¿Qué está pasando con el Impuesto sobre la Nómina?

La estadística del empleo formal que publica mes a mes el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha dejado cifras por demás desalentadoras para la economía local que explican parte del enojo del sector empresarial con la «nueva gobernanza» y particularmente con el gobernador David Monreal, cuyos otros datos no coinciden con lo que se palpa día a día.

De acuerdo con el último informe, en 44 meses de administración más que generar empleos, hoy enfrentan un déficit por 1 mil 855 empleos respecto al número de trabajadores afiliados al IMSS al inicio del sexenio.

En ese lapso jamás se ha visto que arranquen los dichosos ejes tractores de la economía (cualquier cosa que eso signifique), y aunque la Secretaría de Economía federal reporta 1 mil 2.2 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa en dicho periodo, apenas 23.7 millones de dólares corresponden a nuevas inversiones.

Sobra decir que la informalidad cercana al 60% de la población ocupada (superior al promedio nacional), la inseguridad (por mucho que se pretenda negar lo que viven día a día los pequeños negocios), el pésimo estado de la infraestructura carretera, la limitadísima conectividad aérea, los altos costos de las rentas y los servicios, entre otros factores, han influido en tener a las unidades económicas con el agua al cuello y con cada vez menos confianza en arriesgar su inversión.

Si a todo lo anterior se le suma la carga impositiva por la larga lista de impuestos que hay que pagar, al menos en el caso de la economía formal, se ve difícil que la «nueva gobernanza» pueda traer bienestar y desarrollo a Zacatecas.

Pero centrémonos particularmente en el Impuesto sobre la Nómina, ese que tuvo un incremento en la tasa de cobro con el aval de la 65 Legislatura y que hoy representa el salvavidas para las arcas estatales ante el déficit en la recaudación de ingresos de origen federal.

Originalmente, dicho impuesto se dijo que sería retornado al sector empresarial mediante infraestructura productiva y para el desarrollo económico. Así se creo el Fideicomiso del Impuesto sobre Nómina o de Inversión y Administración para el Desarrollo Económico del Estado. Sin embargo, hoy parece que ha quedado en el olvido y los propios informes trimestrales que publica la Secretaría de Finanzas (SEFIN) así lo demuestran.

Por ejemplo, entre el 2008 y el 2024 se habrían invertido unos 384 millones 539 mil.02 pesos de dicho Fideicomiso, lapso en el que se le inyectaron unos 388 millones 352 mil 354.02 pesos.

No obstante, desde que inició la «nueva gobernanza», dicho Fideicomiso no ha tenido inyección de recursos más que en el 2023, por la cantidad de 4 millones 259 mil 655.02 pesos, pero en lo que va de la administración el saldo se ha reducido en 46 millones 833 mil 806 pesos, equivalentes a una disminución del (-)73.3 por ciento.

Más importante aún es la relación entre lo recaudado por el Impuesto sobre Nómina y lo que se destina de ese monto al Fideicomiso, pues en 2016 el saldo del Fideicomiso representaba el 79.7% de la recaudación del ISN. Para 2020, esta relación bajó al 20.1%; al año siguiente (cuando comenzó el gobierno de David Monreal), el saldo representaba el 5.8% y para 2024, apenas alcanzó el 1.2% de la recaudación del ISN.

Pero pongámoslo en números claros para dimensionar. Mientras en 2016 se recaudaron 229 millones 554 mil 348 pesos de ISN al cierre del ejercicio fiscal, el saldo del Fideicomiso al 31 de diciembre alcanzó los 183 millones 5 mil 996 pesos.

Para 2020, mientras se recaudaron 724 millones 72 mil 300 pesos de impuesto, el Fideicomiso cerró con un saldo de apenas 146 millones 644 mil 256.57 pesos. Al año siguiente, la recaudación se duplicó frente a lo proyectado a inicios del año hasta alcanzar los 1 mil 98 millones 405 mil 329, pero de ese monto el Fideicomiso cerró el año con un saldo de apenas 63 millones 902 mil 463 pesos.

Para 2024, cuando la economía zacatecana ya estaba en crisis, se recaudaron 1 mil 387 millones 515 mil 499 pesos de Impuesto sobre la Nómina, pero al cierre del año el saldo del Fideicomiso apenas alcanzó los 17 millones 68 mil 657 pesos. Ni siquiera para los cimientos de una nave industrial.

Este comportamiento tan sólo en el manejo del Impuesto sobre Nómina y los saldo del Fideicomiso correspondiente dejan ver que a la «nueva gobernanza» no le interesa invertir en la generación de infraestructura para la atracción de inversiones que se traduzcan en generación de empleos y mayor circulante entre las y los zacatecanos, sobre todo con el impacto en las cadenas de proveeduría.

Pero sigue otra pregunta en el aire: si el Impuesto sobre Nómina no está retornando en infraestructura productiva, ¿a dónde se están yendo esos recursos que superan los mil millones de pesos al año? Porque en materia de competitividad, Zacatecas lleva años estancado en las mismas posiciones mientras estados vecinos mejoran sus condiciones para la atracción de inversiones y la generación de empleos.

Y mientras el gobernador David Monreal no lo entienda, poco podrá hacer en lo que resta de su administración para salvar el barco de la economía zacatecana. ¿Pero qué se podía esperar de quien no conoce la O por lo redondo?

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