presentar todos los contratos, permisos, autorizaciones y licencias relacionados con el proyecto plurianual en el que se pretenden gastar unos 3 mil 650 millones de pesos. De no hacerlo, podría quedar firme la suspensión definitiva del Viaducto elevado que nadie pidió.
Mientras la atención está puesta en dicha resolución, mucho trabajo tiene de momento la 65 Legislatura, donde se ha solicitado la comparecencia de diversos funcionarios para esclarecer qué pasa con el cuestonadísimo proyecto plurianual.
Hasta donde se sabe, ya se ha presentado ante la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) que preside el morenista Jesús Padilla Estrada el titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), Raúl Brito Berumen, y para este lunes estaba convocado el secretario de Obras Públicas, Luis de la Peña Alonso. Sin embargo, todo indica que la intención es evtiar a toda costa que los servidores públicos involucrados comparezcan ante el Pleno.
No es casualidad la negativa del secretario de la Función Pública, Ernesto González Romo, para atender el llamado a comparecer, pues en sus redes sociales nuevamente (por enésima ocasión) pretende desviar la atención hacia la corrupción del sexenio alonsista (no ha de dormir pensando en el exgobernador) y se hace de la vista gorda en torno a sus obligaciones de vigilar y fiscalizar el proyecto del Viaducto elevado que nadie pidió.
A través de sus redes sociales, el llamado zar anticorrupción señaló que «El Alonsismo a través de Carlos Peña, Enrique Laviada y su abogado, piden mi comparecencia en el Congreso para explicar la fiscalización de la obra pública estatal».
Y asegurando que en cuanto el gobernador David Monreal lo autorice acudirá a rendir cuentas, González Romo remató con que su eventual comparecencia «será una oportunidad para mostrar nuestras plataformas de transparencia de obra pública y documentar en la máxima tribuna, todas las irregularidades que hemos encontrado en obras emblemáticas como el Museo de la Corrupción, las Glorietas de la Muerte, el Centro Acuático del Centenario, el Velodromo y la presa Milpillas».
O sea, bien podría ser un despropósito el llamado al titular de la SFP a comparecer ante el Pleno de la 65 Legislatura si de antemano ya hay visos de que ocurrirá lo mismo que en la pasada glosa del tercer informe de gobierno: no hubo informe, pero sí mucho pataleo contra el sexenio alonsista. ¡Qué necedad!
Eso sí, no por concentrarse en la resolución sobre el amparo provisional (que podría ser definitivo) o en el llamado a comparecencias, la 65 Legislatura debería desentenderse de lo que legalmente también puede hacer para prevenir y/o corregir las fallas en el megaproyecto.
Por ejemplo, ejerciendo sus facultades, nuestros diputados y diptuadas locales podrían instruir a la ASE una auditoría especial en relación con el contrato plurianual con las empresas asociadas con Grupo HYCSA, ganadoras de la multimillonaria licitación.
Porque el verdadero negocio (de haberlo, y en caso de confirmarse) no estaba en la realización del Viaducto elevado que nadie pidió, sino en su cancelación, según la cláusula sobre terminación anticipada, con una indemnización que bien podría superar los mil millones de pesos haiga sido como haiga sido.
No sólo eso, pues la 65 Legislatura también podría (y debería) instruir a la ASE realizar una auditoría especial al Fideicomiso Irrevocable de Administración, Inversión y Fuente de Pago para la Ejecución del Proyecto “Viaducto Elevado Boulevard Adolfo López Mateos y Calzada Héroes de Chapultepec”. Porque sólo así se podría garantizar transparencia y claridad sobre los recursos ahí canalizados, pero también a las erogaciones realizadas, pues los informes financieros trimestrales de la Secretaría de Finanzas, en lo relativo a los saldos en fideicomisos, sugieren cifras diferentes a la versión oficial.
En última instancia, si se concede la suspensión definitiva del Viaducto elevado que nadie pidió, a la 65 Legislatura también le corresponderá vigilar el decreto correspondiente a la extinción del Fideicomiso, no sea que la «nueva gobernanza» pretenda vender gato por liebre una vez más.
¿Desvío de recursos en Derecho?
Graves acusaciones se hicieron durante la sesión ordinaria del Consejo Universitario realizada este lunes, donde el secretario Administrativo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Agustín Serna Aguilera, acusó un presunto desvío de recursos en la Unidad Académica de Derecho atribuibles al director Raúl Federico García.
El secretario Administrativo puso como ejemplo una baja en los ingresos recaudados por la Unidad Académica que son inconsistentes con lo captado en ejercicios fiscales anteriores, con faltantes cercanos a los 2 millones de pesos. ¿A dónde se fue el recurso? Nadie sabe, nadie supo, porque en muchos casos ni siquiera se entregó comprobante de los pagos realizados por el alumnado.
Si este destape de presuntos actos de corrupción se da por motivos políticos o no (considerando el próximo proceso electoral dentro de la Universidad), lo que queda claro es que en la Máxima Casa de Estudios prevalece la opacidad y no parecen aplicar la transparencia (mucho menos la transparencia proactiva). Así que no es gratuita la desconfianza del Sindicado de Personal Académico (SPAUAZ) que encabeza Jenny González Arenas en torno a la información que se proporcionaba desde la administración central de la Rectoría durante el reciente proceso de huelga.
Y no hay que olvidar que la UAZ se financia con recursos públicos aportados por las y los contribuyentes, así como con las cuotas de sus estudiantes. Si eso se detectó en una sola unidad académica, ¿cómo estarán las demás?
