La autoridad indolente y rebasada

Aunque los voceros oficiosos pretendieran atribuir al periodismo incómodo la difusión de los hechos de violencia ocurridos el fin de semana, la realidad no se pudo tapar con el peso de un convenio publicitario.

Sábado y domingo, los zacatecanos fueron testigos del montón de vehículos incendiados y los llamados “poncha llantas” sobre las carreteras federales 44, 45 y 54, así como la carretera estatal 23.

Y aunque los comunicados de la nueva gobernanza insistían en que no se reportaron víctimas mortales en dichos ataques, hubo al menos 10 homicidios durante el fin de semana, según el reporte diario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Una cifra no muy diferente a otros fines de semana en Zacatecas.

Además, hace un par de días se había informado que este fin de semana se tendría la visita del embajador de Estados Unidos en México, Kenneth Lee Salazar, a fin de cambiar la nota de alerta para Zacatecas con una mejor “percepción”. Pero “misteriosamente”, tras estos ataques, desaparecieron aquellas publicaciones que daban constancia de las declaraciones del gobernador David Monreal, y recorrieron la fecha de la supuesta visita hasta el sábado 3 de septiembre… aunque medios nacionales lo desmentían.

En medio de la crisis de seguridad, fue evidente la reacción tardía de la autoridad para informar a la población sobre lo que estaba ocurriendo, lo que permitió que la infodemia contribuyera al pánico colectivo. La nueva gobernanza, a un año de iniciada la administración, aún no entiende que los vacíos informativos siempre serán llenados por otros actores y no en su favor.

Los primeros hechos se habrían reportado al sistema de emergencias 911 desde la madrugada del sábado y habrían continuado en las primeras horas de la mañana, horas donde la prioridad para la nueva gobernanza fue “saturar” sus redes sociales con publicaciones vacías, sin contenido sustancial, sobre el primer informe de gobierno y luego, sobre la sesión de la Junta Directiva de la JIAPAZ a la que habría asistido el gobernador David Monreal. Mientras, los hechos de violencia continuaban en diferentes puntos colindantes con el municipio de Fresnillo.

Cuando la bomba ya les había explotado en las manos, la tarde del sábado el secretario de Seguridad Pública, Adolfo Marín Marín, salió en redes sociales a decir en un videomensaje que “todo estaba bajo control” y atribuyó estos hechos a “detenciones de líderes criminales”, en referencia a las 92 detenciones de generadores de violencia desde que fue puesto en marcha el Plan Zacatecas II (noviembre 2021) hasta la fecha. Ni una nueva detención de relevancia que explicara los hechos ocurridos, por eso nadie creyó en su guión de propaganda barata.

Estos llamados “narcobloqueos”, los cuales bien podrían ser considerados “terrorismo”, no inmutaron al gobernador David Monreal, quien evitó su aparición en público durante el fin de semana (más allá de la reunión en JIAPAZ). Tampoco amedrentaron al alcalde de Fresnillo, Saúl Monreal, quien únicamente informó que “por motivos de fuerza mayor y ajenos al Patronato” no se presentaría La Trakalosa de Monterry en la Feria Nacional de Fresnillo.

Pero la fiesta en El Mineral siguió como si nada. Lo hechos de violencia tampoco le quitaron el apetito al senador fresnillense Ricardo Monreal, quien optó por hacer una carnita asada en medio de la crisis de seguridad en “su tierra”.

Más desaparecida estuvo la delegada de Programas para el Desarrollo, Verónica Díaz Robles, quien antes parecía presta para apersonarse en la Mesa Estatal de Construcción de Paz y Seguridad. Y ni hablar de quien se dice secretaria general de Gobierno, Gabriela Pinedo, cuya ausencia ni siquiera se notó.

Reacción tardía también tuvieron los diputados que andaban de turismo legislativo en la Conferencia Permanente de Congresos Locales (COPECOL) realizada en Nayarit. Quizá la única que emitió un pronunciamiento mientras Zacatecas ardía en llamas fue la diputada panista Marimar de Ávila, quien reiteró que la disposición de la oposición para trabajar en la revisión de la estrategia de seguridad, no sin antes cuestionar los recortes presupuestales de la bancada oficial “e intereses externos” a las corporaciones de seguridad.

Los hechos acontecidos contrastan con el fuerte dispositivo de seguridad apenas el viernes, en el marco de la Asamblea Ordinaria de la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia, a la que asistió la senadora y ministra en retiro Olga Sánchez Cordero.

No se puede pasar por alto el hecho de que estos actos de violencia ocurren a una semana de iniciada la máxima fiesta de los fresnillenses y a una semana de que inicie la Feria Nacional de Zacatecas (FENAZA). ¿Señales de alerta o mera coincidencia?

Lo cierto es que la noche del domingo se evidenció la indolencia de la nueva gobernanza cuando se hizo notoria la preocupación de las familias por el arranque del ciclo escolar 2022-2023 este lunes y optaron por no cancelar las actividades presenciales o posponerlas unos días más, mientras se garantizaban las condiciones de seguridad.

Pero el riesgo de ser víctima de una bala perdida o de sufrir algún percance de continuar los “narcobloqueos” esta semana hizo que la Universidad Autónoma de Zacatecas o el Instituto Politécnico Nacional evitaran las actividades presenciales y optaran por un arranque de ciclo escolar de manera virtual.

Menor suerte correrán las escuelas públicas de nivel básico, medio y medio superior que no cancelarán sus actividades presenciales, pues la prioridad para el gobernador David Monreal sigue siendo “la fotografía” (como si las campañas electorales todavía continuaran) con la entrega de uniformes y útiles escolares, o la supervisión de obras públicas.

En el fondo, habría que preguntarse si es posible atribuir únicamente al gobierno federal la violencia desatada este fin de semana. Hay que recordar que en Zacatecas hay presencia de casi 4 mil elementos federales, entre efectivos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, pero la llamada Mesa Estatal de Construcción de Paz y Seguridad, esa donde se coordinan los tres niveles de gobierno, la encabeza el gobernador David Monreal.

Finalmente, este fin de semana quedó claro que la nueva gobernanza es indolente con los zacatecanos, a pesar de quedar rebasada por la crisis de seguridad que les ha estallado en las manos. La muestra está en las estadísticas de defunciones que hoy publica el INEGI, donde Zacatecas figura como el estado más letal en el primer trimestre del año. Y apenas va el primer año de gobierno.

Dirigencia espuria

En medio de la crisis de seguridad, en política se consumó el golpe a la militancia de MORENA con la elección (a puerta cerrada) de la nueva dirigencia estatal.

Al frente del Comité quedará la todavía diputada local Roxana Muñoz González, quien ha sido suplente de la hoy delegada Verónica Díaz Robles, mientras que el Consejo será presidido por Rubén Flores Márquez. Y el resto de las carteras quedó integrado por militantes del “cártel del Bienestar”, que no es lo mismo que morenistas ni obradoristas.

El problema es que la nueva dirigencia incumple con los documentos básicos del partido, que establecen que no podrán ocupar cargos partidistas quienes desempeñen un cargo público en los poderes Ejecutivo, Legislativo o Judicial de ninguno de los tres niveles de gobierno. ¿O acaso ya aprobó la 64 Legislatura la licencia por tiempo indefinido a la diputada Roxana Muñoz?, ¿ya fue separado del cargo el ahora secretario general Mariano Casas?

Dichas interrogantes que antes defendía el exdiputado Omar Carrera de pronto le dieron amnesia, porque este fin de semana se puso de tapete ante la nueva dirigencia espuria en MORENA y como el interés tiene pies, muy pronto se evidenció el fresnillense en su vulgar ambición por “cargos y oficinas”.