Trascendió que ya hubo acuerdos entre la Secretaría de Seguridad Pública, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas y el Poder Judicial para realizar el cierre de centros penitenciarios que hoy ya están en condiciones francamente deplorables.
No ha sido cualquier cosa, pues a como están de agitadas las aguas en materia de seguridad, ha sido toda una proeza el cierre de los Centros de Reinserción Social de Nochistlán, Juchipila, Teúl de González Ortega y recientemente el de Villanueva.
Sin embargo, aún queda pendiente uno más por clausurar: el de Loreto, ubicado justo a un lado de la presidencia municipal, pero que ya tiene muchos años y ha rebasado no solo su capacidad, sino su vida útil, a tal grado que ya ha sido observado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Ahí el gran problema será el traslado de los internos a otros Ceresos, pues no solo implicará los operativos de seguridad necesarios en dicha acción, sino también considerar el lugar de origen de cada persona privada de su libertad y el sitio donde viven sus familiares, porque también deben ser considerados en esta propuesta.
Esta medida vendría no solo a mejorar las condiciones en las que permanecen las personas privadas de su libertad, sino también a fortalecer la estrategia de seguridad, que en este momento requiere de focalizar los esfuerzos y coordinar los trabajos de los tres niveles de gobierno para garantizar la paz y la tranquilidad de la racita zacatecana.
¡Fuera!
Y hablando de seguridad, entre las diferentes instancias que participan en las reuniones de seguridad sigue causando molestia la presencia de Verónica Díaz Robles, súperdelegada de Programas para el Bienestar en Zacatecas, pues aunque una de las apuestas del Gobierno de México ha sido “masificar” la entrega de programas sociales para reducir las brechas de desigualdad, como que no está dando resultados y por los temas tan delicados que se abordan, hasta temen que un día abra la boca de más.
No es que la seguridad sea un tema de hombres, pero sí de instituciones integradas por hombres y mujeres que cuentan con la preparación necesaria para hacer frente a este grave problema que lacera al estado y al país. Tal vez por eso sienten invadida su esfera de competencia cuando en realidad ya tienen la representación federal a través de la Guardia Nacional y en ocasiones con la participación de los mismos titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional o de la Fiscalía General de la República.
La verdad es que, más allá de si participa o no en las reuniones de seguridad, fuera de su círculo de confianza prevalecen los comentarios sobre su gris actuar en un cargo tan importante, que más bien mueve a la sospecha sobre el uso político de los recursos y programas que le han encomendado para hacer justicia social a quienes menos tienen.
¿Que ya es escritor?
Ahora resulta que cualquiera puede escribir un libro y, lo peor, publicarlo si criterios editoriales ni académicos ni de investigación. Ernesto “Calcetines Blancos” González Romo, flamante asesor de la improductiva senadora Soledad Luévano y mueblero de medio tiempo, ahora se aventó la dominguera en martes anunciando que está próximo a presentar su primer libro con propuestas para hacer de Zacatecas un polo de desarrollo.
Sepa la bola si se encandiló con la explosión de sus dos neuronas con la ocurrencia de que Zacatecas necesita un gran mercado de abastos para que la racita ya no tenga que irse hasta Aguascalientes a vender lo que produce aquí y a comprar lo que aquí mismo se produce.
Será de memoria corta o quizá ya se le olvidó que Enrique Flores Mendoza, cuando fue alcalde del Pueblo Mágico de Guadalupe, ya había hecho la mismita propuesta y hasta llevaba varias mesas de trabajo con los más de 3 mil tianguistas del municipio y estuvo a punto de lograr el megraproyecto en cuya primera etapa se invertirían más de 18 millones de pesos, de no ser porque se atravesó una morena en su camino y Guadalupe fue condenado al subdesarrollo.
Para tener ideas brillantes hay que “ler” más y no solo ser apasionado de las redes sociales y del Sistema Infomex. Y para ser político hay que hacer política, no parecer líder sindical que busca beneficios para su bolita.
Desvelada
Ernesto “Calcetines Blancos” González Romo más bien debería seguir los pasos de alguien que sí trabaja y desquita su sueldo como senadora de la República: Claudia Anaya, quien ayer por la noche todavía seguía en reunión de las comisiones donde participa analizando y discutiendo no solo la desaparición de los 109 fideicomisos que finalmente fue aprobada en la Cámara de Diputados, sino también la integración y modificaciones al Presupuesto de Egresos de la Federación 2021.
Enchamarrada, con bufanda y su cubrebocas, la senadora estuvo tooodo el día en San Lázaro fletándose con la chamba para la cual fue electa. Eso es una muestra de hasta qué grado le apasiona la labor legislativa a la zacatecana que hoy también aspira a la gubernatura de Zacatecas.
Varias son las mediciones que la ubican con un buen posicionamiento junto a Fito Bonilla, y aunque otra posibilidad es contender por la alcaldía capitalina, ¿imagine que le ponen de rival a un Calcetines Blancos que escribe “Consulta Mitoksky”?
Por lo pronto, Claudia Anaya sigue cumpliendo con su chamba y no se distrae en andar en reuniones “casuales” y entrevistas “carismáticas” para vender algo que no es. Hasta raro resulta cuando sube a sus redes alguna fotografía con figuras políticas, a ella más bien le encanta mantener el contacto con la gente que la ha acompañado en toda su trayectoria y eso ya es decir bastante.