Ya se había previsto: la conferencia de prensa que ofrecería el secretario de Seguridad Pública, Adolfo Marín, sería un recuento de “cifras alegres” para seguir insistiendo que en Zacatecas se está trabajando para hacerle frente a la violencia y la delincuencia.
Una y otra vez le dieron vuelta a los datos que ofrece el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública para justificar la incapacidad del estado, y hasta se atrevieron a presumir las estadísticas que se divulgaron en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, alegando que Zacatecas no estaba entre las seis entidades que concentraron el 49% de los homicidios dolosos de enero a abril de este año; solo ocupa el deshonroso noveno lugar a nivel nacional.
Pero no es lo mismo un homicidio en Michoacán, con 4.7 millones de habitantes, o en el Estado de México, con una población de 16.9 millones de personas, que en Zacatecas, cuya población apenas asciende a 1.6 millones de personas.
Por eso también es importante evaluar el impacto de los homicidios dolosos entre la población tomando como referencia la tasa de incidencia por cada 100 mil habitantes, y ahí la cosa cambia bastante, porque Zacatecas sería el estado más violento en el país, con un promedio de 27.06 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes durante el primer cuatrimestre del año.
Y aunque Michoacán acumula ya 1,000 casos en los primeros cuatro meses del año (una cifra que lo convertiría en la entidad con más homicidios dolosos), apenas llega a una tasa de incidencia de 21.06 casos por cada 100 mil habitantes, bajando hasta el tercer lugar a nivel nacional.
Ante este escenario, preocupan las declaraciones del secretario Adolfo Marín, que hace apenas ocho días afirmaba que los mensajes de los grupos de la delincuencia organizada no eran para alarmar a la población, pero este lunes cambió su discurso para asegurar que “no es que sea alarmante, es una invitación, es una llamada de atención, es una advertencia que hacen los delincuentes; lo repito y lo sostengo, que es una advertencia que hacen estos grupos delictivos ante la comunidad”.
Y a pregunta expresa de varios medios de comunicación, el funcionario se limitaba a contestar: “se trabaja en reorientar día y noche las estrategias de seguridad”, porque diariamente sesionan en la Mesa Estatal de Abrazos y No Balazos y con eso “vamos adelante y nunca vamos a claudicar en esa situación”.
Lamentablemente, el informe de avances programáticos del primer trimestre de este año revela que en la política pública denominada “Construcción de la paz y la seguridad”, la SSP y la Secretaría General de Gobierno no están cumpliendo sus metas, por el contrario, enfrentan un gran rezago.
Por ejemplo, en materia de seguridad y vigilancia, la corporación más “eficiente” ha sido la Policía de Seguridad Vial (47.41% de avance respecto a la meta anual); seguida por la Policía Metropolitana (17.35%) y la Policía Estatal Preventiva (14.01%).
Y si se trata de “investigaciones derivado de las quejas y/o investigaciones de los presuntos infractores iniciadas”, en el primer trimestre apenas alcanzaron un 9.94% de avance respecto a la meta anual.
Lo más grave es que, por “trámites administrativos”, con 0% de avances se reportan metas como:
- Modelo Nacional de Policía y justicia cívica, impulsado.
- Elementos policiales e instituciones de seguridad pública profesionalizados, certificados y capacitados.
- Equipamiento e Infraestructura de las Instituciones de Seguridad Pública.
- Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia con Participación Ciudadana.
- Sistema penitenciario nacional y de ejecución de medidas para adolescentes, fortalecido.
- Sistema Nacional de información actualizado.
- Registro público vehicular (REPUVE) fortalecido con tecnología.
- Programas Evaluados y Monitoreados.
- Soporte administrativo y de gestión del Secretariado, operando.
Como quien dice, ni policías capacitados y bien equipados, ni infraestructura en materia de seguridad, ni trabajo de inteligencia, ni fortalecimiento tecnológico en la estrategia de seguridad.
Y así lo reconoció el secretario de Seguridad, Adolfo Marín, en su conferencia de prensa: “lamentablemente en el estado de Zacatecas no contamos con una tecnología de punta, en el sentido de que tuviéramos la cantidad necesaria de cámaras para poder tener un seguimiento de aquellos hechos que se vienen presentando a lo largo de los días”.
Lo bueno es que hace unas semanas el fiscal Francisco Murillo declaró en su comparecencia ante la 64 Legislatura que “ahora sí” había coordinación entre los tres niveles de gobierno para implementar la estrategia de seguridad. Lo malo es que la delincuencia parece estar más organizada que las autoridades. Lo peor es que a nadie se le olvida que el gobernador David Monreal pidió a la población encomendarse a Dios. Lo terrible es que hasta en la “casa de Dios” el crimen no perdona y para hechos, lo ocurrido el jueves pasado en Fresnillo. Así el Plan Zacatecas II.
Escenarios en materia laboral
Curiosos los resultados para Zacatecas de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que elabora el INEGI. Por un lado, disminuye el nivel de ingresos de la población ocupada, pero se registran más mujeres en algún empleo; por el otro, se reduce la desocupación, aunque se mantiene en 60.0% el nivel de ocupación en la informalidad.
Y aunque hubo mayor dinamismo en el sector de la construcción y en los servicios, entre el primer trimestre de 2021 y el mismo periodo de 2022 también hubo pérdida de empleos en el gobierno, en el sector agropecuario y en la industria minera.
Si el plan de desarrollo económico se basa en lo que la nueva gobernanza ha denominado como “cuatro ejes tractores” (cualquier cosa que eso signifique), se está tardando en ponerlo en marcha para reactivar el campo, el turismo, la industria y la minería.
Y eso que no están descubriendo el hilo negro de la economía local, aunque dejan de lado que más del 50% de los empleos se concentran en el sector terciario, principalmente en el comercio, que además de acceso a financiamientos, requiere transferencia de tecnología, digitalización de servicios, personal calificado, vinculación a cadenas de proveeduría y, sobre todo, fomentar la formalidad.
¿Estará muy ocupado el secretario de Economía, Rodrigo Castañeda, como para empezar a hacer su chamba?