Entre la congruencia y la corta memoria

En apenas una hora se desarrolló el primer y único debate entre contendientes por la Rectoría de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ): Jenny González, de la planilla Decide; y Ángel Román, de la planilla Inclusión Universitaria.

Sin embargo, la verdad sea dicha, el debate fue más un espacio de catarsis marcado por la rispidez y los aplausos (prohibidos según las reglas dictadas al inicio del encuentro) que dejaron en segundo plano las propuestas en torno a temas torales como el respeto a la legalidad y una eventual reforma universitaria, el respeto a la vida sindical y cómo resolver la crisis financiera (y estructural) de la Máxima Casa de Estudios.

Si bien Jenny González contaba con un discurso mejor estructurado que su oponente, también carecía de matices y es bien sabido que los radicalismos no dejan algo bueno. El hecho de acusar que todo proceso anterior fue una simulación, así, sin matices, deja en entredicho los 56 (casi 57) años de autonomía en la vida universitaria. ¿En todo ese tiempo no hubo algo positivo que mereciera una mención?

Por el contrario, Ángel Román fue un tanto vago y disperso en sus intervenciones, aunque siempre enfático al repetir que hay que pasar del discurso a los hechos (algo en lo que coincidió su oponente), y que deben prevalecer el respeto, el diálogo, la unidad y los acuerdos que beneficien a toda la comunidad universitaria, elementos que caracterizaron el proceso de negociación en la última huelga de la UAZ.

Y como dicen que pagan justos por pecadores, en diversos momentos fue claro que González Arenas pretendía atribuir a Román Gutiérrez los errores y fallas del actual rector (espurio) Rubén Ibarra como si hubieran sido su responsabilidad.

Quedó más claro en el tercer bloque, cuando la líder sindical con licencia se refirió a la ausencia del rector, su silencio y la negativa a sentarse en las mesas de trabajo con el Sindicato de Personal Académico (SPAUAZ) antes y durante el proceso de huelga. Y una y otra vez insistió en que las propuestas llevadas al debate se trataba de «cosas que pudieron hacer y no las hicieron«.

Pero justo en la réplica, Ángel Román recordó que fue él quien dio atención al sindicato y no se escondió, sino que hubo toda la voluntad para dialogar y llegar a acuerdos.

A la candidata de la planilla Decide se le olvidó de pronto que el Artículo 24 de la Ley Orgánica de la UAZ establece cuáles son las funciones y atribuciones del secretario general: «será el sustituto ordinario del Rector, fedatario de la Universidad, secretario de actas y acuerdos del Consejo Universitario, responsable del archivo general de la institución y auditor de los archivos escolares de las unidades académicas. Responsable de la firma conjunta o mancomunada con el Rector, de los documentos previstos en esta ley. Además, cumplirá con las funciones que le encomienden el Consejo Universitario o el Rector en sus ámbitos de competencia y de conformidad con la normatividad universitaria«.

Así que eso de atribuirle a Ángel Román el diseño de una convocatoria electoral amañada, pues, está de más cuando la misma Ley Orgánica establece que es facultad única y esclusivamente del Consejo Universitario, que no tuvo la atención debida durante el debate.

Si en algo coincidieron ambos candidatos fue en la necesidad de una reforma universitaria y que se cumpla la normatividad, siempre haciendo valer la autonomía de la UAZ en sus vínculos interinstitucionales.

Y ante nuevos embates de Jenny González, de que «pudieron hacerlo y no lo hicieron«, Ángel Román recordó durante este rectorado hubo dos intentos de reforma integral y él mismo se opuso.

Porque habrá que recordar especialmente el llamado Foro de Reforma Universitaria convocado por presiones del entonces subsecretario de Educación Superior de la SEP, Luciano Concheiro Bórquez, quien extraoficialmente habría condicionado el rescate de la UAZ a cambio de intervenir en toda la estructura universitaria, como advertimos en varias ocasiones desde este espacio.

Y a propósito de la crisis financiera de la Universidad, el candidato de la planilla Inclusión Universitaria se centró en la gestión de un incremento en el subsidio federal y el recorte de intereses y accesorios en el adeudo con el ISSSTE que permitiría reducir el adeudo de 3 mil 700 millones a una cantidad más razonable.

En tanto, Jenny González coincidió en la insuficiencia del subsidio federal, que buscará sea del 50/50 entre la federación y el estado. Y arremetió al recordar que el Impuesto para la UAZ no lo radica el Gobierno estatal a la Máxima Casa de Estudios desde 2023, acumulando ya 235 millones que nadie sabe, nadie supo dónde quedaron. ¿Entonces mienten los informes financieros que muestran la transferencia de dichos recursos fiscales a la Universidad año con año?

Lo que Jenny González pareció olvidar durante todo el debate es que parte de la crisis por la que atraviesa la UAZ es corresponsabilidad del SPAUAZ y sus exigencias de cada año en las negociaciones del Contrato Colectivo, exigencias que revivieron durante el último proceso de huelga y sobre las cuales no se llegó a acuerdos porque, evidentemente, hubieran agudizado la crisis.

Tampoco pasa por alto la reiterada acusación de decisiones arbitrarias de la administración central con Rubén Ibarra (nuevamente, acusaciones atribuidas a Ángel Román sin tener facultades para ello), y de presunto intervencionismo del Gobierno estatal y otros actores políticos en el proceso de renovación de la Rectoría.

Olvidó la candidata que fue ella quien adquirió el edificio de lo que fuera la tienda del ISSSTE (una compra millonaria, y eso que fue a precio de remate) sin antes haber sometido la decisión a consideración del gremio en asamblea sindical del SPAUAZ. ¿Hablamos de decisiones arbitrarias?

Ahora que si nos referimos al intervencionismo, a ninguno de los candidatos pareció importarle la iniciativa que presentara hace unas semanas la diputada Ana María Romo para que el Poder Legislativo interfiera en la autonomía universitaria con la facultad para designar al titular del Órgano Interno de la UAZ, una facultad que debería recaer en el Consejo Universitario como máxima autoridad en la Universidad.

Mucho menos salió a colación el abierto activismo que realiza la diputada local en favor de la candidatura de Jenny González. Ah, pero ahí no hablamos de intervencionismo.

Finalmente, lo que dejó este debate es una muestra de que ninguno de los candidatos a la Rectoría es blanca palomita y que el próximo 10 y 14 de mayo, cuando la comunidad universitaria acuda a las urnas, tendrá que decidir qué alternativa es menos peor para la UAZ. Igualito que cuando elegimos a los poderes Ejecutivo, Legislativo… y ahora también el Poder Judicial.

Eso de las renuncias en lugar de solicitudes de licencia para separarse del cargo, a estas alturas, ya está de más.

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