
A diferencia de la sesión ordinaria del pasado martes en la que milagrosamente 30 diputados y diputadas estuvieron presentes en el Pleno, la sesión convocada para este jueves estuvo desangelada y el quórum apenas alcanzó para aprobar un punto de acuerdo de urgente y obvia resolución por el que se expide la convocatoria para el Parlamento de las Juventudes.
Muy raro el orden del día aprobado, pues normalmente el orden en el que se presentan los asuntos del día corresponden, primero, a los exhortos, luego las iniciativas de reformas y adiciones a la legislación, después la lectura o discusión y votación de dictámenes y, al final, asuntos generales.
Sin embargo, en la sesión de este jueves el orden del día aprobado ponía en primer lugar las iniciativas de reformas y adiciones a la legislación, y luego los puntos de acuerdo para diversos exhortos.
Se pensó que el retraso de más de una hora para iniciar los trabajos legislativos se debía a que desde temprana hora un grupo de docentes y estudiantes de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) se apostó a las afueras de la sede legislativa para solicitar a las y los diputados un punto de acuerdo en el que se llamara al rector interino Armando Flores a comparecer ante el Poder Legislativo para que explicara la demora en el proceso de rescisión laboral del exrector Rubén Ibarra derivado de la sentencia por abuso sexual agravado en contra de una menor de edad.
Y aunque el grupo manifestante fue atendido por algunos legisladores, al parecer no hubo compromiso, pues el tema no fue incluido en el orden del día aprobado para la sesión de este jueves, interrumpida casualmente en el momento en el que el rector interino Armando Flores arribó al edificio de Rectoría a exhibir la documentación donde constaba que el proceso de rescisión laboral se había consumado.
También con más de una hora de retraso, el rector interino se reunió con el Movimiento Estudiantil y diversos docentes que han mantenido la protesta y la toma de diversos espacios universitarios hasta tener certeza sobre la rescisión laboral del exrector.
De forma rápida, y con evidente hartazgo, Flores de la Torre mostró los oficios donde se notifica a Rubén Ibarra de su rescisión laboral (y la firma de recibido), así como al área de Recursos Humanos para actuar en consecuencia, al Sindicato de Personal Académico (SPAUAZ) y al Tribunal Laboral.
En los documentos mostrados, sólo se mencionaba que la rescisión laboral de Rubén Ibarra era «por causas no imputables a la institución«, mientras en otros oficios apenas se señalaba «por actos considerados graves» o «conductas no apropiadas» o «no observar una conducta intachable«.
En ningún momento se especificó que esta rescisión respondía a la sentencia por abuso sexual agravado, elemento que el rector interino justificó al indicar que esto formaba parte del expediente en Recursos Humanos y que no se haría público por la protección de datos personales, pero insistía en que sí constaba en esos términos en ese expediente.
Aunque todo indicaría que la rescisión laboral de Rubén Ibarra se había consumado ya con los documentos exhibidos, la comitiva de docentes y estudiantes no estaba conforme y guardaba dudas respecto al procedimiento, considerando la evasión para incluir la verdadera causa de la rescisión en los oficios mostrados.
A su parecer, esto podría generar una laguna legal que permitiría al exrector recibir una indemnización e incluso ser recontratado en un futuro. Y los plazos estaban encima, pues este lunes 16 de junio es la fecha límite para un despido justificado.
Por lo pronto, pese a que la rescisión laboral está consumada, no fue en los términos que exigía la comunidad universitaria y muchos menos se ha cumpido con el resto del pliego petitorio, incluyendo las no represalias por sus protestas. Así que la liberación de espacios universitarios tomados y el eventual regreso a clases para concluir el semestre permanece en veremos.
Pero qué afán de seguir haciendo las cosas mal…
Logran aumento salarial del 5%

Lo que nunca pudo lograr Israel Chávez Leandro, hoy es el primer triunfo de la dirigencia sindical que encabeza Carlos Acevedo como secretario general del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado, Municipios y Organismos Paraestatales (SUTSEMOP).
Porque luego de siete reuniones de trabajo entre el Comité Ejecutivo sindical (el saliente y el entrante, al menos reconocido legalmente) y autoridades de la «nueva gobernanza», se llegó a un acuerdo para otorgar un aumento salarial del 5% a la base sindical.
Aunque la solicitud inicial del SUTSEMOP era de un 10% de incremento, haber logrado un acuerdo por el 5% de aumento en sueldos y compensaciones (con todo y retroactivo al mes de enero) es una proporción mayor a lo que había pactado en años anteriores Israel Chávez Leandro, quien sólo tuvo un triste y muy gris papel durante su gestión en la que apenas se alcanzaba un 4% de incremento.
Además, no se puede dejar de lado que este aumento salarial se da en un contexto de baja en los ingresos provenientes de la Federación, como lo expusimos en este espacio desde mayo pasado. Una baja compensada con el incremento en la recaudación propia que ha permitido conservar un equilibrio en las finanzas estatales para cumplir con este y más compromisos.
Finalmente, además de la importancia que reviste el reconocimiento legal de Carlos Acevedo como nuevo secretario general del SUTSEMOP (pese a estar impugnado el resultado de la elección), el incremento salarial pactado da muestra de que al menos en materia presupuestal se conserva la dinámica de finanzas sanas y con estabilidad, suficientes para hacer frente a este tipo de compromisos en un contexto donde las finanzas federales le están fallando a Zacatecas, y aún con el reto de hacer frente al impacto que representa la deuda pública heredada.
