La salida de Gustavo Uribe Góngora de la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) agarró por sorpresa a los dormidos. Porque en política no hay sorpresas, hay sorprendidos. Hace mucho que las señales de cambio se veían venir. Faltaba más, con un proceso electoral en puerta, las fichas tenían que moverse, aunque esos movimientos no gustaran a varios y la llegada de Enrique Flores al relevo en la dirigencia fue como si tragaran sandía a medianoche.
La cosa llegó a tal grado que hasta en MORENA despertaron de su pachorra y vieron que la cosa ahora sí va en serio. La pérdida de la elección en el 2018 no es cosa que se olvide fácil y con estos cambios se augura una revancha, especialmente en el municipio de Guadalupe, donde Enrique Flores pondrá todo su empeño en recuperarlo para el tricolor.
Pero tampoco será el único motivo. Hoy Guadalupe y los municipios aledaños concentran las principales redes de cierto clan de MORENA empeñado en construir un proyecto que hoy fragmenta al partido. ¿Por qué operan desde Guadalupe? Porque en la Capital aún no han podido con lo que representan Luis Medina Lizalde, Ulises Mejía o José Narro, y con la ayuda de Ernesto González Romo y la persona que ocupa la sindicatura pierden más de lo que puedan ganar.
Finalmente la llegada de Enrique Flores movió las piezas en el tablero, un movimiento que sigue la línea del Comité Ejecutivo Nacional, ahí donde al parecer ya se tiene humo blanco sobre la candidatura a la gubernatura, aunque el contagio de la senadora Claudia Anaya retrasará el anuncio oficial. ¿Quién sabe? A lo mejor anuncian candidato antes de que David Monreal renuncie a la Coordinación Nacional de Ganadería.
Los cambios que vienen
Solamente quien conozca a Enrique Flores en su chamba hombro a hombro sabrá que lo que tiene de amable lo tiene de mano dura y aunque la política sea también un arte de adornar el vacío de la demagogia, él es más concreto y va al grano. Un defecto debía tener como profesional de la comunicación.
No es un hombre que se fíe de aplausos. Ya otros han demostrado que la vanidad no se traduce en resultados que hagan historia. Y la familia priísta sabe muy bien que Enrique Flores es de entrarle a la chamba y atorarle hasta donde tope. Por eso algunos le sacan a esta nueva dirigencia, porque les obligarán a ponerse las pilas, cuadrarse y ahora sí demostrar que tienen corazón tricolor y que se van a fletar con todo para ganar en el 2021.
Porque hay quienes le apuestan al dispendio de recursos para comprar voluntades, un trabajo fácil de las prácticas de antaño, esas prácticas que hicieron al PRI perder muchos espacios en la elección del 2018 y olvidar no es algo que distinga a Enrique Flores. Sin rencores, pero sí aprender de los errores para no estancarse.
¿Cuántos ataques tuvo que vivir en los últimos dos años? Y sigue vivito y coleando, ahora al frente de un partido que se encuentra en la antesala de una posible mega alianza en la que quizá sea una de las elecciones más importantes en los últimos 20 años. Los caudillos de Guadalupe tienen razón: Enrique Flores es de cuidado. Cuídense.
Las golondrinas
El que no se quiso despedir sin un mensaje fue Gustavo Uribe, quien en sus redes sociales expresó su agradecimiento a la familia priísta de Zacatecas, donde le brindaron la confianza y apoyo “para dejar claro que en Zacatecas el PRI está más vivo, fuerte y sólido que nunca”.
Y siguen los reconocimientos y buenos deseos al tricolor para que “la unidad, el diálogo, el respeto y el arduo trabajo político sean las constantes en los nuevos retos que vamos a enfrentar”, seguro de que lograrán el triunfo en el 2021.
Por lo pronto, suena su nombre para estar al frente de la Secretaría del Campo (SECAMPO), ahí donde han despachado tanto Enrique Flores como Fito Bonilla, ambos dejando la vara muy alta y sacando la casta para apoyar a la racita del campo, esa a la que abandonó el Gobierno de México y sus coyotes… intermediarios… representantes.
Tanto extrañarán a Gustavo Uribe que hastaRoberto Luévano le dedicó unas líneas en sus redes sociales para reconocer la labor que realizó, “siempre con voluntad y compromiso con la militancia, privilegiando el diálogo y el acuerdo en lugar de la diatriba y la descalificación”. Bien curioso que ni una línea le dedicara a Enrique Flores que ahora llega a dirigir los destinos del PRI. ¿Será que le movieron el tablero a Roberto Luévano?
Elecciones en pandemia
Lo que es cierto es que la pandemia por el COVID-19 vendrá a cambiar la dinámica en la que se hacen las campañas y eso pondrá en aprietos a muchos que estaban acostumbrados a llenar las plazas públicas con chingos de acarreados para una foto bien perrona y que la gente se fuera con la finta de que traen puro músculo.
Tan solo este miércoles, en el informe técnico diario de la Secretaría de Salud, Zacatecas figura como la novena entidad con más casos activos en el país y a como se ve la dinámica, arrancarán las campañas en el 2021 tal vez en uno de los picos más altos de la contingencia, justo cuando se cumpla un año de iniciadas las medidas de confinamiento.
Mucho habría que aprender de cómo se realizaron las campañas en los estados de Coahuila e Hidalgo, el primero como el cuarto estado con más casos activos al día de hoy, mientras que el segundo se ubica en el lugar 15, según el informe técnico diario.
Y habría qué pensarle muy bien porque con esas “nuevas” medidas que son las mismas pero reforzadas más mejor, como que no habrá muchos controles para realizar los mítines a los que está acostumbrado la vieja política y aunque le puedan meter chingos de lana a espectaculares, folletos y publicidad en redes sociales, la campaña a pie tierra, casa por casa, siempre será la más efectiva en cualquier elección, aunque sea un método al que le sacan los que duermen el sueño moreno de los justos.