Ante todo, la legitimidad

Durante la madrugada de este jueves 15 de mayo, inaugurando el Día del Maestro, la Comisión Electoral puso en pausa el cómputo de la elección en la Universidad Autónoma de Zacatecas, en el que con un avance del 99.2% de las actas computadas, Ángel Román Gutiérrez se perfilaba como virtual ganador de la contienda por la Rectoría.

El secretario general con licencia, hasta el último corte en el que sólo faltaba integrar los resultados de dos casillas (Unidades Académicas de Enfermería e Historia), aventajaba con 15 mil 425 votos (57.08%) a su rival Jenny González Arenas, quien había alcanzado 12 mil 221 votos (42.92%).

En ese conteo se suman también unos 1 mil 82 votos nulos, para un total global de 28 mil 728 votos para la Rectoría, que ya de por sí representan una mayor participación que en la elección anterior, cuando el espurio Rubén Ibarra Reyes fue electo rector de manera virtual debido a la pandemia del COVID-19, con una participación de apenas 18 mil universitarios.

Muchos fueron los incidentes registrados en una jornada que tuvo la vigilancia de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), y en la que destacaron reportes como la negativa al derecho al voto a algunos universitarios, presunta compra de votos, el llamado «embarazo» de urnas, personas que se les permitió votar más de una vez, entre muchos otros.

Corresponderá a la Comisión Electoral presidida por Jesús Trejo Palacios resolver sobre estas incidencias para dar legitimidad al resultado de la elección. Y una vez entregada la respectiva constancia de mayoría, aún habrá que esperar posibles impugnaciones.

Con los resultados preliminares que daban ventaja a la planilla Inclusión Universitaria para la Rectoría, el virutal ganador Ángel Román publicó en sus redes sociales un mensaje en el que agradeció a la comunidad universitaria por su respaldo y aseguró que «Inclusión Universitaria es hoy la fuerza integradora que encabezará un nuevo rumbo con responsabilidad y visión compartida. Gracias por creer, por caminar juntos y por defender lo que somos. Ahora toca sumar y construir. Porque lo que viene, lo haremos unidas y unidos«.

De su contrincante, Jenny González, no hubo pronunciamiento en sus redes sociales y se desconoce hasta el momento qué acciones tomará la planilla Decide respecto al resultado de la elección.

Ciertamente, fue un proceso inédito. La elección debió celebrarse en 2024 y no un año después, luego de que el Consejo Universitario aprobara haiga sido como haiga sido una extensión de mandato de la Rectoría saliente.

Esta elección, además, transitó luego de un proceso de huelga que ya anunciaba fricciones entre los dos aspirantes, fricciones que luego pasaron a una guerra de declaraciones que se transformaron en campañas negras y terminaron en procesos judiciales que hoy todavía se desahogan en tribunales.

La crisis institucional, aunque el secretario general interino, Juan Armando Flores de la Torre, jurara que no había tal, por supuesto que fue caldo de cultivo para intensificar la polarización entre la comunidad universitaria.

Decir que la jornada se desarrolló con tranquilidad y sin incidentes mayores también es pecar de mentira, pues prevaleció un sentimiento de indignación ante prácticas que eran más caracterísitcas de procesos electorales ordinarios para elegir a representantes populares en el Ejecutivo y el Legislativo, y que rara vez se documentaban en procesos electivos en la Máxima Casa de Estudios. Si esto ya ocurre en la UAZ, ¿qué nos espera a las y los zacatecanos en la elección de 2027?

Por lo pronto, en espera de una ratificación del resultado de la contienda, y una vez resueltas las posibles impugnaciones al proceso, el camino no se vislumbra fácil en lo inmediato.

El actual rector, Rubén «N», enfrenta un proceso judicial que continúa precisamente este jueves en audiencia en tribunales. Del otro lado, la secretaria general del Sindicato de Personal Académico (SPAUAZ) con licencia, Jenny González, también debe responder a un proceso judicial en su contra.

Lo anterior deja a la Universidad sin dos de sus principales autoridades para la transición al nuevo Rectorado. Habrá que ver a quién corresponderá la entrega de la Rectoría y si la actual secretaria general del SPAUAZ se mantiene en el cargo o si procede el recurso interpuesto por sus opositores para convocar a nueva elección en el Sindicato.

Además, no se debe minimizar el hecho de que hoy la comunidad universitaria está dividida, sí, pero también lastimada por un proceso electoral desaseado. Eso amerita acciones urgentes que llamen a la unidad, que garanticen gobernabilidad y que ofrezcan certeza y rumbo a la Universidad. Pero por encima de todo, que sean bandera de una autonomía tan necesaria frente a tantos intereses externos y que ratifiquen su legitimidad luego de este proceso electoral.

Lo que ha quedado en evidencia es que ese sistema de voto ponderado no es muy democrático ni justo, porque sugiere que hay universitarios de primera y de segunda que ante un proceso electivo, su voto vale más o menos según su condición.

No se debe dejar de lado que para llegar al cargo se hicieron compromisos y la comunidad universitaria deberá vigilar que estos se cumplan, especialmente cuando se prometió una reforma integral que atienda a la Universidad de hoy, con sus crisis y anacronismos, pero también con sus nuevas necesidades y retos por venir.

Finalmente, y como mera utopía (por el momento), quedará pendiente la tarea de no repetir los errores del pasado, sobre todo el pasado inmediato que agudizó la crisis en la UAZ. Si de verdad se busca la transformación de la Universidad, que se note.

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